José Antonio Mayoral: "No puede ser que haya grados que nadie conoce y que no sepamos para qué sirven"

El rector en funciones de la Universidad de Zaragoza afronta sus últimas semanas en el cargo

José Antonio Mayoral en las escaleras del edificio Paraninfo.

José Antonio Mayoral en las escaleras del edificio Paraninfo. / JOSEMA MOLINA

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Zaragoza

Tras más de ocho años al frente de la institución académica, José Antonio Mayoral afronta su último mes y medio como rector de la Universidad de Zaragoza entre la añoranza por terminar y el reto de prepararse para volver a las aulas como profesor. En esta entrevista repasa el crecimiento del campus público, la necesidad de repensar el mapa de titulaciones, las buenas relaciones con el Gobierno de Aragón o la llegada de inversiones chinas. También los peores y mejores momentos en el cargo.

Más de ocho años como rector se dice pronto. ¿Qué sensación tiene a poco más de un mes para terminar?

Uf, es difícil. Es una etapa que se acaba con cosas hechas, otras empezadas y proyectos sin hacer. Aunque uno sepa que tiene que dejarlo, cuesta. Tengo la sensación de que me tengo que reinventar, porque el trabajo de rector te aleja demasiado de tu auténtico puesto de trabajo, y también de que hay cosas que me hubiera gustado haber empezado.

¿Cómo cuáles?

Pues ver máquinas en edificios que están por construir, por ejemplo. También me queda pendiente ver cerrado el proyecto de la titulación de Aeroespacial en Teruel, en colaboración con la UNED. Es una experiencia pionera y rupturista. Quien venga tendrá que imprimir su sello, pero espero que el trabajo que se ha hecho de cara a la visión de la universidad como algo esencial en la sociedad aragonesa no se pierda. Eso cuesta mucho esfuerzo.

¿Siente que desde que llegó y hasta ahora la Universidad de Zaragoza ha calado más en la sociedad aragonesa?

Yo creo que sí. No es que lo sienta yo, es que me lo dicen. Se nos percibe más en todo el territorio.

¿Se va entonces dejando una mejor universidad?

Eso lo juzgarán los historiadores. He hecho lo que creía que debía de hacer. Por ejemplo, quería dejar la deuda a cero y así lo hemos hecho. Este año, sin un proyecto de presupuesto en Aragón, es un año de mal dadas porque no se trabaja igual y los que dependemos de ese presupuesto vamos a tener más problemas. Ahora, con la deuda a cero, tenemos un colchón para poder trabajar en un año complicado por una razón política.

"Ahora, con la deuda a cero, tenemos un colchón para poder trabajar en un año complicado por una razón política"

-¿Ya tiene claro lo que hará cuando cierre la puerta?

-Este año no daré docencia porque cuando acabe no quedará ya curso. A nivel de investigación, seguiré con proyectos y colaboraciones con empresas.

El rey inauguró el curso en la Universidad de Zaragoza, el Paraninfo acogió una reunión entre empresarios chinos y españoles, se ha puesto la primera piedra de la Facultad de Medicina en Huesca… ha sido un buen cierre, ¿no?

Seguramente sí, pero todo eso son consecuencias del trabajo realizado. En el caso de la celebración de la reunión con el sector chino, esa fue una decisión de la Embajada de China, pero fue fruto de un trabajo sensato que ya habíamos hecho con el gigante asiático. Allí las cosas no se pueden hacer deprisa y algo así es consecuencia de que en 2016 yo lograra firmar el Instituto Confucio con Nanjing. Esa semilla es el origen de esto. Nuestro Confucio es peculiar porque, aparte de idiomas y cultura china, está basado en Ciencia y Tecnología. China a Aragón está viniendo a traer tecnología y ahí nosotros estamos bien ubicados.

¿Ha tenido mejores sensaciones con los anteriores gobiernos de Lambán o con el actual de Jorge Azcón?

Con todos. La sintonía con el Gobierno de Aragón es buena, gobierne quien gobierne. Sinceramente, creo que el impulso de modernidad que está dando y necesita Aragón no sería igual si no estuviéramos nosotros. Reitero que nosotros hace años que pusimos la semilla en China al lograr el Instituto Confucio, pero no tenemos que recoger el fruto, sino que deben hacerlo quienes lo están haciendo ahora. Por ejemplo, ahora va a ir la alcaldesa a hermanarse con Nanjing, pero la primera relación con esa ciudad la hizo la Universidad de Zaragoza a través de un proyecto con la Universidad Nanjing Tech. Abrimos un camino y ese camino es nuestro trabajo.

"Nosotros hace años que pusimos una semilla en China al lograr el Instituto Confucio"

José Antonio Mayoral

— Rector en funciones de la Universidad de Zaragoza

¿Mira con recelo el auge de la Formación Profesional?

No, lo que miro con recelo y con miedo es que no sepamos hacer la auténtica transición en las dos direcciones. Creo que tener personas con formación de FP y formación universitaria les va a abrir muchísimas más puertas y miras, pero tenemos que potenciar el cambio de una titulación a otra y viceversa. También es necesaria la incorporación de mujeres a las STEM. Esto es algo que ya he trasladado a la ministra Pilar Alegría y a su equipo. En España hace falta clase media y con el modelo de grados de 4+1 nos cargamos las ingenierías técnicas, que dieron lugar a la clase media que hizo que este país en los años 60 pegara el pelotazo que pegó.

¿Cree que la Universidad de Zaragoza debería darle una vuelta a su mapa de titulaciones?

Totalmente. Hay que sentarse, hay que parar y hay que reflexionar en la universidad española. No puede ser que haya grados que nadie conoce y que no sabemos para qué van a servir. Antes de nada, un grado primero tiene que tener una formación básica y esa falta de formación intermedia nos resta calidad en los másteres, que eso sí que me preocupa.

¿Por qué?

Porque estamos perdiendo la batalla con las privadas. Tenemos que pensar qué másteres queremos y para qué. Tenemos que hacer másteres de investigación, pero no todos. Debemos hacerlo más prácticos porque, actualmente, somos poco competitivos.

¿Qué piensan de la Universidad de Zaragoza fuera de las fronteras?

Pues me llegan buenas impresiones de China, por parte de alumnos y de profesores nuestros que están dando clases allí. En Colombia también estamos haciendo cosas interesantes mediante el Campus Iberus y alguna facultad ya ha realizado algún proyecto. Y en Europa estamos bien, pero el problema es que Europa tiene la misión de regular y nos perjudica. Si planteamos qué hacer con los dobles grados, nos dicen que es competencia de los Estados y luego de las comunidades autónomas. ¿De verdad que Europa no puede decir las titulaciones son así y los Estados se tienen que aguantar? No, no puede. Entonces, ya caemos de nuevo en la burocracia. Europa tiene que tender a ser EEUU de Europa. Cuando viajas por el mundo sientes la irrelevancia de Europa.

¿Y Aragón es irrelevante en Europa?

Creo que Aragón está haciendo cosas, se está moviendo y es algo que ya empezó en anteriores legislaturas. Ahora hay continuidad y eso me gusta como aragonés. Lo bien hecho está bien, lo haga quien lo haga. Creo que nuestro trabajo se reconoce y la universidad es algo más que una máquina de dar títulos.

El Distrito Aragonés de Tecnología va a suponer un plus...

Va a tener mucho potencial y tenemos que crear empresas del área tecnológica. Nuestra experiencia en spin off o start up la ponemos al servicio y encima de la mesa, no nos importa, porque no pretendemos ganar dinero, sino crear sociedad.

¿Esperaba más candidaturas al puesto de rector?

Al menos una más sí.

¿Qué les desea a Rosa Bolea y José Ángel Castellanos?

Que lo hagan mejor que yo. Al fin y al cabo, uno siempre quiere que sus discípulos lo hagan mejor. Sí les diría que lo que funciona, no lo rompan. Que aporten nuevas ideas y sean transparentes como hemos logrado ser nosotros, algo que nos ha valido reconocimiento nacional.

¿Usted quién quiere que sea el próximo rector o rectora?

Esto no va de quiero más a papá o a mamá. Desde mi punto de vista, haría el candidato ideal cogiendo cosas de uno y de otro.

El próximo año alguno de ellos tendrá que negociar el nuevo contrato de financiación con el Gobierno de Aragón. ¿Cree que será difícil?

Tengo la sensación de que este Gobierno de Aragón está convencido de nuestro papel y creo que se negociará bien. Confío en el gerente, porque ya intuyo quiénes son los nombres en cada candidatura. Con la DGA_hay un compromiso de llegar al 100% de la financiación para cubrir los gastos, para poder abrir la puerta de la universidad cada día. Si se cumple, a partir de ahí tenemos que empezar a hablar de una financiación a partir de objetivos.

¿Cree que las universidades públicas están infradotadas en España?

La respuesta en general es sí, pero hay que entrar en el detalle de cada comunidad. Lo que acaba de firmar Cantabria, por ejemplo, ya lo querría para mí; en Galicia hace mucho tiempo que apuestan por la investigación de manera muy disruptiva, con grupos que reciben dinero de la Xunta... Nosotros no somos los mejores, pero tampoco los peores. Somos clase media. Cubrimos gastos, pero la comparación salarial en España no aguanta un pase. Estamos ahora, incluso, por detrás de Portugal. Sobrevivimos porque nuestros niveles salariales no son espectaculares y lo que me preocupa es que el puesto de ayudante doctor no sea suficientemente atractivo para que los jóvenes se queden.

¿Cuál ha sido el peor momento en ocho años?

Sin duda, la muerte de Manolo (se refiere al exrector Manuel López) y el fallecimiento de un alumno de la Universidad de Zaragoza que se encontraba de Erasmus en Noruega. La pandemia fue dura, pero eso fue trabajo. Lo otro no tiene arreglo.

Acabemos con una imagen más amable. ¿Cuál ha sido el mejor?

¡Que difícil me lo pone! Seguramente el mejor momento fue mi primera toma de posesión como rector de la Universidad de Zaragoza porque estaba mi madre y me acordé mucho de mi padre. A la segunda toma de posesión ella ya no pudo venir porque había fallecido. Así que me quedaría con aquella primera vez, que fue sin duda el momento más emotivo porque lo hice con mi gente. 

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