La antigua estación del Portillo en Zaragoza deberá estar demolida en 2029

Zaragoza Alta Velocidad trabaja con un cronograma en el que los trabajos para trasladar el centro de tráfico de Adif a Delicias comiencen en 2027 y duren unos 24 meses

La antigua estación del Portillo de Zaragoza, sin uso como tal desde el año 2003.

La antigua estación del Portillo de Zaragoza, sin uso como tal desde el año 2003. / Ángel de Castro

David López

David López

Zaragoza

Una de las incógnitas más importantes en el proyecto de futuro de Zaragoza Alta Velocidad y del Portillo en la capital aragonesa es la desaparición de la antigua estación de tren que lleva desde 2003 sin funcionar como tal y que alberga el denominado Control de Tráfico Centralizado (CTC) de Adif desde el que el gestor ferroviario coordina la red convencional de tren en Aragón. Lo único que se sabía hasta ahora con seguridad es que este está condenado a trasladarse a la intermodal de Delicias. Se marchará a unas instalaciones ya construidas en los módulos 1, 2 y 3 del vestíbulo de llegadas de la estación, además de parte del aparcamiento subterráneo, y que serán equipadas con las últimas tecnologías. Pero, ¿cuándo está previsto hacerlo y qué pasará con la vieja estación?

Los planes se han ido perfilando en los últimos meses y ya hay sobre la mesa una fecha clave para conseguir que ese centro de control de Adif esté plenamente operativo en Delicias y fuera de los suelos del Portillo: en 2029. Esa fecha clave obliga a empezar a tramitar expedientes a partir de este mismo año. Por varias vías, además, ya que por parte de Adif se tiene que empezar a redactar el proyecto constructivo que se pretende ejecutar en la intermodal y contratar unas obras que se estima que deben durar, aproximadamente, unos 24 meses.

Teniendo en cuenta que Adif ya ha calculado que las obras del desmontaje y traslado y sobre todo las de construcción de su nuevo centro de control superarán los 10 millones de euros, la licitación de los trabajos debería producirse a lo largo de 2027. Y hasta entonces, lo que resta de 2025 y todo 2026, debería exprimirse al máximo para acometer toda la preparación de ese concurso público. Mientras, quedaba abierta otra duda, decidir con la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza qué hacer con la estación, el edificio en sí. 

En el proyecto que se presentará este viernes en el ayuntamiento no se contempla ninguna decisión al respecto, Zaragoza Alta Velocidad lo ha dejado como una burbuja en el papel, un diseño por elaborar tras una solución que pasaría, obligatoriamente, por la demolición del edificio hasta hacerlo desaparecer del paisaje. La principal novedad al respecto es que ni la DGA ni el consistorio han mostrado interés en impulsar una hipotética rehabilitación integral para reconvertirlo con otro uso, asociado o no a su pasado ferroviario o como equipamiento para el barrio.

La piqueta es lo que le espera al histórico inmueble, lo mismo que para la rampa de acceso y el espacio que existe bajo ella y que sirve como aparcamiento, pero que permanece desde hace años con más de un centenar de puntales para evitar que se derrumbe por su deterioro. Esta parte del inmueble será derribada en el primer contrato de obras del Portillo, el que se licitará en mayo o junio y que anunció Zaragoza Alta Velocidad esta semana.

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