Los vecinos piden modificar el proyecto de reforma de la plaza San Miguel

Consideran que hay varios aspectos del diseño que van a ocasionar problemas y piden que el inicio de las obras no coincida con la Navidad

Recreación del aspecto que tendrá la nueva plaza San Miguel de Zaragoza.

Recreación del aspecto que tendrá la nueva plaza San Miguel de Zaragoza. / AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

Iván Trigo

Iván Trigo

Zaragoza

Los vecinos del entorno de la plaza San Miguel y la calle Espartero se han constituido en una plataforma para intentar que el Ayuntamiento de Zaragoza escuche sus reivindicaciones antes de que comience la reforma de esta zona del centro de la capital aragonesa y de un tramo del Coso. Según consideran, hay varios puntos dentro del proyecto planteado que pueden resultar problemáticos en un futuro, motivo por el cual también van a presentar alegaciones al documento que estos días se expone en información pública en la web municipal.

Entre otras cuestiones, esta nueva plataforma advierte de que el inicio de las obras, marcado para noviembre de este mismo año, tendrá un gran impacto en los comercios de la zona, puesto que justo coincidirá con el comienzo de la campaña navideña, lo que les restará ingresos de forma considerable, opinan.

Asimismo, los vecinos y comerciantes opinan que, si la calzada pasa a tener solo un carril por cada sentido, debe limitarse el paso por la plaza al transporte público y no dejar que accedan los vehículos privados. De lo contrario, se formarán atascos porque por San Miguel pasan y efectúan parada seis líneas de autobús.

"Estamos muy contentos, pero hay cuestiones que nos precupan"

«Estamos muy contentos con la reforma, pero hay varias cuestiones que nos preocupan y mucho», explican desde esta plataforma, que el próximo martes ha convocado a los vecinos a una reunión informativa en la sede de la Federación de Barrios a las 19.30 horas.

Otros aspectos que piden revisar es la instalación de pérgolas metálicas en un entorno BIC y de juegos infantiles «siendo que se trata de una de las zonas más envejecidas de la ciudad». Además, temen que la ampliación de las aceras, con la que están de acuerdo, suponga que las terrazas puedan ganar más espacio, lo que generará molestias por ruido. 

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