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El pueblo de Zaragoza ideal para una escapada en el puente de mayo: tiene el manantial más pintoresco de España

Senderos de ensueño, una iglesia románica o un castillo medieval del siglo XIV son algunas de las joyas de este bello municipio

Anento, el pueblo medieval de Zaragoza que alberga el manantial más bello de España.

Anento, el pueblo medieval de Zaragoza que alberga el manantial más bello de España. / Istock / Jose Miguel Sanchez

Alba Armida

Desde hace una década, el pueblo que hoy visitamos puede presumir de estar en la lista de Los Pueblos Más Bonitos de España. Situado a 90 kilómetros de Zaragoza y limitando con la provincia de Teruel, es, junto con Sos del Rey Católico el único municipio de la provincia que forma parte de este selecto club.

Llegar hasta Anento es sencillo, ya que se encuentra a poca distancia de la autovía Mudéjar. Y, una vez allí, el viajero podrá comprobar como este pueblo medieval es uno de esos destinos secretos de España, cuya belleza natural y su patrimonio histórico hacen de él un destino de ensueño para los amantes de las escapadas rurales y el turismo de naturaleza.

Arquitectura medieval en Anento

En Anento, además de recorrer sus callejones empedrados y disfrutar de su arquitectura medieval, se encuentra uno de los manantiales más pintorescos de todo el país, un rincón que no deja indiferente a quienes lo visitan: el manantial de Aguallueve. Arrancamos nuestro paseo por el pueblo, que actualmente cuenta con una población de poco más de 100 habitantes. Podría parecer, quizá, el municipio más pequeño de Zaragoza, pero ese título lo ostenta otro enclave de la comarca de Daroca que lo habitan solamente con 17 personas.

La iglesia de San Blas es uno de las paradas imprescindibles en Anento. Esta construcción románica del siglo XIII cuenta con una sola nave rectangular de nueve tramos separados y una torre que se alza majestuosa sobre el pueblo. El viajero debe contemplar el espectacular púlpito mudéjar que se edificó en el siglo XVI y las pinturas murales que se conservan en el ábside. Eso sí, la joya de la corona es, sin duda, el gran retablo del maestro Blasco de Grañén, dedicado a San Blas, Santo Tomás Becket y la Virgen de la Misericordia. Estamos ante uno de los retablos góticos de mayores dimensiones e importancia de todo Aragón.

Ocupación celtíbera

La ocupación celtíbera de este territorio queda patente en el torreón celtíbero, también conocido como torreón de San Cristóbal, muy cerca del manantial que descubriremos en breve; pero antes, podemos acercamos hasta la austera ermita de Santa Bárbara o al castillo de la localidad. Este último, situado en un bello paraje de pinares, sirvió de refugio en 1357, cuando la aldea fue quemada por los soldados de Pedro el Cruel.

En nuestro paseo por Anento también debemos detenernos ante algunos ejemplos de arquitectura popular relacionados con el mantenimiento de los alimentos, como el horno, la nevera, el molino o la bodega. Y, si se trata de buscar alojamiento, el viajero descubrirá tres casas rurales, un hostal y un albergue dentro del casco urbano. Sin duda, una amplia oferta teniendo en cuenta que el pueblo, en invierno, queda con menos de medio centenar de habitantes.

Naturaleza en Anento

Además del coqueto casco histórico, el entorno de Anento ofrece una espectacular ruta natural que es perfecta para realizar con niños debido a su nivel bajo de dificultad. Saliendo de la plaza del pueblo y siguiendo una pista perfectamente señalizada, se atraviesan paisajes rodeados de naturaleza hasta llegar al que para muchos es el manantial más pintoresco de España.

Conocido como aguallueve, en este manantial descubrimos paredes de piedra y musgo con pequeñas grutas en su interior. Las pequeñas gotas de agua caen continuamente y forman preciosas formas de hielo en invierno. Eso sí, cualquier época del año ofrece un espectáculo digno de admirar.

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