En las entrañas del pabellón Príncipe Felipe: 35 años de estrellas y un engranaje perfecto
El recinto deportivo por excelencia gestionado por el Ayuntamiento de Zaragoza, ahora que La Romareda ya no es municipal, es el pabellón Príncipe Felipe, que este año cumple 35 primaveras. En todo este tiempo ha visto pasar a los mejores deportistas y artistas de todo el mundo. Dentro esconde mil y un rincones ocultos al público.

En imágenes | En las entrañas del pabellón Príncipe Felipe / JOSEMA MOLINA

Meses se lleva hablando en Zaragoza en esta ciudad de la reconstrucción del estadio de La Romareda mientras otros equipamientos municipales siguen funcionando y acumulando eventos y éxitos quizá sin tanto debate ni la misma exposición pública. No obstante, cualquier excusa es buena para poner en valor una de las mejores instalaciones con las que cuenta la capital aragonesa. Y en este caso es su 35 aniversario lo que le sirve al pabellón Príncipe Felipe un protagonismo que debería ser mayor dado su historial de méritos. Dar las cosas por hecho, como es el buen funcionamiento de este edificio, no implica que no sea noticiable.
Y es que para que los aficionados, ya sea al baloncesto o a la música en directo, puedan llegar, entrar, sentarse, celebrar, bailar y volver a marcharse, tiene que existir una maquinaria perfectamente engrasada que funcione como un reloj suizo.
"Nos ocurre muchas veces. Tenemos un concierto un viernes por la noche y al día siguiente por la mañana un partido baloncesto. Este mismo fin de semana está Rigoberta Bandini el viernes por la noche y en cuanto acabe hay que desmontarlo todo para poder alberguar el fin de semana el campeonato mundial de futbolines", explica Paco Díaz, el director del pabellón. Un dato: montar el parqué sobre el suelo desnudo y las canastas para un partido de baloncesto cuesta "unas cuatro horas".
Para que esa trasnformación continua de los espacios sea posible existen varias claves. En primer lugar está la funcionalidad del edificio, que se diseñó ya pensando para que pudiera ejercer como espacio multiusos, con diferentes salas y salones que pueden ir adaptándose en función de las necesidades de cada momento.

Uno de los accesos a la pista principal del pabellón. / JOSEMA MOLINA
"Cada evento tiene sus características concretas, ninguno es igual que el anterior", cuenta Díaz. Mientras, a sus alrededores se amontonan cajas gigantes que contienen las piezas de los 160 futbolines que servirán este fin de semana para disputar el mundial de este deporte. "Les hemos dejado esta cancha auxiliar para que puedan ir montándolos ya y que no haya que esperar a que acabe el concierto", añade.
En segundo lugar, otra de las explicaciones del buen funcionamiento del pabellón es el mantenimiento y la inversión contínua que ha realizado el ayuntamiento en la conservación y actualización del recinto, que cuenta con sistemas avanzados en muchos ámbitos y que ha ido adaptándose a las novedades tecnológicas. Este verano, sin ir más lejos, se ejecutarán las obras de impermeabilización de la cubierta del edificio y próximamente también se renovarán las puertas para modernizar las zonas de acceso a las instalaciones.
Una cubierta única
Entre otros muchos sistemas que permiten al Felipe ser una referencia entre este tipo de instalaciones destaca un software que permite conocer, en tiempo real, el peso que sostienen cada una de las células que componen la cubierta, puesto que en función del espectáculo, son muchos los elementos que se cuelgan del techo del edificio. "Cuando viene el Circo del Sol llegan a suspender de la cubierta elementos que suman 27 toneladas de peso. Todo eso tiene que estar bien medido para que nada falle", explican los responsables de este sistema, que es único en toda España.
Pero si algo destaca Díaz como engranaje imprescindible de la maquinaria del Felipe es "su personal", tanto el de las tres contratas como el propio de Zaragoza Deporte. "Sin su trabajo sería imposible que estas instalaciones sigan siendo de primer nivel. Hay gente que lleva 35 años aquí, desde que se inauguró el pabellón. Conocen todo a la perfección y esa experiencia es clave para anticiparnos a los problemas", cuenta.
Y es que en unas instalaciones de estas características, donde caben 11.000 personas con las cuatro gradas en uso y unas 8.500 en los conciertos, siempre tiene que haber un plan a, un plan b, un plan c y un plan d. "No podemos permitir que nada falle. Por ejemplo, tenemos una canasta de repuesto por si se rompiera una de las que se usan para jugar. En pocos minutos podría estar instalada y así evitamos que se tenga que suspender un partido, como ha llegado a ocurrir en otras ciudades", cuenta el director de las instalaciones.
Una historia de estrellas
El pabellón Príncipe Felipe fue inaugurado oficialmente con la celebración de la Final Four de baloncesto, en abril de 1990, en la que se enfrentaron el KK Jugoplastika (campeón), FC Barcelona, CSP Limoges y Aris Salónica. Previamente, eso sí, tuvo lugar en marzo un campeonato All Star femenino de basket. Desde entonces han sido cientos los eventos acogidos. "Cada año podemos acoger entre 16 y 18 conciertos, unos 50 partidos de baloncesto y 18 o 20 actividades extra como el concurso de tambores de Semana Santa o la exhibición de medios policiales. Además están los entrenamientos y los grupos de mayores que vienen a hacer gimnasia de mantenimiento", explica Díaz.
Si bien en las páginas de la historia de pabellón también hay espacio para la polémica, como fue la originada en 2015 cuando el Gobierno de ZeC, coincidiendo con el 25 aniversario del pabellón, quiso renombrar las intalaciones sustituyendo el nombre del príncipe Felipe por el de José Luis Abós, entrenador del CAI Zaragoza que falleció en 2014. El PP denunció el cambio y, en 2016, la Justicia dio la razón a los populares.
Pero esa es tan solo una anécdota de un pabellón que esconde decenas de rincones y recovecos. Además de la pista principal, dentro del edificio existen otras dos auxiliares que se utilizan para eventos y entrenamientos. El recinto cuenta con ocho vestuarios para equipos deportivos, dos de los cuales están personalizados con los colores y los símbolos del Casademont, y además hay camerinos en los que han descansado alguno de los artistas más relevantes de la historia reciente de la música. También hay una especie de museo en la sala de autoridades en la que se exhiben los trofeos que han ganado los equipos que juegan en el pabellón.
Y es que por el pabellón Príncipe Felipe han pasado David Bowie, Bob Dylan, David Copperfield, Amaral, Bunbury, Kase.O, Tom Jones, Raw Alejandro, Guns N'Roses, Sting, los Backstreet Boys, Maná, Julio Iglesias, Luis Miguel, Ricky Martin, Oasis, Bisbal, Serrat, Sabina, Raphael, Rocío Jurado, Alejandro Sanz, Pablo Alborán, Malí, Isabel Pantoja y Miguel Bosé, entre otros muchos.
En el plano deportivo también son muchos los eventos destacables que se han disputado en el Felipe, empezando por la última Final Six Euroleague Women pero también campeonatos del mundo, de Europa y de España, la Copa Davis de tenis, otras dos Final Four masculina y copas del Rey y de la Reina. Por 35 años más.
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