El Gancho reclama que las reformas de calles lleguen también a su barrio

«Nos han abandonado», lamentan

Mal estado del firme, las baldosas y la calzada en la calle San Blas.

Mal estado del firme, las baldosas y la calzada en la calle San Blas. / RUBÉN RUIZ

Iván Trigo

Iván Trigo

El Gobierno municipal de Natalia Chueca anda embarcado en un plan de renovación de calles que va a suponer la reforma de miles de metros cuadrados de vías y avenidas de la ciudad. Esta acción alcanza varios distritos de Zaragoza y a ello se suma la operación asfalto, a la que este año se destinarán 1,5 millones de euros. Sin embargo, hay un barrio de la capital aragonesa que, «un año más», se siente «abandonado». «En todo el Casco Histórico solo se va a asfaltar la calle Mayor», lamenta desde la Plataforma de Afectados del Gancho y Pignatelli, Javier Magén.

En esta zona de la ciudad, una de las que mayor degradación presenta, los vecinos echan de menos actuaciones concretas en calles que presentan un estado de conservación «muy deficiente». Es el caso de la calle San Blas, uno de los ejes que cruza el barrio desde el Mercado Central hasta la plaza Santo Domingo. «Es una calle que presenta muchos problemas de accesibilidad para los peatones porque en algunos tramos las aceras son muy estrechas, lo que lo pone muy difícil a las personas que van con sillas de ruedas. Es una zona que está muy transitada además por gente mayor porque está ahí el centro de salud», explica Magén.

La calle San Blas es, además, una de las ya pocas vías del Casco Histórico de la capital aragonesa que mantiene el adoquinado en la calzada. «Y muchas piezas están levantadas o movidas», lamenta Magén. El piso está lleno de parches y grietas que se abren por el paso de vehículos pesados y que aumentan el ruido de los coches que por allí circulan. En la última comisión de Urbanismo, el concejal del ramo, Víctor Serrano, fue preguntado precisamente por la reforma de la calle San Blas y, según dijo, esta obra «no está prevista» en cronograma de actuaciones del área de Infraestructuras. La última inversión del ayuntamiento en las calles del Gancho y Zamoray-Pignatelli fue la renovación de un tramo de la calle Agustina de Aragón, una obra que se inauguró en mayo del año pasado y que supuso una inversión de 353.834 euros. «Solo se renovó el tramo que da acceso a las piscinas municipales», lamenta Magén.

En el barrio, desde la Plataforma de Afectados del Gancho apuntan a otras vías donde sería necesario actuar: «La calle de Las Aguadoras, que también da al centro de salud, algunos tramos de Las Armas, Casta Álvarez y Mosén Pedro Dosset». Esta última también está adoquinada, está llena de baches y presenta unas aceras muy estrechas. 

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