Llegó la hora de la verdad en la carretera de Castellón. Toda la planificación y coordinación previa y toda la señalización e información sobre las importantes afecciones al tráfico que van a sufrir los usuarios de la A-68 con el inicio de las obras de construcción del túnel bajo el cuarto cinturón de Zaragoza se ponen a prueba a partir de este lunes con las prohibiciones a respetar y desvíos introducidos para los cerca de 26.000 vehículos que soporta esta vía a diario de media.

La clave es anticiparse y, si es posible, evitar el uso del coche particular, pero lo cierto es que este lunes es la primera toma de contacto para todos ellos, informados o no, con las afecciones y los itinerarios alternativos ya marcados.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) celebraba el pasado viernes una última reunión de coordinación previa al inicio de las obras y de las afecciones al tráfico. Pero son muchos los encuentros que se han estado celebrando entre los técnicos para atender a empresas y vecinos de la zona afectada por los trabajos que hoy comienzan.

Unas obras que suponen una inversión de más de 19 millones de euros y que están llamadas a acabar, precisamente, con los constantes atascos que ya se forman en horas punta en la glorieta que conecta la A-68 con el cuarto cinturón

Señalización previa al inicio de las obras. | JAIME GALINDO

Hay que construir un túnel bajo esta rotonda que a partir de hoy prohibirá todos los giros posibles. Así, los que lleguen desde Zaragoza y vayan en dirección a La Cartuja o El Burgo, solo podrán seguir recto. Igual que en el sentido inverso. Por eso desde el Ayuntamiento de Zaragoza o el Consorcio de Transportes del Área Metropolitana de Zaragoza (CTAZ) creen que las afecciones al recorrido del bus público serán mínimas.

Solo se pueden ver perjudicados por los posibles atascos derivados de una lógica ralentización de la marcha en este punto durante los primeros días, pero más adelante, cuando se conozcan las afecciones y los itinerarios alternativos, puede que hasta vayan más rápido que ahora. También habrá que verlo. Lo cierto es que ni el bus de Avanza ni la línea metropolitana es de las más utilizadas de su oferta actual. Pero sí hay miles de viajeros cada semana.

En el caso de las empresas, algunas han apostado por implantar líneas mancomunadas pagadas de su bolsillo para reducir el número de empleados que usará el coche privado durante las obras para ir a trabajar. Pero esta planificación conjunta ha servido para despertar o agilizar un proyecto a medio o largo plazo que quizá este proyecto lo agilice. Se trata del plan de movilidad en el que Zaragoza quería trabajar para conectar mejor la ciudad con los polígonos industriales. Ahora hay un compromiso de sentarse a hablar cuanto antes. Y quizá se llegue a tiempo de estrenarlo antes de finalizar los trabajos. Hay un año entero por delante de obras.

Sin embargo, en el corto plazo, este lunes, no está en marcha ese viejo anhelo de las empresas de implantar una línea de bus que atienda la demanda real de los polígonos presentes en el eje de la carretera de Castellón: el de Miguel Servet, San Valero, Empresarium, La Cartuja... Adaptarlo a sus necesidades de horarios y frecuencias y no como ocurre ahora. Pues bien, este proyecto lo va a agilizar en los próximos meses y este corredor se va a convertir en prioritario. Ahora bien, el primer día de obras toca ver el efecto en los miles de desplazamientos que hacen esos trabajadores.

La señalización ya está preparada para orientar y guiar a los conductores afectados por las obras en la carretera de Castellón. | JAIME GALINDO

Las afecciones estarán vigentes durante las 24 horas de los próximos doce meses y toca aprenderse todas. Ni se podrá acceder desde Zaragoza al cuarto cinturón en dirección a la autovía de Barcelona (A-2) y Huesca (A-23), ni se podrá girar hacia la Z-40 llegando de El Burgo y La Cartuja a la glorieta en dirección a Madrid (A-2) y Teruel (A-23).

Ahora bien, existen preocupaciones o incógnitas que se despejarán en los primeros días. Una de las principales, el efecto no deseado que pueden tener en Santa Isabel, concretamente en la rotonda que da acceso al barrio de Zaragoza desde la Z-40 o a la A-2. Son muchos camiones y coches los que se van a enviar hacia allí para dar la vuelta y poder dirigirse hacia Madrid o Teruel. Otro punto problemático puede ser el acceso al polígono San Valero en el que desembocan dos de los cuatro itinerarios alternativos. Todo empieza a valorarse este lunes con las vallas ya colocadas, la señalización en marcha y el túnel ya en construcción.