La avenida de Zaragoza que pasó de las vías del tren a las viviendas y las ¿piscinas?

El ayuntamiento ha definido esta semana los usos de la parcela donde irá el centro deportivo de La Almozara, una reivindicación histórica

Desmontaje de la pasarela ferroviaria peatonal de Delicias, en 2002.

Desmontaje de la pasarela ferroviaria peatonal de Delicias, en 2002. / Archivo / Rogelio Allepuz

Zaragoza

El pasado jueves, el pleno municipal del Ayuntamiento de Zaragoza definió, tras un vaivén de situaciones jurídicas y políticas, los usos definitivos para la parcela en la que se ubicarán las futuras piscinas de La Almozara, con la intención de poder licitarlas antes de que acabe el año. Así las cosas, finalmente este centro deportivo municipal (CDM) tendrá un espacio de unos 18.000 metros cuadrados, dejando otra pastilla de 10.000 metros para que sea zona verde. Una vez se construyan, las piscinas de La Almozara completarán una porción de los terrenos que rodean a la actual avenida Ciudad de Soria, junto a la que se situaban las antiguas vías del tren que fueron soterradas a comienzos de siglo, cuando Zaragoza estaba en plena transformación ferroviaria a raíz de la llegada del AVE y de la construcción de la estación Delicias.

Quedaron entonces una lista de suelos disponibles, a ambos lados de la avenida que da la bienvenida a Zaragoza por el norte, que con el paso de los años se han ido transformando. A un lado, sobre todo, se han levantado viviendas, la mayoría pertenecientes al Barrio del AVE que nació con el fin de cerrar la cicatriz urbana que separaba los distritos de Delicias y La Almozara. En cualquier caso, pese a estar ya urbanizada toda esa zona, aún quedan pisos en construcción, solares vacíos (como el que está junto a la Torre Zaragoza) en los que también irán varios pisos y hasta una residencia que también se está levantando en estos momentos.

Al otro lado, en la parte más próxima a La Almozara, los suelos albergan algunos equipamientos, como Etopia o el centro de salud, pero todavía deben terminar de impulsarse. En la zona más próxima al parque de La Aljafería, en la esquina contraria a Etopia, es donde se ubicarán las nuevas piscinas, que explotará una empresa privada durante las próximas décadas a cambio de su construcción.

Un entorno que vivió, precisamente, uno de sus cambios urbanísticos más importantes a principios de siglo, con la desaparición del antiguo paso peatonal que se ubicaba en lo que hoy es la rotonda (plaza) de la Ciudadanía, que conecta la avenidas Ciudad de Soria con la calle Escrivá de Balaguer y el cruce entre las avenidas de Madrid y Navarra.

La rotonda de la plaza de la Ciudadanía, durante su construcción en 2005.

La rotonda de la plaza de la Ciudadanía, durante su construcción en 2005. / G. A. Z. A.

Este punto poco o nada tiene que ver con esa imagen urbana que presentaba Zaragoza hace 20 años, empezando por ese paso peatonal ferroviario que muchos vecinos consideraban poco eficiente y en ocasiones hasta incómodo. Unas estructuras metálicas que destacaban sobremanera y que apenas duraron una década y media, tras ser inauguradas a principios de los 90.

El resto de la cicatriz

Y ahora, todo el entorno sigue desarrollándose poco a poco, tras un brusco parón a causa de la crisis económica que salpicó la economía española a partir de 2008 y que estancó muchos de los proyectos que siguen hoy en cartera. Así nació Zaragoza Alta Velocidad (ZAV), una sociedad pública en la que participan tanto el Ministerio de Transportes (a través de Adif y Renfe), el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza y que, después de muchos años, ya está saneada.

Tanto es así que ZAV ha dado un primer paso clave para la construcción de las futuras piscinas con la electrificación de todo ese corredor que da a La Almozara, junto a las que deberá urbanizarse un parque equipado que la alcaldesa Natalia Chueca se ha marcado como su "próxima prioridad".

Y si en su día la avenida Ciudad de Soria cambió la cara a la fotografía de la capital aragonesa, en los próximos años otros antiguos suelos ferroviarios prometen coser el trozo de cicatriz que aún restaba entre ambos barrios. En este caso, y a unos pocos metros, en el triángulo del Portillo, que se convertirá en un gran parque gracias a una inversión de más de 30 millones de euros.

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