Ha comenzado oficialmente el segundo intento dentro del cuarto intento para que Zaragoza tenga un nuevo campo de fútbol. Después de que el Real Zaragoza renunciara, la semana pasada, a construir y explotar el nuevo estadio, la alcaldesa, Natalia Chueca, presidió este miércoles un pleno en el que pidió al resto de partidos políticos que fijaran posición para buscar vías alternativas para poder relanzar el proyecto constructivo. Los ojos estaban puestos en el PSOE, quien en los últimos años ha criticado la vía impulsada por el anterior alcalde y ahora presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, para levantar un nuevo templo para el zaragocismo. Pero esa vía está muerta y los socialistas apoyaron, aunque solo en parte, las pretensiones de la regidora.
El consenso buscado, por tanto, no hizo acto de presencia. Y el tono bronco del debate avanza que la guerra política en torno a la operación Romareda no ha terminado. Pero que los socialistas se adhiriesen a alguna de las peticiones de la alcaldesa tampoco es un hecho menor. Como no lo es que el PP aceptara una enmienda del PSOE en el transcurso del debate. Pero la sensación al terminar el pleno era de desconcierto entre los presentes. El resultado de las votaciones fue uno y el posicionamiento de cada grupo, otro bien distinto.
Inició el turno de intervenciones el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, quien cargó contra Podemos, ahora sin representación en el consistorio, por la presentación del recurso ante el Tribunal Administrativo de Contratos contra los pliegos de la operación Romareda. «Esa inseguridad jurídica fue creada artificialmente porque no se debe a que las cosas se hayan hecho mal, sino a la presentación de un recurso» que ha dilatado los plazos del proceso, opinó Serrano, lo que ha impedido al Zaragoza acceder a la financiación necesaria.
"Rédito electoral"
Así, el primer punto de la proposición de la alcaldesa para lograr el consenso pretendía conseguir el apoyo del PSOE, Vox y ZeC para lamentar «profundamente las trabas políticas y jurídicas» de Podemos al proyecto de La Romareda. Y la primera en la frente: los socialistas y Zaragoza en Común votaron en contra puesto que consideraron que no es Podemos, sino el PP, el culpable del fracaso de la vía impulsada por Azcón para que el club pagara el campo. «Los únicos responsables son ustedes y lo que ha pasado es consecuencia de sus prisas y de los usos electoralistas del proyecto. Querían llegar a las elecciones con el proyecto hecho y les daba igual el consenso. ¿Y ahora sí que nos hablan de consenso?», criticó la portavoz de ZeC, Elena Tomás.
En su intervención, la portavoz del PSOE, Lola Ranera, quien defendió la legitimidad de los grupos políticos para presentar recursos ante los tribunales, llegó a pedir la dimisión de Serrano «por el fracaso» del proyecto. «Intentaron sacarle rédito electoral al proyecto», acusó la socialista. Así, solo Vox se sumó a la petición del PP de cargar las culpas del fiasco a Podemos. 18 votos a favor y 12 en contra.
El segundo punto de la petición de Chueca pedía al resto de partidos que reiteraran «la necesidad de construir un nuevo campo de fútbol en su actual ubicación partiendo del anteproyecto ya encargado por el Real Zaragoza», que ha sido diseñado por el arquitecto César Azcárate y la firma Idom. Aquí el acuerdo estuvo más cerca pero, sin embargo, fue el único punto de la proposición que no salió adelante.
Desde el PSOE anunciaron su abstención puesto que dijeron no conocer el anteproyecto de Azcárate ya que, aunque se hizo público, nadie se lo ha hecho llegar. Vox pedía que, además de esa vía, se estudien todas las posibilidades, incluida la reforma parcial del estadio. «Puede que tengamos que rebajar nuestras expectativas», exclamó el portavoz de la ultraderecha, Julio Calvo, quien siempre defendió que el nuevo estadio no costara «ni un euro» a la ciudad.
Abrir la vía de la interlocución
Ahora, a sabiendas de que tanto el ayuntamiento como el Gobierno de Aragón van a tener que apoquinar, Vox muestra más reparos. Y de ahí su abstención. ZeC también votó en contra porque Serrano y Chueca se negaron a incluir la posibilidad de estudiar una reforma parcial del estadio, como ya defendía Pedro Santisteve cuando fue alcalde.
El debate transcurrió así entre acusaciones mutuas de Serrano al PSOE y viceversa. El concejal de Urbanismo les recordó a los socialistas, mostrando una larga lista, «todas las veces en las que habían dicho una cosa y la contraria» sobre el estadio y culpó al anterior Ejecutivo autonómico, en manos de Javier Lambán, de haber torpedeado la operación Romareda con «palos en la rueda constantes». «El ariete fue el Gobierno de Aragón. Prostituyeron las instituciones para atacar a un proyecto de ciudad», dijo Serrano, lo que avivó el enfado entre los socialistas. «Retírelo», pidió el edil Alfonso Gómez. Y Serrano accedió. «Instrumentalizaron las instituciones. Mejor. Tiene usted razón», admitió el de Urbanismo.
En el tercer punto de su proposición, Chueca pedía al pleno que facultase al Gobierno municipal para «abrir de forma inmediata una interlocución» con el resto de instituciones y con el Zaragoza para «encontrar soluciones jurídicas y económicas que permitan construir el nuevo campo de fútbol». El PSOE –y Vox– sí que se sumó a esta petición aunque ZeC se abstuvo. El consenso quedó cerca.
En cuarto lugar, el PP pedía «buscar un amplio consenso que permita culminar la construcción de un nuevo campo de fútbol». PSOE y Vox también se sumaron y ZeC se volvió a abstener.
Y por último se votó una enmienda del PSOE en la que los socialistas pedían, «en aras de la máxima transparencia», convocar de forma periódica una junta de portavoces con la presencia de la alcaldesa en la que se informe «de todos los avances de las negociaciones y se concrete el modelo, el coste y la financiación del proyecto». El PP admitió la propuesta del PSOE pero ZeC también se abstuvo. El consenso pasó de largo pero el acercamiento entre populares y socialistas fue un soplo de aire fresco en un debate con demasiados capítulos. Las formas fueron broncas. La guerra política no ha terminado. Pero el resultado de las votaciones, al menos, da pie a pensar que la operación Romareda sigue viva. Este jueves se reunirán Chueca y Azcón para discutir sobre el asunto.