El bar de Delicias con comida de la abuela y un vermú casero que enamoró a Violadores del Verso

Entre los platos más pedidos en el bar Amblas se encuentran las manitas de ternasco y los callos

Alba Ortubia

Alba Ortubia

Cada vez es más complicado encontrar bares que lleven la comida casera por bandera. El bar Amblas, ubicado en el corazón de las Delicias, es uno de esos establecimientos tradicionales con platos de la abuela donde prima la calidad del producto y el cariño en la elaboración. Entre sus platos más pedidos, encontramos las manitas de ternasco y los callos. “La casquería es una de nuestras especialidades”, afirma Ana Blasco, propietaria del local.

Cuando su padre, Andrés Blasco, abrió el restaurante de la calle Caspe en 1965, otra de las elaboraciones con más éxito era la cabeza de ternasco asada, que ahora solo cocinan por encargo. “Se comen los sesos, la varilla, la lengua…y hay que despiezarla con las manos, porque con los cubiertos te dejas la mitad de la carne”, explica Alfonso Blasco, el hermano de la propietaria que trabajó con ella hasta su jubilación.

En este bar conocen la importancia de conservar la paciencia entre los fogones. Cocinan sus carrilleras a fuego lento durante tres horas para conseguir un plato extremadamente tierno y sabroso. Este mimo se saborea incluso en platos tan comunes como sus patatas bravas. Las patatas no son congeladas, sino que Ana Blasco las pela una a una a mano, para después bañarlas en abundante salsa. “La gente valora mucho que sea todo casero, nada es quinta gama”, remarca la dueña del bar. Otro de sus platos más demandados son los boquerones y las anchoas en salmuera. “Las congelamos durante 15 días para evitar el anisakis”, explica Blasco con minuciosidad. 

En imágenes | El bar de Delicias con comida de la abuela y un vermú casero que enamoró a Violadores del Verso

En imágenes | El bar de Delicias con comida de la abuela y un vermú casero que enamoró a Violadores del Verso / LAURA TRIVES

Su vermú, todo un emblema del barrio

Pero si hay un producto que refleja la esencia del Amblas, ese es su vermú casero. En el almacén del local, guardan unas pipas de 1897 de roble americano con una capacidad de 300 litros en total. En algunas, almacenan vino tinto, y en otras, dejan reposar el vermú durante cinco meses “para que coja el sabor de la madera”, apunta la cocinera. Incluso la botella de vidrio en la que sirven el sifón tiene varias décadas de antigüedad, porque, para Ana Blasco, las actuales “no consiguen tanta presión”.

Esta bebida ya forma parte del ADN del barrio, tanto que Sohai, componente de Violadores del Verso, le dedicó una de sus rimas en su canción Deep-Deli, en la que homenajea a las Delicias: “Abuelos en bares beben más que yo / son mi futuro reflejo / de vermut en el Amblas”, reza una de sus estrofas. “Los de Violadores del Verso venían mucho por aquí” -recuerda Blasco- “una vez un fan mexicano que estaba de Erasmus en Madrid vino de propio a Zaragoza para visitar el local”.

Este establecimiento mantiene la tradición incluso en la conservación de las bebidas. En el Amblas, no usan nevera, sino una cámara frigorífica. “Lleva 57 años sin estropearse, no utilizamos otra cosa para enfriar las bebidas. Es como un armario con un motor”, sostiene la propietaria.

La visita de Feijóo

A las 12 de la mañana de un lunes, sus clientela más fiel ya ocupan las sillas del local. “Él lleva viniendo desde que abrimos el bar”, recuerda Alfonso Blasco mientras saluda a un cliente. “Hay clientes que ya son como familia”, apostilla su hermana.

En imágenes | El bar de Delicias con comida de la abuela y un vermú casero que enamoró a Violadores del Verso

En imágenes | El bar de Delicias con comida de la abuela y un vermú casero que enamoró a Violadores del Verso / LAURA TRIVES

Aparte de sus clientes habituales, el bar Amblas también ha recibido alguna vez visitas inesperadas. La más sorprendente fue la de Alberto Núnez Feijóo. El presidente del Partido Popular recaló en el restaurante en mayo de 2023, durante la campaña electoral de las elecciones generales que se celebraron el 23 de julio de ese mismo año. Jorge Azcón y Luisa Fernanda Rudi acompañaban al político gallego. “Pidieron muchos platos. Yo creo que Feijóo se fue contento”, opina Ana Blasco.

Tracking Pixel Contents