Entrevista | Guillermo Ríos Gerente de Avanza Zaragoza entre 2019 y 2024

Guillermo Ríos, gerente de Avanza entre 2019 y 2024: "La prórroga de la contrata del bus era lógica y necesaria"

El responsable de la concesionaria del bus urbano de la capital aragonesa deja la ciudad y aprovecha para hacer balance de esta etapa, que culmina con una nueva negociación suspendida por la dimisión en bloque del comité de empresa

Guillermo Ríos, gerente de Avanza entre 2019 y 2024, antes de la entrevista con este diario.

Guillermo Ríos, gerente de Avanza entre 2019 y 2024, antes de la entrevista con este diario. / Josema Molina

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza

Deja Zaragoza después de más de cinco años. ¿Qué balance hace?

Muy positivo. Me quedo con el trato que he recibido por parte de todo el mundo, sobre todo del equipo que ha trabajado mano a mano conmigo, así como de todos los trabajadores de la compañía, que han demostrado en muchas ocasiones su profesionalidad y compromiso, más allá de que en las negociaciones del convenio se puede crear otra imagen. Pero la relación de la empresa con los trabajadores es muy buena.

¿Qué cambios nota del servicio que se encontró cuando llegó a ahora?

Sobre todo, la transición energética. Ahora es más común, pero cuando en Zaragoza se decidió electrificar el 20% de la flota fue muy innovador, no se había hecho en ningún sitio con estas dimensiones. Fue un reto que generaba ciertas incertidumbres, pero la verdad es que ha salido muy bien y se ha continuado con la fase 2. Primero fueron 68 vehículos, luego se sumaron 40 que llegarán desde enero y otros cuatro que ya teníamos. En total, son 112 buses, un tercio de la flota en dos o tres años. Algo así no se ha producido en ninguna ciudad de España.

Ha habido algunos fallos en los primeros autobuses eléctricos.

Cuando iniciamos la electrificación, se dieron una serie de circunstancias como la crisis energética y de suministro. Hubo que gestionar una situación que afectaba al sector en su conjunto y a la fabricación a nivel global. Esto es algo que ha ido mejorando, pero no se ha resuelto del todo.

¿Preocupa?

Más que preocupar, nos hace estar atentos a todo. Era mucho más preocupante cuando prácticamente se corto el suministro. Ahora la industria está volviendo a ponerse al día, aunque aún le falta un poco.

En esta etapa suya en Avanza ha habido dos cuestiones que han marcado todo. La primera, la pandemia, aunque los datos del bus parece que remontan.

2024 ha sido extraordinario en cuanto a crecimiento de viajeros. Vamos a cerrar el año con un 10% más de usuarios que en 2023, que ya fue un año consolidado tras superar la pandemia. Estamos en nuestro pico más alto, hemos superado los viajeros diarios de 2019. En esto han influido varias razones. Por un lado, puede ser que haya afectado todo lo que se hizo con las tarifas (subvenciones estatales), pero más allá de eso también entendemos, por los análisis que hacemos, que hay un cambio en la movilidad en su conjunto en las ciudades. El coronavirus nos demostró lo frágiles que podemos ser, y se han originado cambios que han hecho subir la movilidad.

Menciona las tarifas. Parece que se van a prorrogar seis meses más las subvenciones estatales al transporte. ¿Hasta qué punto influyen?

Se han unido las dos cosas que comentaba, por lo que es muy difícil trazar de donde viene realmente el crecimiento viajero. La duda está en si es por esto o por los nuevos hábitos. Ni lo sabemos, ni lo vamos a saber.

Pero siempre es mejor que confluyan estos dos factores.

Es verdad que el tema de las tarifas ayuda, pero también es cierto que tiene que mejorar la financiación de las administraciones locales desde el Estado. El transporte público es cada vez más importante.

"Tiene que haber un cambio cultural, hay que dejar la amenaza constante en las negociaciones"

Guillermo Ríos

— Gerente de Avanza Zaragoza entre 2019 y 2024

La otra parte que ha influido en este tiempo ha sido las relaciones complicadas con los trabajadores. Fueron más de 300 días de huelga, y cuando parecía que eso había cambiado, se suspenden las negociaciones por la dimisión en bloque del comité.

Con el comité el clima es bueno, las relaciones son correctas. Otra cosa es que discrepemos absolutamente en cómo se enfocan a veces las negociaciones. La última iba por buen camino, y el objetivo era negociar rápido y que no afectase al usuario. Lo intentamos, pero debido a las dinámicas sindicales, a algunos les ha entrado el vértigo. Lo único que podemos hacer es respetar absolutamente si deciden consumar su dimisión o las decisiones que tomen. Aunque creemos que lo lógico era cerrar el convenio y, una vez cerrado, tomar las decisiones que se crean oportunas. Pero entiendo que ha habido iniciativas que no les han funcionado.

Como la última huelga, desconvocada al segundo día tras haber muy poco seguimiento. ¿Consideráis que se equivocó Sattra (sindicato mayoritario) con estos últimos paros?

Salirse o tratar de salirse de la mesa de negociación no es una decisión correcta, cuando está abierta y estamos avanzando. No es lógico convocar paros así. Quizás lo que ha ocurrido ahora deriva de ese tipo de decisiones, que a lo mejor no fueron muy acertadas. Ahora parece ya una huida hacia delante. Cuando lideras un comité en el que hay cinco secciones, no puedes esperar que te aplaudan. El que lidera asume la crítica, eso es así.

¿A dónde lleva todo esto?

Lo importante para nosotros es llegar a un acuerdo y que no afecte al servicio. En el SAMA hemos suspendido las reuniones sine die, esperando al día 31, cuando, en principio, van a dimitir todos. Aunque en la mesa el jueves lanzaron la duda. Lo que hemos acordado ha sido esperar a fin de año. Si dimiten, habrá elecciones y saldrá un nuevo comité con el que negociar. Si no lo hacen, seguiremos negociando. Pero la incertidumbre que se genera es un poco extraña. Creemos que tiene que haber un cambio cultural definitivo, las prácticas del pasado ya no valen, hay que dejar la amenaza constante. Es verdad que en esta última negociación ya no ha sido así, pero el cambio tiene que ser sólido y estable. Es legítimo que todo el mundo quiera ganar más y estar mejor. Ahora bien, hay que conocer el punto de partida. Tenemos unas condiciones muy buenas en comparación con otros sectores, pero tu pretensión para mejorarlas, que es legítima, no puede traducirse en un problema para el ciudadano.

Este 2025 se debe perfilar la nueva contrata. En 2024 se prorrogó y eso genero mucho ruido mediático, sobre todo a nivel político.

La prórroga, entre otras cosas, era necesaria para asumir todas las inversiones y el plan de electrificación. Y también estaba recogida en el contrato y era conocida por todo el mundo. Era lo lógico y lo normal y lo vivimos con naturalidad.

Hay un año marcado en rojo para Zaragoza, 2030. La ciudad aspira a ser climáticamente neutra y es año de Mundial. ¿Qué potencialidades le ve al servicio y qué carencias se deben mejorar?

Hay que tener en cuenta que partimos de una red que mueve más de 300.000 viajeros diarios, que contando el tranvía son 400.000, en una ciudad de 700.000 personas. Es una red eficaz, aunque claro que tiene áreas de mejora. Hay que llegar al equilibrio entre la accesibilidad y las frecuencias, y no es tan fácil. ¿Hay que introducir mejoras? Sí. Ahora se están planteando mejoras importantes con la nueva circular, que introduciría nuevas relaciones de movilidad, pero también ha demostrado que cualquier cambio genera manchas. Hay que tener la visión de la ciudad en su conjunto, porque la red funciona muy bien y está adaptada a la ciudad.

El tranvía es el modelo complementario. En su día se proyectó la segunda línea, aunque quedó aparcada.

Somos operadores tanto del bus como del tranvía, tenemos una parte importante de la sociedad mixta. Por tanto, trabajamos como una red única y con una comunicación constante. En cuanto hay cualquier incidencia, aplicamos los planes de contingencias. Es verdad que el bus se adapta más fácil a los cambios de la ciudad. También hay que tener en cuenta otras situaciones como la inversión que va asociada y en qué medida se puede asumir. Obviamente hay que valorar todo, pero creo que el futuro va más encaminado al modelo que hay ahora, con la red de autobuses sumada a la línea del tranvía.

También surgen temas puntuales, como la mudanza del Real Zaragoza durante dos temporadas al Parking Norte, una zona cuya movilidad  habrá que mejorar.

Es un tema que todavía está en estudio el cómo se va a hacer.

Pero ya es en junio.

Por eso, hay que seguir avanzando en ello. También es una realidad que va a ser temporal, y así son las soluciones que se plantean.

La movilidad siempre es un tema espinoso. Se ha visto en las movilizaciones en Valdefierro, y en el barómetro municipal los zaragozanos ponían el transporte público como principal problema. Y la FIFA también hablaba de ello de cara al Mundial.

Es algo que hay que poner un poco en cuarentena. Nosotros hacemos encuestas que creo que abarcan a 12.000 usuarios al año, y siempre sacamos notas por encima del 7, siendo el 8 la más repetida. Siempre hay áreas a mejorar, pero nuestros clientes opinan así y es algo sostenido. Este es un indicador absoluto de que damos un servicio de calidad, con una fiabilidad y puntualidad por encima del 90%, teniendo en cuenta que convivimos en un entorno en el que hay más vehículos. Lo interesante es que la gente le da una gran importancia al transporte público, porque tiene la capacidad de mejorar la vida de las personas de manera notable. Nos parece una buena noticia el estar en el foco, porque quiere decir que somos una herramienta súper importante para la ciudad

¿Qué consejos le daría a su sucesor?

Básicamente le diría que venga con mucho ánimo, ilusión y compromiso. Ya le he dicho que es un sitio en el que va a disfrutar del trabajo, porque el transporte público en Zaragoza es muy vivo y es casi imposible aburrirte. Se va a encontrar una ciudad muy acogedora, un gran sitio para vivir y para trabajar.

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