El edificio del Café Madrid en Zaragoza ganará cuatro plantas para incluir 72 viviendas
El proyecto constructivo plantea también excavar tres niveles de sótano e incluir dos piscinas, una exterior y otra climatizada. Los patrimonialistas denuncian una actuación que consideran «un insulto»

Estado actual del edificio del antiguo Café Madrid de Zaragoza, situado en la esquina entre la avenida Madrid y el paseo María Agustín. / Josema Molina

El proyecto para rehabilitar el edificio del antiguo Café Madrid de Zaragoza, situado en la esquina entre la avenida Madrid y el paseo María Agustín, incluye la construcción de cuatro nuevas plantas que se elevarán sobre la fachada ya existente, que está protegida y debe conservarse por su interés arquitectónico. El objetivo es dar cabida a 72 nuevas viviendas que contarán con unas zonas comunes de primer nivel con gimnasio, una piscina exterior y otra climatizada en un espacio anexo que dará a la calle Boaro.
Lo explica José Antonio Alfaro, de Cerouno Arquitectos, el estudio que se ha encargado de redactar el proyecto encargado por la promotora. «Estamos todavía en una fase muy inicial de desarrollo. Ya hemos sometido nuestra propuesta de intervención a la comisión municipal de Patrimonio, que ha dado su visto bueno», explica el responsable.
Este trámite es tan solo uno de los primeros pasos de este proyecto, que supone revivir, una vez más, los intentos para levantar viviendas en este bloque que data de 1889. Faltan todavía obtener todos los permisos y licencias para poder iniciar la obra, pero esto no se hará hasta que no se cuente con todas las garantías de que Patrimonio está conforme con la intervención.
Así, una vez que la comisión municipal ha dado su ok, falta todavía que se pronuncie la comisión provincial de Patrimonio, si bien, explica Alfaro, este organismo se centrará más concretamente en el impacto que generará la nueva construcción en el entorno de la iglesia del Portillo, que está protegida como Bien de Interés Cultural.
Según explica Alfaro, la propuesta de intervención, a diferencia de otros planteamientos que se habían hecho anteriormente, pasa por levantar en altura el nuevo edificio sobre la fachada del antiguo. Así, el inmueble se vaciará dejando solo los muros exteriores de las tres primeras plantas. En las cuatro superiores de nueva construcción se generará una fachada acristalada con un aspecto ligero para no robar protagonismo a los elementos más característicos de este inmueble decimonónico, un bloque en el que hasta hace bien poco se seguían sirviendo comidas en el mítico restaurante Casa Emilio.
«El objetivo es ser educado con todo el contexto en el que se sitúa el edificio. Hemos respetado los huecos y los ritmos propios de la fachada», cuenta Alfaro.
Sin embargo, una vez que este proyecto se hizo público el pasado sábado, las críticas no han tardado en llegar. Desde la asociación de Acción Pública en Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) consideran que la propuesta es «un insulto a la inteligencia, al buen hacer, al equilibrio social y, por supuesto, al patrimonio». Según la presidenta de esta entidad, Belén Boloqui, este proyecto no es sino «la constatación de la deriva en la que siempre ha estado sumida Zaragoza».
Según critican desde la entidad, la construcción de nuevas viviendas de lujo en este ámbito -donde también se han levantado bloques de alto standing en los suelos de la antigua factoría de Averly y tras el muro del antiguo cuartel de caballería del paseo María Agustín- no hace sino agravar la crisis de la vivienda. «Convendría esponjar la ciudad y abrir zonas verdes en pequeños espacios y plazas que van surgiendo en la ciudad. Pero a cambio vemos que las propuestas van en el sentido contrario: construir, construir y construir. Lo mismo va a ocurrir en Lagasca en la antigua clínica del Doctor Lozano», critica Boloqui. Sin embargo, recuerda el arquitecto a cargo del proyecto, el número de viviendas incluidas en el nuevo diseño es el que establece el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) por la cantidad de metros edificables incluidos en este solar.
Sobre esta cuestión de índole legal, Boloqui opina que «es el problema de origen». «Es cierto que la edificabilidad viene dada en el PGOU pero, ¿quien escribe ese PGOU? Lo utilizan para jugar al Monopoly», denuncia la presidenta de la entidad patrimonialista.
Sea como fuere, el proyecto para construir viviendas en el edificio del antiguo Café Madrid ha comenzado ya su andadura administrativa, aunque todavía son varios los pasos que deben darse antes de iniciar unas obras que podrían durar unos 20 meses. En total, el nuevo edificio de viejas fachadas tendrá unos 15.000 metros cuadrados contando con las tres plantas de sótanos y una última altura con áticos.
El proyecto plantea también el derribo del edificio rojo situado en los números 77 y 79 del paseo María Agustín y la creación de un patio interior con zonas comunes y la piscina exterior.
En la parte del solar que sale a la calle Jerónimo Borao se levantará también un edificio de usos compartidos en el que se habrá un gimnasio y una piscina climatizada. Todo un lujo en una zona que se ha convertido en los últimos años en una de las millas de oro de la ciudad, una conversión que todavía no ha acabado: la reurbanización de la pastilla del Portillo incluye un solar en el que cabrán otras 200 viviendas.
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