Las inspecciones de los casi 300 edificios de Zamoray-Pignatelli comenzarán de forma inminente

Los grupos del Ayuntamiento de Zaragoza han aprobado el plan por unanimidad este lunes

Uno de los edificios del entorno Zamoray-Pignatelli de Zaragoza.

Uno de los edificios del entorno Zamoray-Pignatelli de Zaragoza. / Laura Trives

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza

El plan de inspecciones que el Ayuntamiento de Zaragoza llevará a cabo en el entorno de Zamoray-Pignatelli, en el barrio del Gancho, empezará de forma inminente. Este lunes, el proyecto ha dado un paso más y ha sido aprobado por unanimidad en el consejo de Gerencia de Urbanismo por parte de todos los grupos políticos del consistorio. Ahora, la intención de Urbanismo es detallarlo en los próximos días a las asociaciones y plataformas vecinales y comenzar con la revisión de hasta 277 inmuebles de la zona, en la que en los últimos meses se han registrado varias incidencias e incluso el derribo de algunos edificios que han sido declarados en ruina inminente. Asimismo, paralelamente se llevará a cabo una peritación del estado de muchos de los solares del entorno.

En total, el plazo estimado para concluir el proyecto es de siete meses, con varias revisiones que empezarán ya a lo largo de los próximos días. La primera manzana que se abordará -en total se han dividido en 13 sectores- comprende las calles Agustina de Aragón, Cerezo, Escopetería, glorieta José Aznárez y la calle Mayoral. La iniciativa se desarrollará con medios propios, es decir, serán los arquitectos y aparejadores municipales los encargados de revisar el estado de los edificios, por lo que no supondrá un coste económico extra a la administración.

En principio, se había negociado con los colegios oficiales de la comunidad un convenio que, finalmente, no se desarrollará, aunque el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, no ha descartado colaborar en un futuro. "Hemos hablado mucho y nos han ayudado con sus puntos de vista", ha afirmado el edil popular, que no ha descartado extender el plan a otras zonas en un futuro, aunque ha admitido que serán casos más "puntuales" que el de Zamoray-Pignatelli.

Con todo, Serrano ha matizado que no esperan encontrar deficiencias en todos los inmuebles, pero ha reconocido que la Inspección Técnica de Edificios (ITE, obligatoria para los propietarios a los 50 años con una cadencia de 10) es "insuficiente". Por otro lado, el concejal ha explicado que no esperan que haya "problemas" cuando los técnicos visiten los inmuebles, pese a que algunos de ellos están okupados.

"Desarrollar un plan de inspecciones en un área concreta está contemplado en el PGOU, pero es la primera vez que se va a llevar a cabo", ha sentenciado Serrano, que también ha subrayado que están abiertos a las sugerencias del resto de partidos y de las asociaciones. "Si consideran que hay que incluir algún edificio más, se estudiará y no habría problema en ampliar el plazo de siete meses que hemos marcado", ha aseverado.

Las inspecciones

Los encargados de llevar a cabo las revisiones en los inmuebles serán los cuatro arquitectos técnicos municipales -aparejadores-, coordinados por los dos arquitectos que el consistorio tiene en plantilla. Cada uno de los cuatro aparejadores se encargará de revisar dos inspecciones a la semana, aunque los arquitectos les apoyarán sobre el terreno cuando así se estime.

Una vez completen los preceptivos informes, los aparejadores y los arquitectos municipales calificarán las deficiencias, si las hubiese, como leves, importantes, graves o muy graves. En los dos últimos casos, los técnicos deberán comunicar la situación inmediatamente tanto al consistorio como a los propietarios del inmueble y las medidas necesarias. Una comunicación que, por cierto, no precisa del consentimiento de la propiedad.

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