Bar Berlanga, un clásico del tapeo en Zaragoza que nunca defrauda
El bar está situado junto a Parque Roma y dispone de menú diario y carta los fines de semana

En imágenes | Bar Berlanga, un clásico de Zaragoza que nunca defrauda / CARLA GREENWOOD
Los bares de tapas son un clásico de la gastronomía española. En Zaragoza, la oferta en restauración es muy amplia, aunque la clientela cada vez cuenta con menos lugares de confianza a causa de la oleada de cierres que va dejando menos locales míticos en pie con el paso del tiempo. Tampoco ayuda el auge de los restaurantes de comida rápida con las hamburguesas como plato estrella.
Sin embargo, hay muchos bares históricos que parecen mantenerse inmunes al paso del tiempo. Este es el caso de un bar de tapas con 50 años de historia e idolatrado por los clientes que abarrotan el local cada día desde primera hora de la mañana hasta su cierre una hora antes de la medianoche.

En imágenes | Bar Berlanga, un clásico de Zaragoza que nunca defrauda / CARLA GREENWOOD
Se trata del bar Berlanga, situado en el número 20 de la calle Martín Cortés de Zaragoza, junto a Parque Roma. Su dueño, Carlos Íñigo, es el heredero de un negocio familiar que decidió abrir su padre, Lázaro, en 1975.
Negocio familiar
No obstante, a pesar de tratarse de un negocio familiar, Carlos explica que sus hijos no continuarán con la tradición del bar, ya que quiere otro tipo de trabajo para ellos: “Es un trabajo muy esclavo”. “A mis hijos les intento dar buenos estudios. Saben que aquí tienen una puerta, pero prefiero que estudien”, añade.
Entre sus tapas más aclamadas se encuentran las zamburiñas, las anchoas, los chipirones o las salmueras, entre muchas otras. A causa de la gran cantidad de clientes habituales y esporádicos que saturan el servicio durante todo el día, Carlos Íñigo, quien se hizo cargo del bar en 2005, cuenta ya con seis trabajadores: dos camareros, tres cocineros y una persona para la limpieza, que le ayudan a liberar esta carga de trabajo.
Dificultades en pandemia
Pero no todo ha ido rodado siempre. Tal y como explica Carlos, igual que otros muchos dueños de bares y trabajadores del sector de los servicios, “la pandemia fue jorobada”. “Y ya no solo la pandemia, costó abrir después porque la gente tenía miedo. Pero poco a poco nos fuimos recuperando”, comenta.

En imágenes | Bar Berlanga, un clásico de Zaragoza que nunca defrauda / CARLA GREENWOOD
Carlos lleva en este negocio desde mucho antes de hacerse dueño del bar: “Cuando crecí, estuve contratado como ayudante, como camarero… Yo esto lo he mamado desde pequeño. Siempre he ayudado a mi padre”, explica. Y, una vez heredó el bar de su padre, tuvo que poner en práctica sus habilidades hosteleras para mantener vivo el negocio: “No es fácil mantener a la clientela. Hay que estar atento a lo que quieren para que estén contentos”.
Decoración zaragocista
El éxito de este bar no está solo en su gran variedad de raciones. Otro de los atractivos que llaman la atención de este local es la decoración zaragocista que adorna su pared principal tras la barra. En ella cuelgan diferentes platos a modo de cromos con la cara y el nombre de diferentes jugadores de la actual plantilla del Real Zaragoza.
Además, aunque las tapas son su gran especialidad y la gente queda más que satisfecha con ellas, el bar Berlanga ofrece a sus comensales un menú diario de lunes a viernes y dispone de comida a la carta los sábados y los domingos.
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