Balance de los dos años de Chueca por Unión Vecinal Caesaraugusta
Los colectivos vecinales de la capital aragonesa hacen balance de los dos años de gestión del Gobierno de Natalia Chueca. Destacan algunos proyectos y también reclaman celeridad en otros pendientes

Zaragoza vista desde el aire. / Ángel de Castro
Constancio Navarro
Debido a la escasez de espacio hay que resumir bastante la valoración de los dos años de gobierno municipal y de los dos que quedan hasta las elecciones.
Estos dos años pasados se ha cumplido una promesa electoral (una nueva línea circular de autobús) y se han puesto en marcha muchos proyectos que, como suele ser habitual, han tenido mayor o menor contestación social. Entre los de mayor respuesta ciudadana encontramos la reordenación de líneas de autobús, las viviendas en Vía Hispanidad, la reforma de La Lonja, la pasarela del Huerva, la reforma del Coso y de la plaza de San Miguel, la urbanización de El Portillo, la demolición del antiguo colegio Jesús y María, las piscinas de La Almozara, el parque de atracciones, La Romareda … Y también ha habido otros proyectos como la renovación de la avenida de Navarra sin apenas contestación.
Estas reacciones de los ciudadanos ponen de manifiesto que debe mejorarse la participación ciudadana. Los gestores de lo público deberían, en primer lugar, preguntar a los ciudadanos cuáles son sus necesidades y, posteriormente, junto con ellos, llegar a las mejores soluciones. Y todo esto antes de presentar un proyecto (o anteproyecto) para «informar» a los ciudadanos que se esfuerzan en presentar alegaciones que luego suelen ser rechazadas con escasa argumentación (cuando la hay). Creemos que para los dos años que quedan por delante, se valoraría muy positivamente mejorar la participación.
Como cualquier grupo político, cuando comienza su gestión a cuatro años vista, además de intentar cumplir su programa electoral (que casi nadie lee y cuyo cumplimiento no se puede exigir por falta de mecanismos), tiene que procurar ejecutar obras que puedan inaugurarse antes de las futuras elecciones. Eso lo hacen todos y esta vez también pasará. En este sentido, hay que reconocer que se han desatascado grandes proyectos de ciudad como Giesa o El Portillo en distintas fases o el de Aceralia, todavía en papel y con el deseo de que llegue a buen puerto o el futuro Museo Goya en la plaza del Pilar. Pero además hay que admitir que se ha trabajado mucho estos dos años para que la ciudad mejore continuamente. La ciudad no se ha parado ni parece que vaya a hacerlo los próximos dos años.
Sin olvidar que también se han producido celebraciones y eventos que en nuestra opinión hacen que en la ciudad pasen cosas y la gente disfrute, que no se viva en una ciudad aburrida y apagada.
Para los dos años que le quedan al actual consistorio desearíamos se trabajara para que Zaragoza sea de verdad más sostenible, más bonita y más social, que tengamos más sombra, que podamos movernos en un buen transporte público… que podamos sentirnos a gusta en esta ciudad.
Y para ello, como decíamos antes, hace falta más contacto directo con los ciudadanos, preguntarles sin complejos y sin miedo qué necesitan para gestionar los proyectos que sean necesarios, no confundir información con participación.
Porque, al fin y al cabo, los políticos deberían estar a nuestro servicio y no al revés.
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