Rellenicos: un nuevo bocado dulce en el centro de Zaragoza
Se trata de un local de reciente apertura dedicado a los croissants rellenos caseros

Fachada de Rellenicos en lqa calle Doctor Cerrada
La pasión de Zaragoza por el dulce no es un secreto para nadie. Solo hace falta pasear por sus calles y ver cuántas panaderías y pastelerías es posible encontrar por metro cuadrado. Hay sitios especializados en tartas, donuts, 'cupcakes', crepes, gofres... Cada uno con una particularidad especial que lo diferencia del resto. Sin embargo, parece que el croissant, uno de los dulces más clásicos y populares, no tenía tanta presencia en la capital aragonesa.
Al menos así lo cree Elisa Larreal, trabajadora de la nueva cuna del croissant zaragozano: Rellenicos, situado en el centro de Zaragoza, en la esquina entre las calles Bernardo Fita y Doctor Cerrada. Se trata de un establecimento completamente dedicado a este producto y sus múltiples variantes. Por el momento cuentan con 11 sabores diferentes, además del croissant clásico sin rellenar, y se plantean la posibilidad de aumentar este número en función de lo que les soliciten sus clientes: "Queremos adaptarnos a lo que nos demanda nuestra comunidad".
La idea del negocio surgió después de que Larreal y su suegra, propietaria de Rellenicos, se dieran cuenta de lo comunes que eran estos locales en otras ciudades españolas en comparación con Zaragoza. "Es algo que no habíamos visto aquí y sí que vimos que había en otras ciudades como Madrid o Bilbao", cuenta, "en Zaragoza había croissants, pero no tanto como otros bollos".
A partir de ahí se pusieron manos a la masa para dar con la fórmula perfecta: "aparte de que son pequeñitos no empalagan tanto y te permiten comer más de uno, porque la crema es una base de yogurt". También adaptaron el producto al paladar zaragozano: "hay sabores que a lo mejor en otras comunidades triunfan más y aquí, por ejemplo, somos más de chocolate, más de lotus, de pistacho y de tarta de queso".

Estante de croissanes de Rellenicos / A.G.C.
Se basan en el modelo "para llevar", ya sea como unidades o con cajas de media docena, y café para acompañar. Y, como Lanrreal explicaba a los viandantes que asomaba la cabeza, pueden preparar croissants más personalizados con reserva previa. Su producto se vende a 2€ por unidad, un precio pensado específicamente para los trabajadores y estudiantes de la zona.
El local se inauguró el pasado domingo, pero Larreal siente que ya hay motivos para sentirse optimista respecto a su futuro: "Abrimos a las 16:00 y a las 19:00 ya no tenía nada". Aunque ahora se centran sobre todo en asentarse en su zona, ya estudian sus posibilidades de cara al futuro. Entre ellas, ofrecer alguna otra bebida aparte de café o hacer un producto apto para celiacos.
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