Crónica municipal | El arte de pescar en pleno revuelto
Un mes más, el Ayuntamiento de Zaragoza vivió una agria sesión plenaria en la que todos los partidos consiguieron en algún momento desencajar a sus rivales. Ganaron todos, por lo que no ganó nadie. Y así pasan las semanas.

Natalia Chueca, en el centro de la imagen, y el portavoz de Vox, en primer término, el miércoles en el pleno. / JOSEMA MOLINA

Más de seis horas de debate dan para mucho, y más cuando en una misma sala se juntan una treintena de políticos de cuatro partidos diferentes intentando desquiciarse entre sí para ver quién es el que mete la pata más hasta el fondo. La estrategia política pasa por intentar dejar en evidencia al rival, aunque a veces la jugada se vuelve en su propia contra. Y de eso hubo una buena dosis en el último pleno del Ayuntamiento de Zaragoza, en el que la crispación estuvo presente desde el minuto uno.
Y es que a lo largo de las horas fueron varias las veces en las que los diferentes grupos lanzaron el anzuelo al rival a ver si picaba. Y picaron. Picaron como picó el PP con una moción que presentó el PSOE para ratificar el Pacto Verde Europeo, una iniciativa impulsada por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen (del PP europeo) y a la que Natalia Chueca se ha agarrado desde el principio de su mandato para tratar de vender su lado más verde.
Pero otra cosa que es verde y que no es un pacto es el logo de Vox. Y con la ultraderecha mirando de reojo, y exigiendo gestos al PP para apoyar unos presupuestos en Aragón, a los populares no les quedó otro remedio que votar en contra de la moción de los socialistas, «blanca en la forma», como expresó el edil del PSOE Chema Giral, pero cargada de intención.
El concejal de Vox David Flores tiró del argumentario ultra para cargar contra la Agenda 2030, el Pacto Verde Europeo y todo lo que tenga que ver con las políticas medioambientales de la UE. «Un no 'asín' de grande vamos a votar», dijo con sorna antes de reconocer que el único morbo que tenía la moción era ver qué hacían sus compañeros de bancada, los concejales del PP.
Fue la concejala de Medio Ambiente, Tatiana Gaudes, la que tuvo que lidiar con el toro lanzado a la plaza por los socialistas. No desveló su sentido del voto que después se descubrió negativo, lo que no concuerda con el discurso verde del que siempre hace gala la alcaldesa, una regidora que además se está beneficiando del dinero que llega de la UE para seguir exhibiendo hitos en su mandato. Punto para el PSOE. El PP, no obstante, no se fue de vacío. Los populares pescaron cuando se debatió sobre los insultos dirigidos a Pilar Alegría. El PSOE pidió al resto de grupos que criticaran las «insidias» dirigidas hacia la portavoz del Gobierno de Sánchez después de que surgiera la polémica sobre la supuesta fiesta de Ábalos en el Parador de Teruel.
Si bien es cierto que los populares se posicionaron en contra de la moción, el PP consiguió que se hablara más de Ábalos que de los insultos a Alegría. Y reprocharon a los socialistas que el PSOE no haya defendido a la alcaldesa cuando ella ha sido objeto de los insultos en las redes, algo que según desveló la regidora, ocurrió ayer mismo. También sacó a relucir Chueca la carta en la que el presidente de la DPZ, del PSOE, le pidió la dimisión a la primera edila en una carta con cierto retintín sexista. El PSOE no supo salir del atolladero y se limitó a pedir la protección de su ministra. Incluso Vox rascó algo aquí, proponiendo sin éxito a los socialistas incluir en su moción una censura a cualquier tipo de discriminación por razones de «género, origen u orientación sexual», una propuesta que, cuando menos, sorprendió a más de uno (o a casi todos) cuando salió por la boca de la concejala de la ultraderecha.
También sufrió un poco el PSOE con una moción de ZeC que salió adelante gracias al apoyo del PP y Vox en apoyo a la autodeterminación del pueblo saharaui. La izquierda a la izquierda del PSOE intentó sacar los colores a los socialistas por el cambio de postura de Sánchez sobre el Sáhara Occidental y sus pactos con Marruecos.
Y así transcurrió un pleno en el que también se debatió una moción racista de Vox en la que los ediles de la ultraderecha acabaron aplaudiendo a los migrantes que acudieron para protestar la postura de los de Abascal y que incluyó vivas a la Legión cuando se hablaba del Parque de Atracciones. A río revuelto, ganancia de concejales.
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