Cristian Ruiz, mejor profesor STEAM: "Me gustaría tener entornos donde la tecnología esté al servicio del alumno y no al revés"
El docente subraya la importancia de enseñar a los estudiantes a utilizar las herramientas tecnológicas de forma adecuada sin dejar a un lado el "pensamiento crítico"

Cristian Ruiz, mejor profesor STEAM, en un aula. / Servicio Especial
STEAM, del inglés Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics, son las cinco siglas ahora de moda en el entorno educativo de Aragón. Tanto es así que, hace apenas un mes, Zaragoza acogía un congreso nacional de esta temática bajo el lema ‘Leading The Future’. Fue precisamente ahí donde Cristian Ruiz recibió el premio al mejor docente STEAM, que considera un «reconocimiento» no solo a su trayectoria, sino también a las iniciativas del centro Juan de Lanuza donde imparte clases.
Pero, ¿por qué introducir estas materias científico-técnicas y artísticas en las aulas? Ruiz, que forma parte del Commission Expert Group for the development of guidelines on high-quality informaticsm, un proyecto de la Comisión Europea, comparte su visión: «Los alumnos vienen al colegio a, entre otras cosas, aprender cómo funciona el mundo que les rodea. Tienen que aprender cómo funciona el sistema digestivo, qué es la fotosíntesis… También tienen que aprender cómo funciona la tecnología, que no es magia».
Pero, matiza, también «es importante el cómo se forjan en estas materias». «Si el uso de la Inteligencia Artificial (IA) no está bien enfocado puede provocar mucho daño en el futuro», sostiene. Él pone el foco en el pensamiento crítico, que define como «la clave». «Es importante que la IA no supla a lo que supone un desarrollo cognitivo. Hay que tener esa conciencia», destaca.
El profesor señala que también se debe enseñar a los estudiantes a contrastar las respuestas que dan herramientas como Chat GPT. Y, además, a mencionarlas en el texto. «Hay que insistir a los alumnos en que citen qué herramienta de IA han empleado, de qué manera y cómo ha enriquecido su trabajo. E incluso también mostrar los resultados, y decir ‘esto es lo que me ha dicho la IA y yo le he dado este toque’», dice.
Y no todo es responsabilidad de los alumnos. Ruiz sostiene que, mientras los estudiantes deben formarse en el buen uso de la tecnología, los docentes deben aprender a integrarla. «Hay que cambiar la forma de evaluar y pedir las tareas», apunta, y ejemplifica que, si se pide un documento de texto, los estudiantes usarán la IA pero no la citarán. Algo que, dice Ruiz, siempre se ha hecho. «Cuando yo iba a la carrera ya existía el Rincón del Vago», recuerda. Por eso, el objetivo no debe ser prohibir su uso en las aulas, sino enseñar a que las citen.
También las familias son un factor a tener en cuenta. El profesor subraya que se debe «involucrar» a las mismas en los proyectos tecnológicos -así lo hacen en el Juan de Lanuza- para que les «pierdan el miedo». «Los padres quieren saber que lo que se hace con la tecnología en el colegio tiene un propósito, que si ponen un vídeo de YouTube aporta un valor», dice.
Ruiz es consciente que no todos los centros tienen los mismos recursos, así como de que el apogeo de la pedagogía STEAM llega en un momento de déficit de profesorado de Secundaria y Formación Profesional en Aragón, sobre todo en materias como Informática. «Yo llevo 15 años en la docencia y me apasiona, pero entiendo que hay ámbitos de la empresa privada que están muy bien pagados, mucho mejor que en educación», expresa.
Con todo, considera que «la administración hace un esfuerzo en formar a los profesores» en este ámbito. Ruiz señala que «está claro que Aragón se quiere enfocar como un hub tecnológico» y él, detalla, está «encantado». Pero considera que «hay que ser un poco más ambicioso». Lo ejemplifica: «Se hace un congreso un día de IA y está bien, pero viene el docente que trabaja en un CRA de Huesca y me dice que le encantaría hacer lo que hago en mi centro pero que tiene niños de diferentes edades en el aula y necesita otras cosas».
Así, destaca que «el punto no solo está en si hace falta la IA o no, sino en los recursos que se necesitan». «Yo pediría más dinero para la escuela pública para poder hacer muchas más cosas», afirma, y añade: «Hay proyectos pequeños que tienen otras necesidades».
Con todos los factores sobre la mesa, recuerda que «la tecnología, bien usada, es una aliada y no un enemigo». «Me gustaría tener entornos tecnológicamente humanos donde la tecnología esté al servicio del alumno y no al revés», afirma.
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