Ambrosio y Justino, el restaurante de Zaragoza que ha heredado la carta de bocadillos de El Siberiano

Además de bocatas y raciones, el establecimiento situado junto a la plaza de toros ofrece un menú del día por 17 euros

Manolo Franco, propietario del restaurante Ambrosio y Justino de Zaragoza.

Manolo Franco, propietario del restaurante Ambrosio y Justino de Zaragoza. / CARLA GREENWOOD

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

Zaragoza

La ciudad de Zaragoza posee una gran riqueza gastronómica con restaurantes de renombre y bares que saben cómo conquistar a sus clientes sin necesidad de complicadas elaboraciones ni ingredientes exóticos. Es el caso del Ambrosio y Justino, el restaurante que ha encontrado la receta perfecta con sus almuerzos, su menú del día por 17 euros y una carta de bocadillos heredada del mítico bar El Siberiano del mercado Azoque, que bajó la persiana en mayo de 2023.

Situado junto a la plaza de toros de La Misericordia, este establecimiento abierto por Manolo Franco en plena pandemia ofrece una segunda oportunidad de probar alguno de aquellos bocadillos que marcaron época, como el Manolito, el Maxi Dani o el Don Fernando.  “Tenía una gran relación con los dueños de El Siberiano. De hecho el bocadillo Manolito lleva mi nombre”, explica el propietario con nostalgia recordando los ratos pasados frente a la barra de la Mari.

Más que bocatas: desayunos, raciones y un menú del día que no falla

Pero en el Ambrosio y Justino van mucho más allá, trabajando una oferta gastronómica variada que cubre las necesidades de sus clientes en distintos momentos del día.  Su carta abarca desde desayunos y almuerzos contundentes --con huevos fritos con jamón, chorizo, panceta o callos-- a un menú del día variado por 17,95 con platos de temporada y algunas opciones con suplemento, como cochinillo, ternasco de Aragón o entrecot. Este último carne de kilómetro cero de la raza limusina traída directamente desde Monzalbarba.

También son variadas las opciones de picoteo con deliciosas raciones, como sus madejas, sus tortitas de camarón, sus patatas bravas o sus croquetas caseras de jamón, setas o carabinero, hechas en el momento.

De empezar en pandemia a hacerse un nombre en la ciudad

Este mayo se cumplen 4 años desde que el Ambrosio y Justino sirvieran sus primeros platos, todavía con restricciones sanitarias. “Fueron unos comienzos muy duros. Empezamos de menos diez y poco a poco hemos logrado levantar el restaurante y hacernos un nombre a nivel gastronómico en la ciudad”, afirma Franco.

El Ambrosio y Justino tiene una amplia terraza con excelentes vistas a la plaza de toros y a la del Portillo.

El Ambrosio y Justino tiene una amplia terraza con excelentes vistas a la plaza de toros y a la del Portillo. / CARLA GREENWOOD

Eso sí, el hostelero no oculta que el camino no ha sido fácil con numerosos retos para el sector, como la presión fiscal, la subida de costes o la escasez de personal cualificado. “No se abren más restaurantes porque no hay gente, realmente es un problema. Nosotros tenemos la suerte de contar con un equipo de 10 personas que lo dan todo cada día”, indica.

Como los Ambrosio y Justino del cuadro ‘La rendición de Breda’ de Velázquez, este bar de Zaragoza ha sabido jugar bien sus cartas con calidad, cercanía y buen precio, y hoy resiste con orgullo entre los bares tradicionales de Zaragoza, con un ambiente moderno, una terraza amplia y resguardada, y unas excelentes vistas a la plaza de toros y la del Portillo. Sin duda, un lugar que hay que visitar.

El Ambrosio y Justino (Calle Ramón Pignatelli, 122) abre todos los días de la semana todo el día, excepto el lunes, martes y miércoles, que cierra a las 17.00 horas.

Tracking Pixel Contents