El edificio sobre el que se desarrolló un barrio de Zaragoza busca transformarlo de nuevo

Los vecinos de Kasan quieren que la reforma empiece en dos meses, con un coste que irá de los 12 a los 15 millones

Este es el estado actual del edificio Kasán

Laura Trives

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Uno de los edificios más emblemáticos de la margen izquierda de Zaragoza, Kasan, se prepara para llevar a cabo una reforma integral que pretende no solo dar un vuelco al aspecto del inmueble sino también transformar parte de su entorno. El proyecto, que se encuentra perfilado pero no cerrado, supondrá una inversión que oscilará entre los 12 y los 15 millones de euros. Con él se cambiará toda la envolvente, mejorando la eficiencia energética, y se dará una nueva vida a la plaza de 12.000 metros cuadrados en torno a la que se ubican todos los bloques de viviendas, en los que residen en torno a 2.000 vecinos.

Este conglomerado de inmuebles se inauguró en 1973 y sobre él creció y se desarrolló el barrio del Actur. De hecho, estas viviendas dieron vida a la margen izquierda de Zaragoza hace medio siglo y ahora sus vecinos quieren, además de modernizarlo, aprovechar para reformar y mejorar el entorno del mismo.

La obra se divide en dos fases. La primera, la más cercana, podría empezar dentro de dos o tres meses. Con un coste de cuatro millones de euros, asumido íntegramente por la mancomunidad de Kasan, se centrará en reformar la plaza central. Las estimaciones hablan de un año, aproximadamente, para ejecutar por completo esta primera actuación. Una vez se finalice, los vecinos pretenden reformar todas las fachadas del edificio, en el que será el tercer intento de rehabilitación en los últimos 25 años. Una circunstancia que les hace ir con pies de plomo, ya que antes de endeudarse en una intervención de estas características tienen que tener asegurados al 100% todos los detalles.

El emblemático edificio Kasan del Actur.

El emblemático edificio Kasan del Actur. / Laura Trives

En la segunda fase, que aún no está cerrada económicamente pero que superará los ocho millones de euros, se cambiará toda la envolvente, aprovechando para mejorar la eficiencia energética de la mancomunidad y cambiar la actual calefacción de gas por un sistema de aerotermía que se ubicaría en las fachadas, que quedarán cubiertas con la reforma. En estos momentos, hay dos constructoras interesadas en llevar a cabo el proyecto, seleccionadas de un grupo de seis por los vecinos.

Se trata, en cualquier caso, de un «proceso complejo», tal y como reconoce el vicepresidente de la mancomunidad de vecinos, Francisco Bermúdez de Castro. «Hay que votar absolutamente todo en cada una de las trece comunidades. Hace dos años ya aprobamos una derrama que nos ha permitido recaudar bastante dinero, ya que la primera fase la tenemos que asumir nosotros», explica Bermúdez de Castro, vecino de uno de los bloques. Para la segunda fase, por sus características energéticas, se va a intentar contar con algún tipo de subvención pública, con especial mirada a los fondos europeos, aunque esta circunstancia está todavía en el aire.

Frentes abiertos

Sea como fuere, los implicados asumen que la ayuda del Ayuntamiento de Zaragoza será vital para que la iniciativa llegue a buen puerto. En ese sentido, el próximo 21 de enero tienen programada una reunión con el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, para abordar otras necesidades del entorno que deberían ir a la par de la reforma integral de Kasan.

José Ángel Bolea, vocal de Urbanismo de la Junta de Distrito en la pasada legislatura, repasa algunos de los frentes abiertos que tiene el bloque. «Es un edificio que ya nació mal, ya que el constructor hizo más plantas que las que debía», comienza argumentando. Una situación que se extiende, por ejemplo, al garaje, dimensionado para un Actur que en los 70 estaba rodeado de campos y que ahora se ha quedado pequeño. En la zona, eso sí, se está terminando de habilitar un nuevo parking público, detrás de la Escuela de Artes.

Recreación del aspecto de Kasan tras su reforma.

Recreación del aspecto de Kasan tras su reforma. / Servicio Especial

Asimismo, Bolea también se detiene en la calle trasera, Valle del Roncal, que tiene unas picotas de hormigón y no está abierta al público. El problema es que es propiedad de la DGA, que debería permutarla al ayuntamiento para su reforma. Por otro lado, los vecinos también consideran necesario cambiar los colectores de evacuación de aguas residuales, que han quedado anticuados. Esta actuación depende de Ecociudad. 

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