Seguridad en Zaragoza: las riberas del Huerva estarán controladas por cámaras

El ayuntamiento quiere colocar cámaras al tratarse de una zona con poca visibilidad desde la calle, lo que puede generar inseguridad

Estado de las obras en los viveros Sopesens del Huerva; unos metros más abajo irá la polémica pasarela.

Estado de las obras en los viveros Sopesens del Huerva; unos metros más abajo irá la polémica pasarela. / Jaime Galindo

Carlota Gomar

Carlota Gomar

ZARAGOZA

El río Huerva, a su paso por Zaragoza, está experimentando un importante proceso de transformación. El ayuntamiento se ha propuesto renaturalizar sus riberas aprovechando la llegada de los fondos europeos para convertir su cauce en la segunda avenida fluvial de la capital. En plenas obras y con la vista puesta en 2027, desde el consistorio ya piensan en cómo garantizar la seguridad de sus riberas, con tramos oscuros, poco transitados y que pueden generar cierta inseguridad, por lo que se plantea instalar cámaras de videovigilancia en distintos puntos.

Por ahora es una declaración de intenciones y ha licitado por 17.545 euros la asistencia técnica para la elaboración de la documentación técnica previa a la redacción del proyecto de implantación de un sistema de videovigilancia inteligente en la ribera del río Huerva a lo largo de todo el trazado fluvial urbano en el término municipal de Zaragoza.

Según explica Ecociudad en su informe, sociedad competente, el cauce urbano se caracteriza por ser un trazado fluvial "profundamente encajado, con escasa visibilidad desde el viario público adyacente y numerosos tramos de acceso poco controlados o escasamente transitados". Estas circunstantes, añaden, "generan una percepción de inseguridad entre la ciudadanía", en especial en horarios nocturnos o con condiciones de baja visibilidad, que desincentivan su uso como espacio de movilidad activa, paseo o encuentro.

La millonaria actuación que se está llevando a cabo en el Huerva persigue, entre otras cosas, que sus riberas, una vez recuperadas y renaturalizadas, se conviertan en un espacio en el que pasear, estar y disfrutar. Para ello, se van a crear caminos y ocho parques repartidos a lo largo del trazado, cinco nuevos en el primer tramo hasta la Gran Vía y la renovación de otros tres en su trazado final hasta la desembocadura en el Ebro.

Con la asistencia técnica, el ayuntamiento pretende disponer de un documento base que sirva para definir, con criterios técnicos y funcionales, el futuro sistema de videovigilancia inteligente que será implantado a lo largo de la ribera. Este sistema deberá ser respetuoso con el entorno natural y urbano, además de integrarse en las infraestructuras existentes de conectividad, alumbrado y canalización. También deberá incorporar funcionalidades de análisis mediante Inteligencia Artificial.

Esta medida, cuyo coste por ahora se desconoce al encontrarse en una fase de estudio, persigue aumentar el grado de control y supervisión del espacio público, tanto con fines preventivos como de respuesta ante incidentes.

Hace apenas unos días que el ayuntamiento licitó el segundo tramo de las obras, el que va desde los antiguos viveros Sopesens hasta el soterramiento de Gran Vía, por un precio de 16,8 millones de euros. Este contrato se incluye dentro de la fase 2 y se suma al primer tramo (entre Miguel Servet y la desembocadura en el Ebro), cuyo importe asciende a 8,5 millones. En total, recuperar el Huerva costará cerca de 25,5 millones de euros, a los que habría que sumar los cerca de 8 millones de la primera fase. Una inversión total de 34 millones financiada a través de dos convocatorias de la Fundación Biodiversidad, canalizados a través del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) y, principalmente, por el Gobierno de Aragón, que aporta 20 millones. Se espera que para comienzos de 2027 la obra en su conjunto esté concluida.

Tracking Pixel Contents