Marian Orós: "Si no se toman medidas, que no se están tomando, las personas que llegan hasta Zaragoza acabarán en la calle"

Es la responsable del área municipal que se encarga de atender a las personas más vulnerables de la capital aragonesa, unos servicios que en los últimos meses están tensionándose debido a la cantidad de personas que se han quedado en situación de calle y que pasan sus días entorno al Albergue municipal esperando una oportunidad que tarda en llegar. Marian Orós, que no duda en pisar la calle, pide cooperación y lealtad al Gobierno de España para poner solución a este problema

Marian Orós, antes de la entrevista con El Periódico, en las calles de La Magdalena.

Marian Orós, antes de la entrevista con El Periódico, en las calles de La Magdalena. / RUBÉN RUIZ

Iván Trigo

Iván Trigo

Zaragoza

¿Hay una crisis de sinhogarismo en Zaragoza?

En estos momentos en Zaragoza hay una crisis migratoria y, si no se toman medidas, que no se están tomando por parte de los responsables en materia de migración, esas personas que llegan hasta nuestra ciudad van a estar en situación de calle. El perfil del sinhogarismo que hay hoy en Zaragoza no tiene nada que ver con lo que había hace un año. Antes eran personas sin red familiar, personas con problemas de salud mental, adicciones… gente en muchos casos que no querían entrar en los recursos que tenemos. Hoy, el 75% de las personas que tenemos en el Albergue son migrantes y de todos, la mayoría son personas que deberían estar atendidos en otros recursos que no son municipales. El problema es que el Gobierno de España no está atendiendo a estas personas. Les ofrece unos meses de parada y fonda y luego van a la calle y muchas veces sin papeles y sin saber el idioma. En 2017 llegaron a España 27.000 personas. En el año 2024 llegaron 64.000.

¿Qué le dice el Gobierno de España cuando usted les llama y les expone que el ayuntamiento no da abasto?

Yo le pedí una reunión al delegado del Gobierno de España en Aragón en marzo, que fue cuando saltaron todas las alarmas. Entonces acudieron a la Casa de las Culturas 50 personas procedentes de Mali. Al día siguiente fuimos con un traductor y nos comunicaron que estaban en el Hotel París y que les habían comunicado que se tenían que marchar. En la reunión le conté la situación y le pedí cuatro cosas. La primera fue que me explicara qué había pasado con esas personas. En segundo lugar le pedí que todos los meses nos informara al ayuntamiento del número de personas que iban a salir de los programas de protección internacional y ayuda humanitaria. La tercera cuestión fue pedirle como representante del Gobierno de España que fuera el Gobierno central el que liderase y coordinase la crisis y que facilitara información. Y por último le pedí un fondo para poder paliar la situación que se estaba generando en la ciudad. No tuve respuesta.

Una de las cosas que pedía era, por tanto, información, lo mismo que el Gobierno de España al Gobierno de Aragón sobre el número de menores migrantes. ¿Hizo bien la DGA en no facilitar esos datos?

Mi responsabilidad es intentar dar respuesta a las personas que el Gobierno de España expulsa de sus programas y, por tanto, saber cuántas personas van a quedarse en la calle, por eso pido información. El tema de los menores migrantes es mucho más complejo: sobre eso tendría usted que preguntarle al Gobierno de España y al Gobierno de Aragón.

«Trabajamos para abrir nuevos recursos que estén más allá del entorno del Albergue»

Marian Orós

Si de usted dependiera, ¿cómo actuaría ante esta crisis migratoria? Es gestionar algo que es imprevisible.

Por eso lo primero es intentar plantificar. En la conferencia de presidentes se le propuso al Gobierno hablar de migración y el presidente dijo que no tocaba. Y aquel que ha creado el problema tiene que buscar la solución. Y por tanto el liderazgo, el sentarse, el hablar, el hacer las cosas bien, el tener una planificación y una gestión de esta situación que ya nos ha reventado tiene que venir del Gobierno de España. Necesitamos que se impliquen y planteen programas de continuidad para que la gente no se quede en la calle. La mayor parte de estas viene a trabajar y tener un futuro. Yo lo he dicho siempre, la inmigración es una oportunidad para esta ciudad y para esta comunidad, pero si no se gestiona…

¿Le preocupa que esta crisis pueda devenir en un aumento del racismo en las calles y los parlamentos?

Me preocupa y espero que no sea así, porque vuelvo a repetir: necesitamos la inmigración.

¿Cree que fue un error no incluir en la reforma del Albergue un aumento de las plazas disponibles? Se van a invertir 4,3 millones de euros en un equipamiento que no va a crecer y que está saturado.

En el año 2023, cuando se licitaron las obras, había unas 160 en situación de calle. Nadie preveía que la incapacidad del Gobierno de España fuera a generar el problema que tenemos ahora. Pero es cierto que el Albergue está lleno y lo que hemos planteado es un plan de choque para ganar plazas. Así, cuando las obras estén terminadas a finales de año, los espacios de urgencias y emergencias, que ahora serán de obra, se abrirán de manera más continua y no solo en situaciones de extremo frío o calor. Y también estamos pensando en comprar nuevos módulos prefabricados para situaciones puntuales. Además, como toda la parte administrativa pasa al nuevo edificio, sí que vamos a poder ampliar las camas para mujeres. Y otra idea en la que estamos trabajando es en que haya nuevos recursos más allá del entorno del Albergue, pero eso ya lo contaremos.

Antes de esta crisis el entorno del Albergue ya se había degradado. ¿Cuándo acabe la reforma del edificio acabarán los problemas de los vecinos del Parque Bruil?

El Albergue está en ese lugar desde los años 90.Las reivindicaciones de los vecinos no son de hace un año, ni dos, ni tres, ni cinco, ni 10. La primera vez que un ayuntamiento los escucha y plantea soluciones a sus problemas más urgentes ha sido este ayuntamiento. Lo que se solucionará es que las personas que ahora pasan el día en el patio del Centro de Historias ahora tendrán un espacio dentro del Albergue mucho más digno con sombra, agua y baño. Pero cuando un recurso como el Albergue, además de la pernoctación, da la posibilidad de desayunar, de tener duchas, de poder hacer los talleres del plan primera oportunidad, pues siempre va a haber personas en los alrededores. Y para evitar los problemas de los que hablan los vecinos hemos reforzado la limpieza, la presencia de Policía y también hemos conseguido que puedan vallar los porches de los edificios del andador Reina Esther.

«El Gobierno ofrece a los migrantes unos meses de parada y fonda y luego los echa a la calle»

¿Cuándo conocerán si llegarán fondos europeos para regenerar el entorno del Parque Bruil?

En las próximas semanas se va a resolver, pero antes de eso ya estamos haciendo cosas. Ahora mismo tenemos un proyecto, que son 150.000 euros, con el que estamos haciendo un mapeo con los agentes del entorno para buscar soluciones a los problemas de la gente.

En la zona de Zamoray-Pignatelli están mirando de reojo los planes con el entorno del Parque Bruil. El problema en este otro barrio es diferente, pero desde su área ¿qué soluciones pueden darle a los problemas de convivencia e infravivienda en El Gancho?

No lo hemos contado aún pero en el ámbito de los servicios sociales vamos a lanzar un piloto en el que vamos a trabajar en cuatro de los asuntos que más preocupan a los vecinos: la prostitución, las drogas y la drogodependencia, la migración y la integración de la población gitana.

Esta crisis migratoria que usted explica coincide en el tiempo con una crisis de vivienda por la que muchos vecinos no pueden acceder a tener un hogar. Zaragoza Vivienda tiene una lista de espera de miles de personas. ¿Cómo compagina ambas casuísticas? Las viviendas que se destinan a una cosa se extraen de otra.

Yo no gestiono vivienda, pero gracias a la cesión de Zaragoza Vivienda en nuestra área contamos con unos 140 pisos que se dedican a mujeres víctimas de violencia de género, a personas sin hogar, a desinstitucionalizar a personas con discapacidad… Y creo que eso no es incompatible con la labor principal de Zaragoza Vivienda. Además, este ayuntamiento y el Gobierno de Aragón han puesto en marcha planes para construir vivienda pública de alquiler asequible a diferencia de lo que está haciendo el Gobierno de Sánchez, que prometió 140.000 o el de Lambán, que prometió 40.000.

¿Existen los controles necesarios para garantizar que las viviendas que le ceden a su área y que gestionan entidades no están nunca vacíos y se aprovechan?

En estos momentos se han articulado controles para que todo funcione de manera perfecta. Sería demagogia considerar que un hecho excepcional que ocurrió se considere como algo habitual. No lo es. Las entidades son transparentes.

«Me preocupa que haya un aumento del racismo. Insisto: necesitamos a la inmigración»

Marian Orós

Usted representa un perfil moderado dentro del PP. Como responsable de Igualdad del ayuntamiento, ¿cuánto le molestan los pactos con Vox?

A mí me molestan las personas que carecen de sentido común. En este caso concreto, Vox, en las peticiones que han hecho a mi área han sido de sentido común. Por lo menos hasta ahora han optado por ir en positivo. Es cierto que en los debates cada uno expresa su ideología y esas ideas te pueden gustar más o menos o menos que más, pero con respecto a la política social en esta ciudad considero que han sido posibilistas. ¿Qué consideran que la violencia de género no es el término adecuado para denominar a la violencia contra las mujeres? No me preocupa. Lo que a mí me preocupa es que las mujeres víctimas de violencia de género, de violencia machista o de violencia contra la mujer tengan los recursos suficientes de este ayuntamiento para comenzar una nueva vida.

De usted también dependen las políticas de Juventud. ¿Van a cerrar más zonas jóvenes?

(Piensa) Nuestra estrategia no tiene tanto que ver con los espacios como con adecuar lo que ofrecemos a lo que necesitan, quieren y pretenden los jóvenes. Y creo que la juventud tiene que mezclarse, ser diversa… Y si te acercas ahora a La Azucarera, el nuevo espacio dedicado a la juventud en la ciudad, ves que hay chicos de todas las edades, de todos los tipos y de todas las tendencias. Y sobre todo creo que nosotros tenemos la obligación de ser eficaces con los recursos. A lo mejor es necesario darle una vuelta a lo que lleva haciéndose 40 años. 

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