Suena a tópico, pero la amenaza de huelga en el servicio del autobús urbano durante las fiestas del Pilar ha vuelto a Zaragoza. El comité de empresa decidirá este jueves qué movilizaciones se proponen en la plantilla para presionar y exigir al ayuntamiento que autorice el cambio en los cuadros de marcha de nueve líneas de bus (42, 44, 53, 21, 24, 39, 52, 55 y C4). Denuncian el incumplimiento de un acuerdo alcanzado entre la dirección de Avanza, el consistorio y el comité de empresa que incluía la actualización de los tiempos de recorrido tras las fiestas del Pilar.

Este miércoles, la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, ha asegurado que el consistorio ha cumplido «todos y cada uno de los compromisos» por lo que «no ven motivo» para que los representantes sindicales vuelvan a amenazar con una huelga. «Se está convirtiendo en una tradición», ha dicho la concejala, que a día de hoy no se ha reunido con la representación sindical de la empresa. Tampoco el concejal delegado de Movilidad, Miguel Ángel García, según critican desde el comité de empresa.

Al parecer, siempre según la denuncian los sindicatos, tras el Pilar solo se actualizará el tiempo de recorrido de tres líneas de bus (42, 44 y 53), mientras que para el resto se retrasa a 2024. Una decisión que, aseguran los trabajadores, ni entienden ni se ha argumentado por parte del ayuntamiento, que es el que debe autorizar el cambio. «Esta protesta va en contra del consistorio, no de la empresa», matizan.

La decisión no está tomada y hoy cada uno de los sindicatos con representación pondrá sobre la mesa su propuesta, que se consensuará y se someterá posteriormente a votación. La última palabra la tendrá una plantilla que acumula demasiadas huelgas. La última fue la más larga de la historia, con más de 650 días de conflicto por la negociación del convenio colectivo.

Desde que se firmó la paz social, en diciembre del 2022, ha habido algún que otro conato de huelga que, sin embargo, se ha quedado en una amenaza. Ahora aseguran los representantes de los trabajadores que están dispuestos a paralizar el servicio durante las fiestas del Pilar, cuando se dispara la demanda.