J-85, el bar de la Romareda donde resisten los bocadillos y hamburguesas de toda la vida

Este establecimiento, situado en el número 9 de la calle San Francisco de Borja, se caracteriza por su trato cercano y familiar

Zaragoza

Los bares familiares han resistido en la mayoría de ciudades frente al aumento de restaurantes innovadores y exuberantes. Su sencillez, trato de los empleados y el clima acogedor le han ganado la partida en muchos casos a los bares más modernos que se centran solamente en la venta del producto.

En Zaragoza, hay multitud de bares tradicionales que ofrecen servicios de restauración pero siempre cuidando los aspectos que van más allá del simple hecho de ofrecer comida a distintos precios. Es el caso del bar J-85 regentado por Andros Gil, un establecimiento situado en pleno pulmón de la zona universitaria y que lleva funcionando desde 1985.

El padre de Andros tenía una verdulería al lado del local actual, en ese momento diáfano, y decidió adquirirlo para montar el J-85. Años después, Andros heredó el bar tras del fallecimiento de su padre. "El nombre es debido a la 'J' de José, mi padre, y el 85 por el año de la fundación", explica el gerente.

40 años de hamburguesas y bocadillos de toda la vida

J-85 conserva la esencia de tiempos pasados en la mayoría de sus preparaciones. "Nada de moderneces, nuestros bocadillos y hamburguesas son los de toda la vida". El establecimiento ofrece numerosas opciones de hamburguesas, pero hay una que resalta por encima de todas las demás entre la clientela y tiene un significado especial: "La hamburguesa estrella es la 'J-85' que tiene huevo, bacon, queso, lechuga, tomate y cebolla. La completa de siempre", resume Andros.

Además de los típicos bocadillos y hamburguesas que se pueden encontrar en la mayoría de bares de la zona, J-85 ofrece un menú del día. "De lunes a jueves disponemos de menú del día por 14,50 euros en el que ofrecemos tres platos de primero, tres de segundo, postre, la bebida y el pan". Andros estudió un ciclo formativo, medio y superior de cocina por lo que se encarga él mismo de elaborar el menú: "Hago un poco de libre albedrío. Cuando me despierto, que es cuando más imaginativo estoy, decido que hacer para ese día".

Una decoración al estilo 'indio'

El establecimiento regentado por Andros conserva tintes tradicionales propios de hace más de 40 años a la vez que los combina con diseños modernos. "El mural que ocupa la principal pared del local lleva desde el año 86 y obviamente no lo voy a tirar. El resto si que lo cambiamos hace un par de años como la madera de las mesas que vi que estaba un poco más de moda", explica el dueño.

Aparte del diseño interior palpable a simple vista y nada más entrar, la ambientación del local llama especialmente la atención: "El tema indio siempre le ha gustado mucho a mi padre. Tenemos decoración de indios americanos que se ha llevado siempre".

Cambios de recetas y novedades

Sin olvidar las raíces de la comida clásica que han llevado al J-85 al éxito, Andros sigue pendiente de las nuevas tendencias que emergen en el sector de la restauración: "Hace no mucho, con esto de las hamburguesas modernas, implementé en la carta una hamburguesa de angus que se vende mucho también". En este proceso de modernización, Andros ha querido probar con nuevos ingredientes. "Puse en la carta una algo más curiosa con mojo y cebolla encurtida".

Con el objetivo de seguir creciendo en el sector de la restauración, el local se prepara para incluir en su carta diferentes novedades que satisfagan las necesidades de una clientela que abarca todas las edades. "Justo ahora tengo que cambiar la carta e incluiré nuevas ensaladas, tarta de queso, alguna hamburguesa también... pero siempre manteniendo lo que nos diferencia: los bocadillos, las raciones y las hamburguesas de toda la vida", concluye Andros.

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