La imagen del Santo Cristo de los Milagros de la basílica del Pilar de Zaragoza ya ha sido restaurada después de varios meses de trabajos. El pasado enero, una mujer de 60 años accedió a la capilla de San Juan Bautista, donde se guarda esta talla de Jesús crucificado, y arrancó diez centímetros del paño de pureza, lo que obligó a intervenir sobre la imagen. 

El elemento que portaba entonces el Cristo no era el original. Era de tela y estaba colocado encima del paño original, tallado en madera como el resto de la imagen.

Tras el acto vandálico se decidió retirar el paño de pureza de tela dañado y dejar la imagen con el original, pero se ha aprovechado para someter la imagen a una restauración completa.

El Santo Cristo de los Milagros es una talla de bulto redondo, de escuela granadina del siglo XVII y de estética barroca. Se realizó mediante el ensamblado de bloques de madera y en la actualidad presentaba grietas (que eran especialmente visibles en el torso del Cristo) por la contracción y la dilatación del material.

Además, el desgaste de la policromía, la suciedad acumulada, la oxidación y el oscurecimiento de los barnices y la erosión en las piernas y los pies por el roce continuo de los fieles amenazaban con deteriorar más si cabe esta imagen, muy venerada por los zaragozanos.

Ahora, los trabajos de restauración ya han finalizado, si bien la capilla todavía sigue vallada. En la restauración se ha decidido dejar como estaba y visible el desgaste provocado por las manos de los fieles, que pasaban a tocar y besar al Cristo de los Milagros. Sin embargo, a partir de ahora, ya no se podrá alcanzar la talla porque se ha colocado un metacrilato que lo impide. No obstante, en la base de esta imagen se va a colocar una copia del pie en bronce (hecho a partir de un molde del de madera) para poder seguir adorando al Cristo.

El objetivo de la restauración, explica el Cabildo Metropolitano, es «proteger y salvaguardar» la integridad material de la talla «para evitar su creciente deterioro», de forma que «las futuras generaciones puedan seguir rezando ante ella, solicitando sus favores y su protección ante las dificultades y los problemas de la vida, tanto materiales como espirituales».