Los comerciantes del Casco Histórico advierten del impacto "devastador" del proyecto de reforma del Coso de Zaragoza

Opinan que el Gobierno municipal busca la "peatonalización encubierta" de la calle Don Jaime, una opción que el concejal de Urbanismo negó la semana pasada

El Coso de Zaragoza en su confluencia con la plaza San Miguel.

El Coso de Zaragoza en su confluencia con la plaza San Miguel. / RUBÉN RUIZ

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Zaragoza

Las asociaciones que agrupan a los comercios del Casco Histórico de Zaragoza han manifestado su "firme oposición" al proyecto que de reforma integral del Coso, la calle Espartero y la plaza San Miguel anunciado por la alcaldesa, Natalia Chueca, que contempla una duración de obras de 17 meses y "una transformación radical de la movilidad en la zona, incluyendo la peatonalización encubierta de la calle Don Jaime I", una opción que desde el Gobierno municipal han negado en varias ocasiones, la última, la semana pasada por parte del concejal de Urbanismo.

El proyecto de reforma sí que supondrá la reducción de los carriles de circulación en el Coso y San Miguel, que se quedarán en uno por sentido, la eliminación de zonas de carga y descarga y de uno de los aparcamientos más grandes de motos de la capital aragonesa, "lo que en la práctica supondrá el aislamiento del Casco Histórico y el estrangulamiento de su actividad económica", opinan los desde la asociación Zaragoza Esencial.

No podemos consentir que se lleve adelante un proyecto que pone en jaque la supervivencia del pequeño comercio y la calidad de vida de los vecinos, sin diálogo ni participación real de los afectados”, denuncia Zaragoza Esencial, que está impulsando reuniones conjuntas con asociaciones de comerciantes, vecinales y del sector del transporte para presentar alegaciones formales y exigir la suspensión o revisión inmediata del proyecto.

La asociación alerta de que la duración y el impacto de las obras, "que afectarían a más de 38 millones de desplazamientos durante su ejecución", según sus propios cálculos, y que vaciará la zona de viandantes, afectará a más de 16 líneas de autobús, y dificultará el acceso a los comercios, "reducirá las ventas y pondrá en riesgo la viabilidad de centenares de negocios".

Además, advierten que este tipo de intervenciones en otras zonas de la ciudad "han demostrado que restringir el tráfico sin soluciones reales de movilidad genera pérdida de clientela, incremento de inseguridad y deterioro del entorno urbano".

Zaragoza Esencial se muestra abierta a participar en cualquier proceso de diálogo o reunión que permita revisar el proyecto y proponer alternativas viables, que mejoren la zona sin destruir el tejido comercial ni expulsar la vida del Casco Histórico.

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