Medusa, el kebab más antiguo de Zaragoza que nunca pasa de moda: “Me gusta ser un clásico”

Ahmet Saglik, propietario de este mítico establecimiento, repasa su historia y la de este restaurante que cumple ahora 25 años

Ahmet Saglik, propietario del Medusa, el kebab más antiguo de Zaragoza en la calle Hermanos Argensola.

Ahmet Saglik, propietario del Medusa, el kebab más antiguo de Zaragoza en la calle Hermanos Argensola. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

Zaragoza

La historia de Ahmet Saglik podría ser la de cualquier joven de hoy en día que emigra de su país en busca de nuevos horizontes con la maleta llena de sueños y ganas de vivir experiencias. Lo que Ahmet no sabía al dejar su Estambul natal en 1994, cuando tenía 26 años, es que acabaría haciendo historia en Zaragoza al abrir el primer kebab de la ciudad.

House of Medusa es el nombre de este mítico establecimiento situado en pleno Casco Histórico (Hermanos Argensola, 8), un restaurante pionero que este 2025 celebra sus bodas de plata. Abrió sus puertas en el año 2000 y durante este cuarto de siglo se ha mantenido en el candelero, con una apuesta basada en la calidad y la elaboración artesanal de estos bocadillos de carne típicos de la gastronomía turca.

La primera vez que Ahmet visitó Aragón fue en 1989, cuando llegó a Jaca para participar en el Festival Folklórico de los Pirineos. Ahmet había recorrido otros países europeos como los de los Balcanes, Francia o Portugal, pero lo que encontró aquí le sorprendió: “Me enamoré de esta tierra”, reconoce. La bulliciosa vida social y la cordialidad de la gente encandilaron a este turco que trabajaba como camarero en un kebab de Estambul, el House of Medusa, frente a la Catedral de Santa Sofía.

Tras su estancia en los Pirineos, Ahmet siguió viajando y viniendo a España de vacaciones, hasta que cinco años después, en ese restaurante, conoció a un comerciante de alfombras de Zaragoza que le ofreció un contrato de trabajo con permiso de residencia para venir a España. Ahmet no lo dudó: “Quería cambiar, quería aventuras”. Así que hizo las maletas y en el año 1994 se estableció finalmente en la capital aragonesa.

El primer kebab de Zaragoza

En el 2000 abrió sus puertas el Medusa, el kebab más antiguo de Zaragoza que, como a Ahmet le gusta decir, es "una sucursal" de aquel restaurante de Estambul en el que trabajaba y que continúa abierto hoy en día, en cuya carta se muestra la dirección de Hermanos Argensola. Sobre los inicios, el hostelero explica que por aquel entonces nadie conocía este plato de comida rápida turco elaborado con pinchos de carne --ternera o pollo--, vegetales y distintas salsas que se sirve dentro de un pan de pita o durum: “Era algo que solo había en lugares como Londres o Berlín, donde había muchos inmigrantes turcos".

Precisamente, el primer kebab que hubo en España lo abrieron en Madrid unos turcos llegados de Alemania con los que Ahmet estuvo trabajando durante una semana para aprender, ya que según explica “en Turquía no se prepara igual que en Europa”. Así, con la ayuda financiera de unos amigos, el sueño se hizo realidad. “Siempre tuve la idea de abrir mi propio negocio. Los turcos somos una cultura muy emprendedora. Te vas seis meses en el Gran Bazar y aprendes lo mismo que en una universidad de comercio”, bromea Saglik.

El propietario del Medusa recuerda cómo “la gente se quedaba asombrada, me veían con un cuchillo enorme que tenía, cortando aquella carne que daba vueltas, y les sorprendía mucho, sobre todo a los niños”. Sus ganas de salir adelante y su visión de futuro catapultaron al éxito al Medusa, que llegó a contar con cuatro restaurantes en Zaragoza: Hermanos Argensola, calle Cádiz, Arzobispo Domenech y María Zambrano, esquina con valle de Broto.

Los kebabs del Medusa destacan por la calidad de sus ingredientes y su elaboración artesanal.

Los kebabs del Medusa destacan por la calidad de sus ingredientes y su elaboración artesanal. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Un clásico hecho con calidad y cariño

La falta de trabajadores y las subidas de precios llevaron al propietario a cerrar tres de los locales y quedarse únicamente con el Medusa originario en 2016. “Ahora vivo muy bien, tengo una vida muy tranquila”, admite. Aunque lo más gratificante, según dice, es que después de 25 años el Medusa sigue despertando la confianza de una clientela que se ha mantenido fiel desde sus inicios: “Me gusta ser un clásico”, sentencia con una amplia sonrisa.

Ahmet identifica las claves de su permanencia. “La carne es de calidad, y eso marca la diferencia, la gente lo agradece muchísimo. Y el precio sigue siendo barato, un kebab sencillo son 6 euros y el doble con queso 6,50 euros”. Además, pese a ser musulmán, no tiene ningún problema en servir alcohol. El mimo en la cocina y trabajar con la misma pasión que el primer día cierran la lista de ingredientes para el éxito. “Si haces las cosas con cariño, todo te sale bien”, asegura.

Con 57 años, a Ahmet le queda poco para jubilarse aunque espera que el House of Medusa siga haciendo historia "este yo o no esté". “En la vida no solo hay que pensar en el presente, hay que saber mirar también al futuro”, reflexiona el hostelero, que comparte barra con su sobrino recién llegado de Turquía para ayudarle con el negocio.

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