Una revisión exhaustiva: Zaragoza se da siete meses para inspeccionar casi 300 edificios del Gancho

El Ayuntamiento de Zaragoza ya tiene listo el plan de inspecciones que llevará a cabo en el barrio del Gancho, en el que se revisará el estado de hasta 277 edificios en un plazo estimado en unas 29 semanas, es decir, aproximadamente siete meses. Esta iniciativa fue adelantada por este periódico el pasado mes de diciembre, pero en ese momento el consistorio, y más concretamente el área de Urbanismo, negociaba un convenio con los colegios oficiales de arquitectos de la comunidad para desarrollarla. Esta situación ha cambiado y, finalmente, el ayuntamiento usará medios propios para cubrir las inspecciones. 

En la práctica, esto supondrá que los encargados de llevarlas a cabo serán los cuatro arquitectos técnicos municipales–aparejadores–, coordinados por los dos arquitectos que el consistorio tiene en plantilla. Cada uno de los cuatro aparejadores se encargará de revisar dos inspecciones a la semana, aunque los arquitectos les apoyarán sobre el terreno cuando así se estime. Lo que no ha cambiado desde diciembre es el fondo del proyecto, que abarcará 277 inmuebles que el ayuntamiento ya tiene perfectamente delimitados y, como adelantó este diario, se ha decidido dividirlos en 13 ámbitos, prestando especial atención al entorno Zamoray-Pignatelli, que además de estas dos calles incluye otras como Cerezo, Agustina de Aragón o Ramón y Cajal, por citar solo algunos ejemplos.

Zaragoza inspeccionará 277 edificios del Gancho tras decretar tres demoliciones en un mes

Cabe recordar que, a finales del pasado año, se decretaron varias ruinas inminentes en la zona, algunas con desalojos de ciudadanos que ya no podrán volver a sus casas. Y esta misma semana se ha producido, en La Magdalena, otra parte del Casco Histórico, el desalojo de otros dos edificios, decretando la ruina inminente en uno de ellos, en el 72 de la calle Mayor.

La ITE

En cualquier caso, por ahora este plan irá dirigido a esta parte del Casco Histórico, ubicada en el degradado barrio del Gancho. Las inspecciones tendrán en cuenta la seguridad constructiva y la estabilidad del edificio, en base a los datos municipales que se tienen en la actualidad. Se apostará por revisar aquellos inmuebles a los que se haya requerido realizar la inspección técnica (ITE), así como aquellos en los que ya se hayan detectado deficiencias anteriormente o que, incluso, no se les haya requerido la ITE pero estén obligados a cumplirla debido a su antigüedad.

La ITE es un trámite obligatorio que recae únicamente en los propietarios de los edificios, que deben realizarla cuando el bloque cumple 50 años y, una vez lo hace, con una periodicidad de diez años. Asimismo, el ayuntamiento no está obligado a acometer las obras para el necesario mantenimiento de cada inmueble, responsabilidad que también es exclusiva de sus propietarios. Lo que sí puede hacer Urbanismo es, como ya se ha citado, declararlos en ruina inminente, desalojarlos y demolerlos si así lo creen oportuno los técnicos municipales.

Clasificación por deficiencias

Una vez completen los preceptivos informes, los aparejadores y los arquitectos municipales calificarán las deficiencias, si las hubiese, como leves, importantes, graves o muy graves. En los dos últimos casos, los técnicos deberán comunicar la situación inmediatamente tanto al consistorio como a los propietarios del inmueble y las medidas necesarias. Una comunicación que, por cierto, no precisa del consentimiento de la propiedad.

El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, considera que en áreas como Zamoray-Pignatelli existe una "evidente dejación de funciones" por parte de algunos dueños. De hecho, denuncia la "desidia" de Gobiernos pasados con esta zona, y reivindica el "compromiso" actual. Este lunes está previsto presentar el documento al resto de grupos políticos en el consejo de Gerencia de Urbanismo. 

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