DKV pone en el mercado una 'joya' de 4.000 metros cuadrados en pleno centro de Zaragoza por 9 millones

Zaragoza ha puesto en el escaparate inmobiliario un auténtico caramelo para las empresas que deseen instalarse en el centro de la ciudad. Se trata de uno de los edificios más reconocibles en un entorno envidiable, a pocos metros de la línea del tranvía, junto a la remodelada plaza Salamero y muy cerca de ejes comerciales de primer nivel como son el paseo Independencia o las calles Alfonso y don Jaime. No es un inmueble de titularidad pública, es una empresa privada igualmente reconocible por todos como DKV Seguros la que está detrás de una operación para la que aún no hay compradores. La aseguradora ha decidido poner en el mercado sus instalaciones de la avenida César Augusto con un precio aproximado que rondaría los 9 millones de euros.

La futura venta se ha puesto en manos de Savills, una empresa británica especializada en servicios inmobiliarios con sede en Madrid que es la que está gestionando esta posible operación, ofreciendo los dos edificios que entrarían en ella a posibles interesados en adquirir sus más de 4.000 metros cuadrados. Sería la mayor superficie de usos terciarios disponible en el centro de Zaragoza, pero es que en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad también se contempla la posibilidad de darle usos residenciales, lo que aumenta aún más su valor y cotización en el escaparate inmobiliario.

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La operación de venta además parte con la ventaja de no estar sujeta a ninguna rehabilitación o reforma, ya que se encuentra en buenas condiciones, aunque lleva mucho tiempo en desuso. La aseguradora lleva tiempo con su sede instalada en el World Trade Center del Actur y ahora busca obtener ingresos con estos dos inmuebles, que en su día formaron parte de su cuartel general en la capital aragonesa pero que hoy no utiliza. En ella, solo está dándole uso a los bajos comerciales, donde DKV Seguros sigue manteniendo un punto de atención al público.

Por el momento, desde la compañía de seguros prefieren llevar con la máxima discreción la operación, que se plantea como una oportunidad de inversión al alcance de unos pocos, solo las empresas con las que ya está contactando Savills dentro y fuera de Zaragoza. En cualquier caso, desde DKV optan por no ir más allá y mantener la cautela sobre el devenir de las diferentes negociaciones.

El precio no es excesivamente caro en el mercado actual, ya que son 4.390 metros cuadrados distribuidos en un bloque de siete plantas, que además ofrece la posibilidad de contar con 19 plazas de garaje y un uso residencial que puede ser muy codiciado por los grandes promotores. Al final, son dos edificios en uno, actualmente vacíos y que están conectados por el patio interior, aunque sus referencias catastrales corresponden a dos direcciones distintas, una en el número 33 de la avenida César Augusto y otra en el 8 de la calle Ramón Pignatelli.

Superficie útil y ubicación

El primero de ellos es el que más superficie útil ofrece, ya que cuenta con dos plantas de sótano, con 419 y 441 metros cuadrados cada una, y hasta nueve oficinas distribuidas en nueve alturas (la citada planta baja y ocho plantas más) con superficies que oscilan entre los 277 y los 336 metros cuadrados cada una. La del octavo piso es de solo 37 metros cuadrados. Entre todas, solo para usos terciarios, suman 3.454 metros cuadrados del total a la venta, en una edificación que data de 1991, o sea que tiene ya 34 años de antigüedad en la capital aragonesa.

En el inmueble que se ubica en el número 8 de Ramón Pignatelli, actualmente se hallan cinco plantas con uso como almacén en el PGOU, uno en el sótano con 205 metros cuadrados, y cuatro en la planta baja y tres alturas, uno con 189 metros cuadrados y tres con 177 cada uno. En total, 925 metros cuadrados con el uso principal de oficinas y una antigüedad mucho mayor, 86 años, ya que data de 1939.

Otra de las mayores virtudes que tiene este inmueble es su privilegiada ubicación, en el casco antiguo de Zaragoza y en una zona donde se concentra uno de los mayores flujos turísticos de la capital aragonesa. La movilidad también juega una baza a su favor, sobre todo teniendo en cuenta los diferentes usos que se le pueden dar. Si se opta por el uso residencial, los nuevos moradores tendrán a apenas unos minutos a pie el tranvía y conexión con varios autobuses como el 28, el 32, el 33 o el 34.

Asimismo, también cabe señalar que a lo largo de este año está previsto completar la reforma de la avenida César Augusto, que desde el pasado mes de noviembre se está encargando de ejecutar el Ayuntamiento de Zaragoza. Por tanto, es previsible que, una vez se complete la compraventa del inmueble, esta arteria que nutre una de sus dos caras esté completamente renovada, lo que también es visto como un valor añadido. 

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