Comerciantes contra la peatonalización: ¿es beneficioso o perjudicial para las tiendas reducir el espacio para los coches?

La asociación Zaragoza Esencial ha vuelto a abrir el debate sobre la reducción del tráfico rodado en la calle Don Jaime I

Viandantes y vehículos conviven hoy en la calle Don Jaime de Zaragoza, uno de los ejes comerciales del centro.

Viandantes y vehículos conviven hoy en la calle Don Jaime de Zaragoza, uno de los ejes comerciales del centro. / JOSEMA MOLINA

Iván Trigo

Iván Trigo

Zaragoza

Basta con hacer una rápida búsqueda en Google para encontrar decenas de noticias en las que se cuenta que los comerciantes se han pronunciado en contra de las peatonalizaciones de calles. Pasa en todas las ciudades. En las más pequeñas, como Lerma, Burgos; en otras medianas, como Santiago de Compostela; y en las más grandes, como Barcelona, donde asociaciones del sector terciario llegaron a tumbar en los tribunales la peatonalización de la calle Consell de Cent emprendida por Ada Colau. Zaragoza no es una excepción: en cuanto se pronuncia la palabra maldita, los tenderos se revolucionan. Pero, ¿por qué?

Diferentes -innumerables- investigaciones demuestran los impactos positivos de las peatonalizaciones en el comercio de las ciudades, aunque esta afirmación también contiene matices que también han sido motivo de estudio por la Academia. En la capital aragonesa, esta misma semana, la asociación de comerciantes del Casco Histórico Zaragoza Esencial ha emitido un comunicado en el que clamaba contra "el impacto devastador" de la futura reforma del Coso y de la plaza San Miguel, un proyecto que incluye la redacción de carriles para el tráfico rodado y la ampliación de las aceras.

No obstante, desde Zaragoza Esencial van un paso más allá y consideran que esta obra incluye la "peatonalización encubierta" de la calle Don Jaime I, un asunto que siempre ha levantado espinas en la ciudad y que más de una vez ha estado encima de la mesa. En efecto, mientras duren las obras del Don Jaime I tendrá que cortarse al tráfico durante algunos periodos, pero el Gobierno municipal, preguntado por si optará por eliminar el tráfico de buses y coches una vez acabe la reforma, se ha mostrado tajante. "No", respondió el concejal de Urbanismo a preguntas de este diario sobre esta misma cuestión.

Aun así, esta asociación de comerciantes del Casco Histórico considera que el proyecto de reforma del Coso, tal y como está planteado, conllevará "la reducción drástica de los carriles de circulación, la eliminación de zonas de carga y descarga, paradas de autobús y taxi, uno de los aparcamientos de motos más grandes de Zaragoza y una modificación del acceso a calles adyacentes como San Vicente de Paúl y Don Jaime", lo que en la práctica supondrá "el aislamiento" del corazón de la ciudad "y el estrangulamiento de su actividad económica".

¿Qué dice la ciencia?

Además, Zaragoza Esencial advierte de que este tipo de intervenciones en otras zonas de la ciudad "han demostrado que restringir el tráfico sin soluciones reales de movilidad genera pérdida de clientela, incremento de seguridad y deterioro del entorno urbano". Pero ante estas afirmaciones, hay estudios científicos que demuestran justo lo contrario: la correcta peatonalización de los entornos urbanos tiene un impacto positivo en los comercios debido a que las ventas aumentan.

Esta es una de las principales conclusiones de una investigación elaborada por catedráticos de la Universidad de Tokyo y el Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) y publicada en 2021. Para realizar este estudio se analizaron miles de compras realizadas con tarjetas de crédito (datos del BBVA) entre los años 2010 y 2012 en 14 grandes ciudades españolas. El resultado fue que, en ese lapso temporal, en las calles que habían sido peatonalizadas, las transacciones y ventas aumentaron, y más en las ciudades medianas que en las grandes. Otro informe, este del año 2001 y elaborado por la Unión Internacional del Transporte Público, da cuenta del aumento de los ingresos de las tiendas de ciudades americanas y europeas tras la puesta en marcha de procesos de peatonalización de sus calles. De media, las ventas aumentaron un 22% en las 12 urbes que componían la muestra.

Otro artículo, este publicado por el BBVA, afirma directamente que "invertir en zonas peatonales multiplica los ingresos locales". En este documento se recogen las palabras de la coordinadora técnica de la Red de Ciudades que Caminan, la arquitecta y experta en urbanismo Ana Montalbán, quien explica que, ante procesos encaminados a la reducción del tráfico rodado en las urbes, "el comercio ha sido el principal reaccionario", pero explica que esa oposición es al cambio en sí y no a la creación de espacios más amables en las ciudades.

Esto es lo que llama el artículo del BBVA "el ciclo de la pacificación vial". Primero hay una oposición "visceral" -apunta Montalbán- a las peatonalizaciones. Pero con el paso del tiempo, la opinión pública se mueve hacia una posición mucho más favorable. En Liubliana, recoge este documento, se cerraron en 2007 un total de 12 hectáreas al tráfico de coches, "con solo el 40% de la población a favor de la peatonalización". En 2017, "el 97% de los habitantes de la capital eslovena se oponían a la reapertura del centro al tráfico motorizado".

Recreación virtual del futuro Coso

Recreación virtual del futuro Coso / SERVICIO ESPECIAL

Pero ojo, no todo es la panacea. Según refleja en su tesis de posgrado la urbanista Laura R. Salvador González, un trabajo dirigido por el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid Francisco José Lamíquiz Daudén, las reformas que implican la priorización peatonal de las calles, ya sean peatonalizaciones o la reducción de carriles de tráfico, también implican la transformación de la tipología de los comercios en las calles afectadas, sobre todo si están situadas en entornos muy turísticos o de interés para el mercado inmobiliario.

Así, en zonas céntricas, como lo sería la calle Don Jaime I, la transformación de la movilidad, "bien sea mediante la peatonalización completa o mediante un aumento parcial de la superficie peatonal, genera un notable impacto sobre el comercio, pues favorece la expulsión, y por tanto, desaparición, del pequeño comercio local y su sustitución por franquicias multinacionales".

Las conclusiones de Laura Salvador se basan en un análisis del censo de comercios de los principales ejes comerciales de Madrid, si bien en Zaragoza hay un caso práctico que bien podría servir de ejemplo para este artículo: la calle Alfonso. Esta se peatonalizó en el año 2001 y hoy está copada de franquicias y marcas nacionales e internacionales -aunque existen todavía honrosas excepciones-. En la calle Don Jaime, sin embargo, sobreviven comercios más tradicionales y con más arraigo local.

Este fenómeno, explica Salvador, no solo se debe obviamente a la peatonalización de calles, puesto que "las dinámicas neoliberales del mercado global o del capital inmobiliario [...] y los cambios en las costumbres de consumo" también afectan a este proceso de homogeneización comercial de las ciudades. Pero según sus datos, las peatonalizaciones influyen porque revalorizan los locales comerciales. El debate está servido. Argumentos hay para el que quiera retomar la discusión.

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