Pequeños y más caros: los pisos "vuelan" en Zaragoza
El precio de la venta y alquiler de pisos en Zaragoza no deja de crecer y, sin embargo, las inmobiliarias no dan a basto para atender la demanda. En el caso de los alquileres, los propietarios cada vez son más exigentes y ponen condiciones más duras para garantizar que cobrarán a final de mes.

Un joven mira con atención distintos anuncios sobre venta y alquiler de pisos en un escaparate. / CARLA GREENWOOD
Para un bolsillo medio los pisos en Zaragoza están por las nubes. Ni qué hablar para los jóvenes. Comprar una vivienda en la capital no es una tarea sencilla y encontrar un piso decente para alquilar por menos de 650-700 euros se presenta como un milagro. Sin embargo, «los pisos vuelan».
Varias inmobiliarias consultadas por este diario coinciden: hay muy poca oferta para responder a tanta demanda, por lo que las viviendas se las rifan entre unos y otros mientras sus precios van subiendo poco a poco. Para más inri, los fondos miran con interés la capital con ganas de invertir, lo que elevará, aún más, los precios.
San Pablo, tercero sin ascensor por 500 euros
Por poner ejemplos. Calle Las Armas, en pleno corazón de San Pablo, un tercero sin ascensor, dos habitaciones, cocina, baño y un salón más bien pequeño. Todo sin reformar y por 500 euros. ¿Interesados? «Hasta 127 entre llamadas y correos electrónico», explica Juan Morgado, de Morgado Inmobiliaria.
Actualmente, en Zaragoza los pisos están en alquiler una media de 10 días. Y los que están a la venta, un poco más, pero tampoco permanecen más de un mes en búsqueda de un nuevo propietario, asegura Silvia Tello, gerente de Site Soluciones Inmobiliarias. «Hay mucha demanda para tan poca oferta y esto está provocando una subida imparable de los precios», añade.
Según el Informe del Mercado Inmobiliario de Aragón del tercer trimestre de 2024 elaborado por la Cátedra en Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, el precio de los inmuebles residenciales creció hasta los 1.561 euros por metro cuadrado, un 3,2% más que en el mismo periodo del pasado curso. Un aumento impulsado, principalmente, por la compraventa de la vivienda usada. En cuanto al alquiler, el precio medio es de 9,3 euros el metro cuadrado.
Más allá de los datos, otro ejemplo. En el Actur actualmente hay en torno a 20 pisos de cuatro habitaciones a la venta, y unos 39 de tres dormitorios. «En un barrio con tanta demanda y tan poco donde elegir acaban subiendo los precios porque los dueños saben que lo van a vender igualmente», resume Tello.
Contratos de alquiler con nuevas condiciones
Lo mismo sucede con los alquileres, donde los arrendadores cada vez ponen más condiciones, siempre buscando su seguridad. Así, lo habitual ahora es que se exija un seguro de impago, contratos laborales indefinidos y «todo lo que consideren necesario» explica Tello. «Ahora pueden hacerlo porque hay tanta demanda que si una persona no se lo queda, tendrá otra detrás. Incluso hay gente que va a ver a los pisos con todos los papeles y la fianza», añade. Unas exigencias que, cierto es, son excluyentes.
«Este desequilibro solo se puede solucionar de una forma, con más oferta», explica la catedrática en Derecho Civil en la Universidad de Zaragoza e investigadora de IEDIS, Teresa Alonso, que lamenta que «todo lo relacionado con la vivienda se ha ideologizado».
Alonso incide en que la desprotección del arrendador ha provocado que cada vez sean más exigentes a la hora de alquilar un piso. «Busca su seguridad», resume. La proliferación de la okupación y las dificultades legales para desalojar las viviendas han colocado a los propietarios en una situación de desventaja que ha provocado que haya muchos pisos vacíos. Así que buscan protección con nuevas cláusulas que dejan fuera a una parte de la sociedad, normalmente los que menos recursos tienen.
«Los dueños de esos pisos necesitan tener la seguridad de que no van a tener problemas, pero es normal y no por ello son responsables de que haya gente que no puede acceder a esa vivienda», recalca Alonso, que asegura que no se puede cargar en los arrendadores el problema social que existe en España. «El responsable es el Estado y es el que tiene que darles una respuesta habitacional», incide.
Vivienda pública
Una respuesta complicada teniendo en cuenta que el parque público en España escasea. «Hasta ahora no había hecho falta tener ese remanente y para dotar de viviendas sociales suficientes hacen falta años», explica la catedrática.
En el caso de Zaragoza, la okupación se concentra en barrios consolidados como San Pablo, Delicias o Las Fuentes. Según el último informe del servicio de asesoramiento jurídico gratuito del Ayuntamiento de Zaragoza, el ranquin de incidencias lo encabeza el Casco Histórico con el 20,75% del total. Le siguen Las Delicias (16,7%), Las Fuentes (6,6%), Torrero-La Paz (6,2%) y en triple empate, con un 4,4% El Arrabal, Oliver-Valdefierro y San José.
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