Desde ayer tenemos nueva corporación y creemos que se deberían abrir nuevas expectativas de cara a los próximos cuatro años que, asimismo, deberían coincidir con las necesidades de la ciudad.

Resulta complicado reflexionar en unas pocas líneas sobre estas dos cuestiones. En tan corto espacio solo pueden esbozarse ideas generales, sin poder desarrollarlas. Desde un punto de vista vecinal y de habitante, creemos que por encima de ideologías es necesario todo aquello que haga que nos podamos sentir orgullosos de vivir en ella.

Analizar qué falta en cada barrio preguntando a sus vecinos para invertir en aquello que sea necesario haciéndonos partícipes de la toma de decisiones, de manera que seamos actores y espectadores a la vez, queremos una ciudad limpia y homogénea en lo posible (que no haya diferencias entre centro y barrios), una ciudad más verde, en la que la Policía Local la sintamos cerca, queremos unos servicios públicos dignos y eficientes, los ejecute la misma administración o una empresa, siempre que con transparencia se justifique claramente una opción u otra (como en el transporte público, una de las grandes decisiones de la nueva corporación), queremos que se simplifiquen los trámites administrativos y que abrir un local comercial o construir un edificio, no sea cosa de meses o incluso años, queremos unas juntas de distrito más descentralizadas, con mayores competencias para facilitar las gestiones a los ciudadanos, queremos que se acaben las zancadillas entre administraciones, queremos mejorar los servicios sociales…

Y queremos que se gaste bien el dinero, dinero sobre el que, aunque nuestro, no tenemos medios para poder exigir una rendición de cuentas que solo se puede producir cada cuatro años en las urnas. Quizás si se votara a las personas en lugar de a los partidos la cosa podría cambiar.

Pero, sobre todo, nos atrevemos a decir que queremos consensos entre los grupos políticos, que cuando se propongan actuaciones o inversiones, la oposición (sea la que sea en cada momento) ayude a mejorarlos en lugar de atacarlos de manera despiadada. Como siempre ha sucedido, los grupos políticos en la oposición defienden sus intereses de partido, no pueden facilitar la labor de gobierno porque temen perder votos.

En los años en los que hemos participado en comisiones, plenos o consejos, hemos podido comprobar que no hay debates, hay solamente defensas a ultranza de posturas monolíticas. Sin embargo, nos atrevemos también a decir que los ciudadanos entenderíamos y valoraríamos acuerdos en los temas básicos de la ciudad en la que todos deberían coincidir, defendiendo, por una vez, los intereses de los ciudadanos en lugar de los de cada partido. Incluso agradeceríamos en las urnas que se facilitara el gobierno. En nuestra opinión, creemos que los ciudadanos deberíamos seguir siendo el centro de la acción de gobierno, como en las campañas, cuando vienen a pedirnos el voto.

¡Vaya! Me acabo de despertar. Parece que estaba soñando.

¿O quizás no?