El Bar Vistabella cumple 60 años de éxito sin perder su esencia: "Intentamos que la cocina de siempre no se pierda"

Magras con tomate, lechecillas o callos de ternera son algunos de los platos más famosos de este clásico del almuerzo situado en el barrio de Las Fuentes

Zaragoza

Una institución de los almuerzos en Zaragoza está de celebración. El bar Vistabella cumple 60 años mejor que nunca, a manos de una tercera generación que sigue manteniendo la esencia del primer día que los llevó al éxito.

Un 22 de diciembre de 1964, este establecimiento abrió sus puertas en lo que ahora conocemos como el barrio de Las Fuentes. La aventura la emprendió Manuel Orós, un joven de 17 años que junto a su hermano Faustino había llegado a la capital aragonesa dejando atrás su pueblo, Vistabella de Huerva, en la Comarca de Cariñena, que daría nombre al local.

La iniciativa surgió de sus padres, Milagros Andreu y Pedro Orós. "En el pueblo en aquel momento la gente solo vivía de la agricultura, el carbón o el pastoreo. Ellos se dieron cuenta de que ahí ya no había futuro y decidieron vender el ganado que tenían y empezar en hostelería", cuenta Pedro Manuel, su nieto y dueño actual del bar. 

Situado en la calle Francisco de Quevedo, Vistabella se hizo rápidamente muy popular por sus almuerzos y su comida tradicional. "En el barrio Montemolín, como se llamaba antes esta zona, vivíamos en un ambiente de pueblo. Había muchas vaquerías, todo el mundo se conocía, se ayudaba y rápidamente el bar se convirtió en el lugar de encuentro para las personas de aquí”, comenta Pedro. 

Poco tiempo después, en el año 72, Manuel se casó y junto a su mujer, Mari Lorente, se pusieron a los mandos de la empresa familiar que se convertiría en un templo de los almuerzos en Zaragoza. "Al principio mi madre no tenía ni idea de hostelería pero fueron aprendiendo, trabajando mucho y poco a poco fueron haciéndose nombre", recuerda Pedro. Ahora es él quien desde hace 15 años lleva las riendas de Vistabella. 

El Vistabella cumple 60 años sin perder su esencia

El Vistabella cumple 60 años sin perder su esencia / Rubén Ruiz

Yo no he hecho cursos de cocina, mantenemos lo que hacían mis padres y abuelos. Seguimos usando la cocina tradicional y seguimos haciendo todo nosotros pero con más rapidez y servicio, creo que ahí está la clave”, cuenta. Cuando entró a los mandos dió “un giro a la dinámica” del local. Comenta que antes se centraban en las mañanas pero ahora “damos también muchas raciones y tapas por la tarde y por la noche, trabajando casi al mismo nivel que con los almuerzos”. 

Platos de "toda la vida"

No obstante, la esencia y los platos más populares no han cambiado: desde las magras con tomate, lechecillas, torreznos o callos de ternera hasta el bacalao desmigado con setas que ya cocinaba su abuela. "Para almorzar destaca nuestra tortilla de patata casera y el bocadillo de papada. En vez de empezar la mañana con bacon, lo hacemos con papada. Intentamos que esta cocina de siempre que está más en desuso no se pierda", argumenta. 

Sus platos de "toda la vida” encuentran reconocimiento en un momento donde se busca tanto la modernidad. Vistabella quedó segundo en el concurso Sabores de Barrio del pasado verano con su "tapa campera" y ahora se preparan con ganas para participar en el Concurso de Tapas de Zaragoza con dos tapas nuevas. "Para nosotros ir a concursos es hacer lo mismo que hacemos todos los días, cocinar todo nosotros. Agradecemos los reconocimientos pero la clave es la dedicación y esfuerzo que pusieron mis padres y mis abuelos”, cuenta Pedro.

Sobre el futuro de este establecimiento que supera el medio siglo, prefiere no precipitarse. "No quiero que mis hijos sigan con el negocio, pero eso me dijeron a mi los míos y mira donde estoy", admite entre risas. De momento, Vistabella seguirá en manos de Pedro quien con mucha dedicación abre sus puertas todos los días a unos clientes que siempre quieren volver.

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