Las gradas de la 'mini Romareda' darán sensación de verticalidad para acercar la afición al equipo

Los trabajos en el estadio modular avanzan a buen ritmo y ya se intuye la base del fondo norte y de la tribuna este

Estado de las obras del estadio modular del Actur, este jueves.

Estado de las obras del estadio modular del Actur, este jueves. / Josema Molina

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza

El reloj de arena que marca la cuenta atrás para la mudanza del Real Zaragoza a la mini Romareda del Parking Norte de la Expo lleva del revés desde comienzos de año y aceleró su ritmo el pasado 5 de marzo con el inicio de la construcción de los graderíos. En ese sentido, poco más de una semana después ya se intuye el aspecto del fondo norte y de la tribuna este, las dos primeras estructuras que se están levantando y que, junto al fondo sur –donde se ubicará la grada de animación– y a la tribuna oeste dotarán al estadio modular de una fuerte sensación de verticalidad. Con ello, los arquitectos del proyecto buscan contribuir a una mayor presión ambiental y a un apoyo más directo de la afición al equipo. Uno de los estadios referencia en España construido con esta tipología es el Santiago Bernabéu, hogar del Real Madrid. 

Y es que es óbice señalar que la capacidad de la mini Romareda será mucho menor que la del vetusto estadio, ahora en reformas y que, con su remodelación, superará las 43.000 butacas. Por contra, el estadio modular del Actur apenas tendrá capacidad para unos 20.000 espectadores, menos de la mitad y unos 13.000 menos que los que podía acoger hasta este año la vieja Romareda. Esta temporada, por las obras en el fondo sur, el aforo ya se ha visto reducido a una cifra que se aproxima a los 24.000 aficionados. 

Por el momento, el Real Zaragoza todavía no ha decidido cómo distribuirá a sus abonados (en la pasada campaña llegó a tener casi 29.000) y qué criterios seguirá a la hora de seleccionar quién tendrá un hueco reservado en el estadio provisional, al que el club se va a mudar, si todo va según lo previsto, durante las dos próximas temporadas.  Asimismo, además de las gradas norte y este, también se han comenzado a construir los cimientos del edificio modular que se situará detrás de la tribuna oeste, en el que se ubicarán las zonas hospitality y, sobre todo, los vestuarios local y visitante y para el equipo arbitral, así como todo el programa deportivo que acogerá la mini Romareda.

Los plazos de ejecución marcan que el estadio modular del Actur deberá estar listo para finales de mayo y, según la sociedad Nueva Romareda, los trabajos avanzan "a buen ritmo". La obra está siendo ejecutada por 12,7 millones de euros por la UTE (unión temporal de empresas) formada por el grupo aragonés MLN y la sociedad de origen suizo Nussli, experta en este tipo de montajes modulares. Mientras, el diseño arquitectónico corre a cargo de los estudios MSM y Urban Mater. MLN, además, también se está encargando simultáneamente de la reurbanización de los suelos del entorno, propiedad de la DGA, por 2,1 millones.

La nueva Romareda

Por su parte, los trabajos de reconstrucción del Gol Sur avanzan de forma paralela. En estos momentos, las obras se centran en la ejecución de los pilares que darán sujeción al techo del sótano y de las pantallas del graderío, también a la altura del sótano. También se están ejecutando los muros de configuración de los depósitos del sistema antiincendios. Por último, los operarios ultiman las intervenciones previas (vigas, sobre todo) antes de arrancar con la construcción de los pórticos del futuro Gol Sur.

En este caso, las obras del Gol Sur, que irán seguidas del derribo y la construcción del resto del estadio, están a cargo de la UTE formada por OHLA-Altuna y Uria, que se adjudicó el gran contrato por 124,5 millones con la promesa de tener la nueva Romareda lista en junio de 2027. 

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