Luces y sombras del carril bici: así ha cambiado y así va a quedar

Quién iba a pensar que la ciudad del viento iba a convertirse en la capital de las bicis. Más allá de las modernas y renovadas bicis eléctricas impulsadas por el Ayuntamiento de Zaragoza, la moda de las dos ruedas comenzó con bicis de las de siempre, sin pedaleo asistido, lo que convertía esta actividad en toda una proeza en los días de más cierzo que se ha convertido en rutina para muchos zaragozanos que realizan sus desplazamientos en bici.

La capital del Ebro se encuentra en el 'top' de las ciudades con más kilómetros de red ciclable y eso que su ampliación se ha ralentizado en los últimos años. Actualmente hay 156 kilómetros de carril bici y, lo que es más importante, cada vez son más los barrios conectados, una demanda histórica del colectivo ciclista y, ahora también, del de los patinetes eléctricos. Aun así sigue habiendo puntos negros e inconexos o arterias principales sin red, como María Agustín y el paseo Pamplona. Por no hablar de que para llegar desde Independencia hasta el paseo Echegaray hay que dar una gran vuelta.

Desde que el PP se hizo con al bastón de mando, en junio de 2019, la red ciclista se ha ampliado en 14 kilómetros. Es decir, un 9% de los 156 km actuales. En 2020, durante la pandemia y en pleno 'boom' de la movilidad compartida, el Gobierno conservador optó por una fórmula mucho más económica y rápida que la construcción de nuevos carriles bici pero que nunca convencióa los ciclistas, como son los ciclocarriles, calzadas limitadas a 30 kilómetros por hora para conciliar la vida entre ciclistas y conductores. Un objetivo que no se ha logrado y, de hecho, se ha ido reduciendo su extensión.

La red ciclista comenzó a tomar forma en 2008. Hasta entonces, eso de ir en bici en Zaragoza era cosa de unos pocos que circulaban por las aceras esquivando a peatones. Fue para la Expo cuando el socialista Juan Alberto Belloch apostó por la bicicleta, poniendo en marcha el Bizi Zaragoza e invirtiendo en carriles bici. A partir de ahí ha sido imparable.

Haciendo uso de la hemeroteca, en 2003 había solo 12 kilómetros de carril bici. En 2006 ya había 34 y en 2008 la red se amplió hasta los 75 km. Sin embargo, el trazado deslavazado de estos planos no permitía circular en bici de forma continuada, algo que se fue corrigiendo muy poco a poco. Ya en 2013 eran 100 y en 2015 había 20 kilómetros más.

El Bizi da un vuelco a la movilidad compartida en Zaragoza y llegará a todos los barrios tres meses antes de lo previsto

Con la llegada de Jorge Azcón la apuesta por ampliar la red se frenó y se optó por invertir en la que ya existía y en los ciclocarriles. Ahora, con Natalia Chueca, se ha optado por ampliar horizontes apostando por las conexiones hacia el exterior y aprovechar la financiación de los fondos europeos y gestión del Consorcio de Transporte para conectar la urbe con La Puebla, Cuarte, Utebo y Garrapnillos.

Esto no significa que se haya dejado de lado la ciudad consolidada, porque entre los proyectos del Gobierno municipal se encuentra la conexión que está en marcha de La Almozara con Delicias, a través de Fray José Casanova, o la ampliación de la red en aquellas calles y avenidas que se reformarán de forma integral, como las avenidas Valencia, Navarra o Cataluña, donde se completará y mejorará la red.

Mucho ha tenido que ver en este 'boom' que Zaragoza haya sido un laboratorio de la movilidad compartida. Tanto es así que durante el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) coincidieron varias empresas de alquiler de patinetes y bicis eléctricas que llenaron los carriles bici de estos nuevos elementos motorizados. Ahora, años después, el PP ha copiado el modelo de Madrid (también gobernado por el PP) y no va a permitir que ninguna empresa privada de patinetes opere en la ciudad. Tampoco de bicis, de manera que la única alternativa que queda es la bicicleta pública, el nuevo Bizi Zaragoza que, a partir de junio, llegará a todos los barrios de la ciudad.