ESPECIAL 225 AÑOS DEL TEATRO PRINCIPAL
El histórico recital de cantautores aragoneses que marcó el inicio de un nuevo lenguaje musical
El 13 de noviembre de 1973, el Teatro Principal fue el escenario de un recital de música que, bajo la apariencia de un simple acto cultural, sembró el germen de lo pronto se conocería como la nueva canción aragonesa y sacudió la vida política y social de los años 70 en Aragón

Renaxer / ARCHIVO LUIS MELENDO
Si bien en estos 225 años de vida del Teatro Principal han pasado grandes compañías y artistas de todos los géneros, muchos de ellos con apoteósicas actuaciones, merece un capítulo aparte, por su trascendencia, el concierto celebrado el 13 de noviembre de 1973, en el que, por primera vez, unían sus voces y almas interpretes aragoneses independientes, que entendían por canción popular «aquella que plantea las distintas problemáticas latentes en el pueblo».
La férrea censura de esos últimos años de la dictadura de Franco silenciaba en toda España las distintas lenguas del país, también poetas y mensajes «peligrosos» para el Régimen, pero que con valentía y audacia se iban abriendo a través de la llamada canción protesta, social o de autor. Eran años de tensiones políticas, de reivindicaciones sociales y de luchas por la democracia. En Aragón este proceso culminó en el concierto de cantautores aragoneses que tuvo lugar en el coliseo zaragozano en noviembre de 1973.
Los protagonistas fueron José Antonio Labordeta, Pilar Garzón, Tierra Húmeda, Tomás Bosque, Renaxer, Joaquín Carbonell y La Bullonera. Este singular grupo de artistas llenaron el teatro en los dos recitales que ofrecieron, con turnos de tarde y noche, sin ser muy conscientes entonces del hito que marcaron y de que allí nacía un nuevo lenguaje musical.

Tierra Húmeda / ARCHIVO LUIS MELENDO
El impulsor y presentador del concierto fue el periodista y locutor de Radio Zaragoza, José Juan Chicón, aunque la idea partió de la oscense Pilar Garzón, profesora que cantaba algunas canciones en aragonés. Con la idea en la cabeza, Chicón se puso manos a la obra y se reunió con Labordeta, Carbonell y La Bullonera, planteándoles la propuesta de unir a los principales intérpretes de la canción popular en Aragón en un gran concierto en el Teatro Principal.

Joaquín Carbonell / ARCHIVO LUIS MELENDO
Para obtener los permisos necesitaban un patrocinador que lo respaldara y Chicón propuso que fuera la asociación aragonesa El Cachirulo, cuya nueva directiva buscaba ofrecer una imagen más participativa en la cultura de Aragón. Aunque hubo cierta sorpresa y reticencias a que lo fuera, al final los cantautores aceptaron. Tras numerosas reuniones se decidieron todos los detalles: los integrantes que participarían en el recital musical, el día, las sesiones, el nombre del concierto, o el precio (al «módico precio» de 50 pesetas las butacas y 40 el resto de localidades, según reflejó la prensa).
Nervios y censura
Para pasar el control de la censura se planteó que el recital apareciera como un simple acto cultural sobre la canción popular aragonesa. Tal era el control sobre este tipo de actos que hasta una hora antes del concierto se temió que no se pudiera celebrar. Y no era para menos. Baste hojear el informe de la Jefatura Superior de Policía que se redactó una vez realizado el encuentro, en el que aparecían lindezas tales como que «José Antonio Labordeta era profesor de ideología liberal»; que, en La Bullonera, de las cinco personas que componían el grupo, «dos eran comunistas»; o que se aplaudieron mucho las interpretaciones, pero sobre todo «las canciones que utilizaban letras de poetas comunistas, como Pablo Neruda o Miguel Hernández».

José Antonio Labordeta / ARCHIVO LUIS MELENDO
Pero por fin se alzó el telón de la primera sesión y comenzó a escribirse una nueva página en la historia de la canción popular de Aragón. Todo eran nervios dentro y fuera del escenario. Los unos porque estaban viviendo un sueño, los otros, el público, porque entre la ilusión y las ganas de disfrutar, esperaban participar en algo que se intuía histórico.
El aplauso unánime del público vaticinaba una gran velada. Chicón daba la bienvenida a todos y explicaba lo que iba a pasar en la velada, por qué se había organizado, qué era lo que se quería reivindicar y agradeciendo a todos que este peculiar recital de música fuera una realidad. En total fueron 2 horas y 45 minutos de música y aplausos, muchos aplausos.

Tomás Bosque / ARCHIVO LUIS MELENDO
En la sesión de noche los nervios estaban más calmados, incluso se perfeccionaron algunos defectos que se percibieron en la actuación de la tarde y se cambiaron algunas canciones. La afluencia del público fue la misma que la de la tarde. Lleno absoluto. Al final, se vivió uno de los momentos más emocionantes del concierto, cuando todos los intérpretes salieron a cantar con La Bullonera En marcha de Quilapayún.
«De pronto, los cantautores eran legales»
La importancia de que el Teatro Principal de Zaragoza acogiera este recital musical lo recogió Joaquín Carbonell en su libro Querido Labordeta: «El efecto Teatro Principal supuso una campaña publicitaria impagable e imparable para los deseos de esos jóvenes que trataban de llevar su voz a todos los rincones. Hasta entonces sus actuaciones habían sido muy escasas, y casi siempre con un velo de clandestinidad en asociaciones de vecinos, en pequeños pueblos, en grupos progres católicos… El hecho de haber cantado en el Principal y, por tanto, ser una referencia en un periódico como el Heraldo de Aragón significó adquirir carta de oficialidad. De pronto los cantautores eran legales».
En 2018, 45 años después del histórico concierto en el Teatro Principal, se produjo el sorprendente hallazgo de la grabación original del Primer Encuentro de la Música Popular en Aragón, celebrado en el Teatro Principal de Zaragoza el 13 de noviembre de 1973. Las grabaciones originales se encontraban en perfecto estado en un armario de la casa de Luis Melendo, del grupo Renaxer.
Un año después, en 2019, se presentaba el doble álbum, editado por Prames y la DGA, que recoge por primera vez el contenido íntegro del recital, con material gráfico de la época, comentarios sobre la represión política de aquellos días y las reflexiones escritas de los propios protagonistas. Las cintas originales fueron donadas por Luis Melendo al Gobierno de Aragón y están depositadas en la Fonoteca de la Biblioteca de Aragón.
En este libro disco se pueden escuchar todas las canciones que se interpretaron aquella noche, cinco por grupo, más la canción que cerró la función de sesión de noche, que entonaron todos los participantes: En Marcha (Hemos dicho basta), de Quilapayún.
En la presentación del álbum estuvieron Joaquín Carbonell, Tomás Bosque, Luis Melendo, de Renaxer, Juana de Grandes, viuda de José Antonio Labordeta, Toño, de Tierra Húmeda, y Javier Maestre, de La Bullonera.
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