El pasaje de la calle Delicias de Zaragoza cierra por la noche y los domingos: "Damos más vuelta, pero hemos ganado en seguridad"

El pasaje de la calle Delicias, ubicado en el barrio de Zaragoza que lleva su nombre, ha vuelto a abrirse al público hace dos semanas, eso sí, con restricciones de horario. ¿El motivo? Que después de diez días cerrado por saneamiento, ha emergido en el local contiguo un nuevo comercio perteneciente a la empresa familiar Cheapy Shop, que es una entidad privada responsable también del pasaje. Aunque algunos vecinos denuncian que haya que cambiar el recorrido, muchos han acogido esta medida como algo positivo porque "devuelve seguridad" a esta calle tan transitada.

"Lo han dejado muy bien, muy limpio, muy bien acondicionado y espero que esto dure así", apunta Carmelo, que está de acuerdo con que el pasaje "se abra entre semana y cierre los domingos" que es, dice "cuando la gente bebe y está todo lleno de porquería". Por eso, para la calle Delicias, asegura "es una mejora que el pasaje no esté como antes", es decir, "sucio, con pintadas y con chicles". Carmelo dice que el "trastorno" de que cierre por la noche es "poco", ya que existe "la alternativa del otro pasaje" a escasos metros.

El hijo de Nancy vive al otro lado, en la calle Don Pedro de Luna, y fue el otro día cuando ella a las 22 horas se enteró de que el pasaje estaba "cerrado", porque "las verjas estaban echadas abajo". A su parecer es una medida "espectacular" ya que por la noche "da mucho miedo pasar por la calle Delicias" y el restringir su paso ayudará, a su juicio, a disolver "ese nido de delincuencia". "Me parece bien, porque ya sabes lo que hay", añade una mujer mayor que recién sale del contraluz del pasaje.

"Es una vergüenza porque no podemos pasar de un lado a otro", dice indignada Josefa, mientras su marido apunta "que es privado" y que "es lo que hay".

Lo cierto es que en este pasaje que queda cerca del Jardín Vertical legalmente "no existe servidumbre de paso", es decir, que aun siendo de paso común, la empresa no está obligada a permitir el tránsito a través de su propiedad, según alega el gerente de la empresa familiar que debuta ahora en Aragón con esta primera tienda de Cheapy Shop, dedicada a productos del hogar. Las tres dependientas son las que deciden, como está estipulado, el horario de apertura y cierre del pasaje que les corresponde en propiedad. De momento, lo abren de 9 horas a 20 horas, ya que es lo que más se ajusta a su horario comercial.

"Nosotros intentamos como empresa que el pasaje sea seguro para todos", asegura la encargada de la tienda Cheapy Shop en Zaragoza, Karen Sánchez. Entre otras medidas, asegura que han optado por "subcontratar empresas de limpieza para que puedan darle un mantenimiento al pasaje. Estaba en condiciones deplorables". Se refiere a una inversión de 10.000 euros que realizó de manera íntegra la empresa con el fin de acondicionarlo con la "iluminación, dos cámaras de videovigilancia, motores de las persianas, limpieza de grafitis, pulido de suelo y desinfección de orina, líquidos y chicles", según corrobora el gerente. "En total estuvieron más de seis personas limpiando cada día para que algo, que es de bien común, fuera digno", ya que, "hace solo tres semanas, era el pasaje del terror" sostiene.

El horario de apertura y la seguridad del pasaje, "responsabilidad" de la empresa

El horario de apertura y cierre del pasaje, según la Sánchez, es "orientativo", porque "está cerrado a disposición del local, de las obras y de la tienda" y nombra la descarga de mercancía como acción que "no es competentes de los vecinos" y que a su juicio, requiere de esa privacidad de la que gozan según la legalidad. Con todo, aunque no cumplan los horarios estrictos del cartel adherido a la entrada (de 8 a 21 horas), lo intentan, y ya están en conversaciones con otros comercios de la calle "que abran antes o cierren más tarde" para favorecer a los vecinos. Lo que a la cargada les transmiten es que "aunque se ahorraban tiempo, han ganado en seguridad".

Mismo sentir recoge Sandra Sanz desde la Agrupación de Comerciantes de la Calle Delicias, quien agradece directamente a esta empresa haber dejado un pasaje "completamente diferente" que llevaba "diez años descuidado desde que cerró Ibercaja" donde la "inseguridad reinaba a según qué horas". La causa es que la tienda de ropa y la zapatería que habían estado en su lugar no se ocupó del pasaje, aún siendo su propiedad y hasta entonces era el ayuntamiento, según Sanz, el que lo limpiaba. Asimismo, Sanz asegura que todo nuevo comercio que "apueste por la calle" es bienvenido. "La acogida por parte del resto de comerciantes es buenísima. Anima a otros emprendedores a instalarse" con el fin, añade, de "dignificar la calle manteniéndola limpia, segura y dinámica".

Sin embargo, Sanz como vecina del barrio también ve impedimentos. "Nos han quitado el alcorce entre la zona de Don Pedro de Luna y Paseo Calanda y la calle Delicias", asegura, poniendo como homólogo al Pasaje Palafox, que también "es privado" y "te obliga a dar toda la vuelta". Con todo, Sanz ve lógico que tengan abierto el pasaje de Delicias "el mismo horario de la tienda" hasta que calibren "la demanda de transeúntes", porque además, "cada emprendedor decide" y tilda de "mucha responsabilidad" la posibilidad de que otro comercio se encargue de subir la persiana.