La reforma completa de las torres del Pilar costará unos cuatro millones de euros

La basílica del Pilar avanza hacia una rehabilitación que comenzará por las torres y que tiene previsto extenderse en los próximos años por otros elementos como la cúpula. En ese sentido, los andamios llegaron a mediados de este enero a las dos primeras torres, las ubicadas en la céntrica plaza (Santiago y Nuestra Señora del Pilar), con unos trabajos valorados en algo más de 2,1 millones de euros y que tienen previsto extenderse, si no hay contratiempos, hasta las próximas Fiestas del Pilar. En 2026 será el turno de las otras dos torres, santa Leonor y san Francisco de Borja, que dan a la ribera del Ebro. En total, la reforma de los cuatro elementos supondrá un desembolso de cuatro millones de euros (uno por torre, aproximadamente) que asumirá el Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

Los andamios empiezan a cubrir las torres del Pilar y anticipan los diez meses de obras

Con todo, desde la institución -encargada de administrar la vida eclesiástica de la capital aragonesa- no se cierran las puertas a una posible colaboración tanto con las admninistraciones públicas (Ayuntamiento de Zaragoza y Gobierno de Aragón) como con fundaciones y empresas privadas. Un mensaje que ha lanzado el portavoz del Cabildo, José Antonio Calvo, con pullita incluida: "Siempre somos nosotros los que nos preocupamos por la conservación del patrimonio, y casi siempre con fondos propios, que vienen de los donativos de la gente. Se ha visto en las capillas, en las que también han invertido algunas familias". En este último punto, está previsto que pronto comience la reforma de las capillas de San Joaquín y Santiago, que será paralela a la intervención en las torres.

Por el momento, ha explicado Calvo, todavía no han hablado con el ayuntamiento ni con el Ejecutivo autonómico de una posible colaboración económica, aunque sí en otros aspectos como la iluminación. Otro de los ejemplos, además de las capillas, que ha puesto el portavoz del Cabildo es la sala capitular de la catedral de la Seo, que ha sido reformada con fondos propios y que reabrirá al público el próximo 29 de enero, aprovechando el día grande de Zaragoza.

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La actuación

En cuanto a las intervenciones que se van a desarrollar en las torres del Pilar, el arquitecto responsable, Javier Ibargüen, ha reseñado que están en "buen estado", pero que presentan una serie de problemas generalizados en las cornisas que se agrava, especialmente, en la torre de Nuestra Señora del Pilar, cuya restauración se aceleró y no se completó por la inminencia de la inauguración de la Expo 2008. Las cornisas contarán ahora, además, con chapas metálicas de zinc y plomo que tienen una durabilidad de 75 años. "No podemos estar cada 15 o 20 años restaurando, porque los andamiajes son caros", ha expresado Ibargüen, quien también ha detallado que, para evitar la entrada de palomas al interior de las torres, se instalarán unas vallas metálicas antióxido que serán imperceptibles a primera vista.

En cuanto al interior de las torres, el arquitecto ha señalado algunos defectos que se deberán subsanar, como los "complicadísimos" accesos a algunos niveles, que complican sobremanera llegar al nivel superior, ya que cada elemento tiene más de 90 metros de altura. También ha destacado la necesidad de quitar algunos objetos e instalaciones "muy pesados" y que ya no tienen uso, cuestión para la que se aprovechará el andamiaje. Kalam, la constructora responsable, también contempla la posibilidad de cambiar los pararrayos, que tienen tecnología "muy anticuada".

La parte interna de las torres también sufrirá mejoras en algunas grietas que comenzaban a presentar, aunque Ibargüen ha matizado que no eran problemas estructurales "gordos". También se renovará la iluminación y se aprovecharán los andamios para revisar los elementos escultóricos de la fachada. En estos primeros días, además del andamiaje, se trabaja en la limpieza del interior de las torres.

Se trata de la cuarta actuación en la basílica en lo que llevamos de siglo. Las tres previas fueron en 2004, 2007 y 2011. La necesidad de esta nueva intervención se puso de manifiesto entre 2022 y 2023, cuando se registraron hasta tres caídas de fragmentos de piedra de las torres.