Instalaza se irá del centro de Zaragoza y ya negocia con el ayuntamiento para hacer pisos en la calle Monreal

El Plan General solo le permitiría construir 90 viviendas y le obligaría a ceder unas 16 para VPO al ayuntamiento. El acuerdo podría cerrarse antes de abril

Vista aérea de las instalaciones de Instalaza en la calle Monreal, en el centro de Zaragoza.

Vista aérea de las instalaciones de Instalaza en la calle Monreal, en el centro de Zaragoza. / Laura Trives

Zaragoza

Instalaza sacará su fábrica de armamento del centro de Zaragoza. La publicación del plan de interés autonómico de Aragón del macroproyecto que la compañía ha impulsado en Cadrete confirma que sacará sus instalaciones del número 27 de la calle Monreal, y que linda con el paseo Echegaray y el Ebro (a menos de 200 metros de la plaza del Pilar), para trasladar lo poco que queda en ellas a esta nueva ubicación en la que además se ampliarán un 45%. Mientras, según ha podido saber este diario, el ayuntamiento y la compañía armamentística ya negocian un convenio para poder edificar nuevas viviendas en la parcela del centro que quedará desocupada, que cuenta con más de 10.000 metros cuadrados. La intención de ambas partes es cerrarlo durante el primer trimestre del año. Los pisos serán en su mayoría libres, aunque también habrá un porcentaje de protección oficial (VPO).

"Adicionalmente e incluido en la Fase 1, el proyecto plantea que las Ofcinas centrales, I+D y fabricación de productos inertes, actualmente localizadas en la calle Monreal 27 de Zaragoza, puedan trasladarse a los terrenos de la carretera Mudéjar, polígono 109 y 110, término municipal de Zaragoza", explica el PIGA publicado este martes en el Boletín Oficial de Aragón. Se pretende dar forma a un complejo de grandes dimensiones en el que integrar la fábrica de Monreal y otras instalaciones de la empresa en Zaragoza, en un proyecto que ronda los 52 milllones de euros de inversión en una primera fase y que contará con un desarrollo posterior.

Pero su salida del centro es un viejo anhelo que lleva más de una década en el tintero y que depende de una decisión política que ahora se está negociando con el Gobierno del PP de Natalia Chueca, a través del área de Urbanismo, liderada Víctor Serrano. Se busca, al igual que se intentó en 2011 cuando el socialista Carlos Pérez Anadón era el responsable de esta área, cerrar un acuerdo para que, a través de un convenio, dé forma a una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que aumente la edificabilidad de este solar de 10.865 metros cuadrados.

Porque la clave de esta negociación, que se pretende cerrar durante el primer trimestre de este 2025, es que estos suelos ya permiten construir vivienda. El PGOU califica esta pastilla como Zona E, que para que la gente pueda entenderlo, es la misma situación legal que presentaba la antigua factoría de Averly en el paseo María Agustín cuando la construtora Brial se hizo con la propiedad. Pero con una enorme diferencia para lo que ahora se está negociando entre el Ayuntamiento de Zaragoza e Instalaza: los suelos de la antigua fundición permitía una edificabilidad de 2,5 metros cuadrados de residencial por cada metro cuadrado de suelo y los de Instalaza en la calle Monreal solo deja hacer uno por cada metro cuadrado.

A efectos prácticos, lo que le permitiría la ley a Instalaza en caso de ejecutar su posibilidad de construir vivienda es levantar unos 90 pisos, entre libres y de VPO. La ley de urbanismo, por su parte, obliga a hacer una reserva del 20% de esos pisos para la Administración, o lo que es lo mismo, que la ciudad tendría derecho a reclamar unas 16 viviendas o el equivalente en dinero de su valor. Por la cesión obligatoria del aprovechamiento.

Y es en este punto donde empieza la discusión o la negociación entre Instalaza y el consistorio zaragozano. La empresa quiere elevar la edificabilidad. Como ya lo intentó en 2011, por otra parte, con Pérez Anadón, con quien llegó a firmar un convenio para construir en estos suelos de Monreal 160 viviendas con 48 de VPO. Entonces los vecinos alegaron, y protestaron mucho con este acuerdo político, pero lo cierto es que nunca se llegó a ejecutar pese a tenerlo aprobado. Ahora, trece años después y con un proyecto de inversión de como mínimo 52 millones de euros, las pretensiones podrían ser otras. Quizá mayores, para que le cuadren las cuentas a Instalaza y la ciudad se beneficie de la reconversión de esta cicatriz urbana en pleno casco histórico.

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