Día Internacional de concienciación
Zaragoza lleva casi dos décadas sin revisar ni limitar las zonas saturadas con más ruido
Las asociaciones de vecinos piden aumentar las restricciones en estas áreas para evitar la proliferación de locales de ocio y bares puesto que las ordenanzas «están llenas de agujeros» y no se aplican

Terraza de un bar en el entorno de la plaza de Los Sitios, que no está declarada zona saturada a pesar de la proliferación de bares y terrazas. | SERVICIO ESPECIAL / iván trigo
Cada 24 de abril se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, una «epidemia» que cada vez agrupa a más asociaciones y entidades vecinales para tratar de frenar su avance. En Zaragoza, durante el mandato anterior, con Jorge Azcón como alcalde, se comenzó a elaborar una ordenanza contra la contaminación acústica que jamás llegó a ser más que un borrador, si bien desde la asociación Stop Ruido rechazan que aquel texto, aunque se hubiera convertido en norma, hubiera servido para algo.
«Las ordenanzas que existen a este respecto son basura. No sirven para nada porque están llenas de agujeros que se crean de forma intencionada para evitar solucionar un problema que cada día afecta a más gente», explica el portavoz de la asociación vecinal Stop Ruido en Zaragoza, Miguel Morte.
Según explica este representante vecinal, el principal causante del ruido son las terrazas y las personas que, por la noche, se acumulan por las calles de la ciudad o en la puerta de los locales de ocio nocturno. La mejor forma de paliar este problema, opina Morte, sería endureciendo las condiciones de apertura de locales en las zonas saturadas que, por otra parte, apenas han variado en los últimas décadas.

Concentración en el día de ayer contra el ruido frente al Ayuntamiento de Zaragoza, en la plaza del Pilar. | ANDREEA VORNICU / iván trigo
«En Zaragoza siguen funcionando las mismas zonas saturadas que a finales de los años 90», lamenta Morte. La última ordenanza a este respecto –que desde entonces ha sido modificada mínimamente– data del año 2005. Según ese planteamiento, en la capital aragonesa hay 14 áreas o conjuntos de calles declaradas saturadas, donde está limitada la tramitación de nuevas licencias de locales de hostelería.
Sin embargo, en ese mapa siguen constando zonas como la calle Zumalacárregui en la que hoy en día ya no hay apenas la misma actividad por la noche que se daba hace unos lustros. Por el contrario, no están incluidas otras como la plaza San Francisco y su entorno y la plaza de Los Sitios y todas las calles aledañas, donde en los últimos años han proliferado multitud de negocios de hostelería, la mayoría de los cuales además disponen de terrazas en calzada desde la pandemia.
"¿Adivina qué ha pasado?"
«Además se dan también una serie de cuestiones absurdas. En Espoz y Mina, por ejemplo, si vas en sentido de la circulación, la acera de la izquierda es zona saturada y la de la derecha no. ¿Adivina qué ha pasado? Que todas las aperturas de nuevos locales han abierto en el lado que no es zona saturada a pesar de ser la misma calle», cuenta.
«Para solucionar el problema del ruido relacionado con el ocio nocturno la mejor manera de tratarlo es a través de la regulación de las zonas saturadas e imponer más restricciones, como evitar ampliaciones de locales con la misma licencia. O que si un bar se cierra no pueda reabrir como bar», pide Morte.
Y es que las ordenanzas sobre el ruido, insiste, «son inservibles». «La Administración es la primera que las incumple», denuncia. En Zaragoza, hace ya un par de años por ejemplo que se aprobó una nueva normativa para las terrazas y veladores de los bares. Aquellas con más de 25 metros cuadrados deben contar con un audímetro que mida los decibelios que emiten los clientes. «Pero las inspecciones se hacen entre semana o por la mañana, por lo que son inservibles», dice Morte.
El problema, admiten, es complejo, porque es la gente la que emite el ruido y la gente se mueve, por lo que es difícil elaborar mapas de ruido o establecer puntos de vigilancia concretos. «Pero tampoco creemos que la solución sea aprobar una ordenanza cívica en la que todo dependa de que los ciudadanos se comporten y estén callados. El origen es la acumulación de bares y locales de ocio nocturno en zonas concretas de la ciudad», explica Morte.
La asociación Stop Ruido de Zaragoza se concentró este miércoles en la plaza del Pilar para protestar contra la falta de medidas contra el ruido. Lo hicieron de la mano de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), la Confederación Asociaciones Vecinales de Aragón y la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales. «El exceso de ruidos produce ansiedad, estrés, irritación, cansancio, cefaleas...», recordaron en un comunicado. «Las mismas autoridades que hace pocos días que han decidido incrementar las medidas contra el tabaco, que actúen con la misma diligencia y contundencia contra el ruido, que es igual de nocivo o más que el tabaco», pidieron.
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