Seis claves de la 'operación Portillo': Correos, una torre de 20 plantas, el túnel de la A-68 y más pisos en Augusta
El proyecto de urbanización que se licitará en mayo impulsa una estrategia global para el Barrio del AVE y los pisos pendientes de construir, casi 2.000, y la obtención de ingresos con los que desatascar obras sin ejecutar

La reconversión de los suelos del Portillo afectará a once hectáreas de terreno y costará 33,8 millones. / EL PERIÓDICO

Zaragoza hará este viernes la presentación oficial del proyecto de urbanización de los suelos de la antigua estación de El Portillo, esa cicatriz urbana que separa el centro de Zaragoza del barrio de Delicias, y que está valorado, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, en 33,8 millones. El proyecto, elaborado por la consultora Sers y Satel, se somete a información pública y pone rumbo a su próxima licitación, prevista para mayo o junio, para adjudicar las obras en otoño y empezarlas antes de finalizar el año.
Su impulso definitivo desde el consejo de administración de Zaragoza Alta Velocidad, en la que el Ministerio de Transportes y Adif tienen el 50% del accionariado y la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza un 25% cada uno, supone mucho más que un contrato público para impulsar un proyecto estratégico. Es el pistoletazo de salida a un cronograma que implica el futuro desarrollo de todos los objetivos pendientes de la entidad 100% pública. Es el motor de un futuro al que se le va poniendo fecha en el calendario y que trae importantes novedades sobre la hoja de ruta de los últimos años.
Empuja la transformación de este eje urbano que unirá el centro con el oeste de la ciudad, en una milla de oro con casi 2.000 viviendas por construir, una torre de 20 alturas, nuevos equipamientos y zonas verdes junto a La Almozara y el carpetazo final a los usos ferroviarios que acabaron en 2003. Pero este momento decisivo llega aún con incógnitas por resolver y negociaciones por cerrar. Con secretos que se están fraguando dentro y fuera de ese consejo de administración en el que todas las partes tienen que arrimar el hombro.
Así, se podría desgranar en seis importantes claves todo lo que conviene saber para entender lo que está pasando en una 'operación Portillo' que va más allá de esa cicatriz que se convertirá en una macrozona verde de 11 hectáreas con usos lúdicos y deportivos. Una pastilla que incluye decenas de miles de metros cuadrados de usos terciarios y una torre de 20 alturas que tendrá 200 pisos libres, un filón para obtener ingresos con los que pagar obras pendientes o descartadas en el pasado. Estas son las seis claves fundamentales:
- Correos pide el doble de lo que le ofrecen por marcharse del Portillo y las obras están pendientes de un acuerdo en Madrid. El pulso es entre dos empresas estatales y públicas, Adif, que ofrece menos de un millón y Correos, que exige más de dos para marcharse del edificio presente en los suelos del Portillo, junto a la antigua estación, y que es clave para desarrollar los usos terciarios que hay previstos en esta operación. En realidad solo hay un millón de diferencia, y el ministerio está apretando por limar asperezas y acercar el acuerdo económico. El dueño del terreno donde se levanta es Adif, el vuelo es de Correos. La solución ha sido encargar una tercera tasación, ya que la primera la pidió Adif por su cuenta y la segunda la encargó Correos a Segipsa, la Sociedad Mercantil Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio que depende del Ministerio de Hacienda.
- Un solo contrato y dos lotes o fases para urbanizar los suelos del Portillo. El pulso por el edificio de Correos obliga a tomar una importante decisión: ¿cómo se licitan las obras? Se planteó la posibilidad de sacar a concurso los trabajos del grueso de la urbanización y dejar para otro los que afectaban a la zona del edificio de Correos y a todo lo que linda con Anselmo Clavé y la confluencia de las calles Santander y Escoriaza y Fabro. Pero se decidió que era mejor sacar solo un contrato porque legalmente, si no hubiera acuerdo con la tasación del edificio de Correos, la ley permitiría desgajar esa parte, menos del 20% del total, del conjunto de las obras. Y como se confía en el acuerdo, evitar riesgos y huir del escenario más perjudicial, que era tener dos empresas distintas haciendo lo mismo en estos terrenos, con infraestructuras que tendrían luego que conectarse y que aumentaría el gasto en contratación de servicios asociados a la obra, como los de seguridad y la salud laboral.
- La estación del Portillo y el centro de control de tráfico debe desaparecer en 2029. El consejo de Zaragoza Alta Velocidad ya ha acordado cómo y cuándo deberían desaparecer del Portillo tanto la antigua estación como el Control de Tráfico Centralizado (CTC) de Adif instlado en su interior. Este deberá trasladarse a los módulos 1, 2 y 3 de la estación de Delicias y costará más de diez millones de euros hacerlo en unos trabajos que ya se calcula que durarán unos 24 meses de obras. Así que hay que empezar a preparar la licitación de unas obras que, obligatoriamente, deberían adjudicarse a lo largo de 2027 porque el plazo marcado para que todo esté funcionando desde la intermodal es el año 2029. Le queda todo 2025 y 2026 para detallar los expedientes necesarios. Mientras, en lo que respecta a la antigua estación, el futuro es la piqueta. Se demolerá y desaparecerá del paisaje del Portillo porque Zaragoza ni la DGA lo han pretendido para darle otro uso con una rehabilitación integral. Pero no se derribará en el contrato que se licitará en mayo, aunque sí la rampa de acceso a la terminal, muy deteriorada y sustentada por más de cien puntales en la zona que sirve de aparcamiento desde que finalizó su actividad como estación. umbe. Esta parte será derribada en el primer contrato de obras del Portillo.
- La parcela de la torre de 20 alturas y 200 pisos se sacará a subasta pública a lo largo del verano. Otro de los secretos mejor guardado por Zaragoza Alta Velocidad es la fecha en la que saldrán a subasta pública los suelos donde se levantarán más de 200 pisos en una torre de 20 alturas junto a la avenida Escrivá de Balaguer y enfrente de la antigua factoría de Averly (ahora ocupada por pisos de nueva construcción). En su día, su valor de mercado era de más de 20 millones de euros, pero se hará una nueva tasación porque se ha quedado desfasada. Y se podría sacar a subasta durante el verano, ya que el ayuntamiento ha pedido agilizar todo y licitarlo en cuanto haya certezas de que las obras de urbanización del Portillo se van a ejecutar. Para ello no sería necesario esperar a su adjudicación definitiva, prevista para otoño. Serviría saber que se han presentado ofertas de empresas para hacerlas cuando finalice el plazo que se conceda para presentarlas.
- El futuro del túnel de la A-68, la infraestructura que nadie está obligado a terminar. La venta del suelo de la torre de 20 alturas y las que faltan por adjudicar en la trasera del centro comercial Augusta van a reportar una cuantiosa cantidad de dinero. Unos ingresos que se unen a la tesorería que ya tiene Zaragoza Alta Velocidad en positivo. Y como es una situación inédita en mucho tiempo, ahora toca decidir qué hacer con ellos cuando lleguen. Ahí la batalla del Ayuntamiento de Zaragoza, con el apoyo del Gobierno de Aragón, es que sirvan para finalizar el túnel de la A-68 que estaba llamado a conectar Escrivá de Balaguer con la intermodal de Delicias, que está construido a medias, ya que se acabó la obra civil y falta por rematar con la instalación de toda la infraestructura de los servicios de emergencia, señalización, asfaltado y otras actuaciones complementarias que elevan la factura a los 25,8 millones de euros para que se pueda proceder a su puesta en servicio. Un coste que nadie quiere asumir y que, en realidad, nadie está obligado a hacerlo. Este proyecto se sacó en 2010 del convenio del AVE como inversión obligatoria para Zaragoza Alta Velocidad, que sigue siendo la propietaria de la infraestructura y no está obligada a terminarlo. De hecho, le ha ofrecido al consistorio la entrega de la obra para que sea este quien la remate, como ya está haciendo con la avenida Navarra, que también se sacó del convenio del AVE en 2010. Y la respuesta siempre ha sido no. Ahora, por primera vez en muchos años, el ministerio está dispuesto a hablar sobre esta inversión con la DGA y el ayuntamiento. Quizá se puede pagar con la venta de suelo.
- La edificabilidad del Barrio del AVE podría aumentar si hay VPO detrás del Augusta. Mientras se planifica el desarrollo del futuro Barrio del AVE que está pendiente y qué hacer con la venta de suelos, en el horizonte hay 1.938 viviendas en la trasera del centro comercial Augusta y el oeste de la intermodal de Delicias, con 208.000 metros cuadrados de edificabilidad que se podría ampliar. Aumentar el número de viviendas posibles en esa zona se lleva tratando desde hace meses entre el ministerio, el ayuntamiento y sobre todo con un Gobierno de Aragón que ya ha puesto condiciones al acuerdo: que haya vivienda pública. Todos esos pisos pendientes de construir son libres, la venta para las constructoras sería más sencillla y cuantiosa, pero la Administración autonómica y local no sacarían partido de una operación que puede crear más vivienda pública en un momento de máxima necesidad de estos pisos y de suelos para estos pisos. Aumentar la edificabilidad no sería, por tanto, un intento de aumentar los ingresos con la venta de los terrenos en un mercado en el que ahora hay demanda y constructoras dispuestas a pujar por una zona de expansión con plenas garantías de éxito.
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