De levantar el Bernabéu a reconstruir La Romareda pasando por Bialystok
OHLA, empresa adjudicataria tanto de la primera fase como de la segunda de la construcción de la nueva Romareda es una histórica del sector de la construcción y las infraestructuras

Una de las últimas intervenciones de OHLA en el Santiago Bernabéu, en 1992. / OHLA

Con los estadios de fútbol sucede como con las huellas dactilares, no hay dos iguales. Su única coincidencia es que, del mismo modo que las huellas se ubican en los dedos, los estadios tienen césped y dimensiones parecidas. Y ya. Cada proyecto es un mundo, y viene determinado por muchos factores que influyen directa e indirectamente en su desarrollo: la categoría del club al que sirve, la climatología de la zona e incluso la época en la que son construidos o reformados. Un ejemplo claro es el Santiago Bernabéu, un coliseo cuyo aspecto actual poco tiene que ver con sus orígenes a mediados de los 40. En aquel entonces, la sociedad Huarte y Compañía se adjudicó la construcción del campo del Real Madrid, inaugurado en 1947.
Y ahora, ocho décadas después, Huarte tendrá la responsabilidad de derribar y reconstruir la vieja Romareda. Lo hará, eso sí, en la sociedad que germinó entre 1998 y 1999 con otras dos compañías del sector de la construcción, Obrascón y Laín, para fundar OHL –ahora OHLA desde su último rebranding, en 2021–. Una sociedad que ha conseguido adjudicarse las dos fases del proyecto de la nueva Romareda. La primera, en UTE (unión temporal de empresas) con Deltapunt, por 3,1 millones; la segunda, junto a Altuna y Uria, por 124,5. En total, un ahorro de 15 millones de euros que servirá, entre otras cuestiones, para financiar la construcción del estadio modular en el Parking Norte.
OHLA ha intervenido de lleno en este macroproyecto, que se ha comprometido a culminar 13 semanas antes de lo previsto, en junio de 2027, en plena transformación societaria. El grupo ha necesitado de una ampliación de capital de 150 millones, de la que ya ha recibido cerca de la mitad, y que ha supuesto, entre otras cosas, el aterrizaje en el consejo como vicepresidente del exitoso empresario catalán José Elías, propietario, entre otras muchas empresas, de Audax Renovables o de la cadena de supermercados La Sirena. Un Elías que, por cierto, también tiene relación directa con el mundo del fútbol, pues fue uno de los avalistas de la campaña presidencial de Joan Laporta en el FC Barcelona.
Más allá de esto, yendo a lo estrictamente inmobiliario, el símil más cercano que desprenden las obras de OHLA respecto a las que van a llevar a cabo en el estadio del Real Zaragoza se encuentra en Polonia. Concretamente, en la ciudad de Bialystok, donde la constructora llevó a cabo la remodelación del estadio municipal en el que disputa su partido el Jagiellonia, de la primera división polaca.

Estadio del Jagiellonia Bialystok, en Polonia, reformado por OHLA entre 2012 y 2014. / OHLA
Dos proyectos que, aunque muy distintos, guardan una serie de similitudes más allá de su ejecutor. La primera es que, en lugar de levantar un nuevo complejo deportivo, se actuó en la misma parcela en la que ya se ubicaba el estadio, inaugurado en 1972 y con una capacidad para 9.000 espectadores. Los trabajos comenzaron en 2012 y duraron dos años, compatibilizando obras y fútbol y ampliándose hasta los 22.500 asientos. Esta convivencia entre la competición y la reforma era la idea inicial para La Romareda, aunque las dudas de LaLiga y la premura que exigía el Mundial de 2030 hizo que la sociedad Nueva Romareda apostase por mudarse a un estadio temporal durante dos temporadas. En cambio, la primera fase de las obras (derribo y reconstrucción del Gol Sur) sí se está realizando de esa forma.
Los plazos
El estadio de Bialystok también se construyó en dos fases, comenzando por los graderíos sur y oeste (otra similitud con Zaragoza), aunque su menor dimensión permitió que las obras apenas durasen dos años. En La Romareda serán, mínimo, tres años, teniendo en cuenta que las máquinas llegaron al estadio este pasado verano y se prolongarán, en principio, hasta junio de 2027. En el caso polaco, OHLA entregó las obras en agosto de 2014, dos años después de su inicio, y estas fueron inauguradas en octubre de ese mismo año. Esa diferencia temporal desde la entrega del proyecto hasta el corte de la cinta podría ser similar en el caso de la capital aragonesa.
Así las cosas, siempre que OHLA cumpla con los plazos a los que se ha comprometido, en junio se entregarían las llaves a la sociedad mixta que conforman el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza y el club, pero no sería hasta agosto cuando el Real Zaragoza precisaría de su uso, ya que es entonces cuando dan comienzo, por lo general, las temporadas.
En cuanto al socio de OHLA, la sociedad Altuna y Uria, tiene experiencia reciente en un estadio al que Zaragoza ha mirado muy de cerca, el nuevo San Mamés de Bilbao. Un campo que, por cierto, fue diseñado por el estudio de arquitectura Idom, el mismo al que se le han adjudicado los planos de una nueva Romareda que cada vez está más cerca.
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