La nueva comisaría del Gancho podría abrir "antes de agosto": "Esperamos que tenga efecto disuasorio"
La alcaldesa espera que el nuevo equipamiento de la Policía Local entre en servicio "antes de irnos de vacaciones"

El logo de la Policía Local ya luce en el exterior de la futura comisaría. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La ya anunciada nueva comisaría de la Policía Local del Gancho podría abrir sus puertas "antes de irnos de vacaciones en agosto". Así se ha pronunciado la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, cuando ha sido preguntada sobre este nuevo equipamiento que abrirá sus puertas en unas instalaciones que antaño formaban parte del gimnasio de los bomberos del parque situado en la esquina entre las calles Pignatelli y Ramón y Cajal de la capital aragonesa.
La comisaría contaba con un presupuesto, fruto del pacto entre el PP y Vox, de 800.000 euros, si bien finalmente solo se han tenido que invertir unos 70.000 euros para ponerla a punto al utilizar un espacio municipal ya existente y al haber trabajado de la mano de las brigadas del ayuntamiento. En marzo la regidora visitó las obras de las nuevas instalaciones policiales y anunció que en dos meses, es decir, entre mayo y junio, podría estar ya en funcionamiento, un plazo que finalmente se ha ampliado para poder dotar al local de los recursos necesarios para cumplir con su función.
Sin embargo, entre las distintas asociaciones de vecinos del barrio existe una disparidad de opiniones sobre la efectividad que tendrá la apertura de esta nueva comisaría, si bien ninguna de las tres consultadas rechaza de plano esta medida. Desde la entidad Vive El Gancho opinan, por ejemplo, que la simple colocación del logo de la Policía Local en las paredes de la esquina de la calle Pignatelli con Ramón y Cajal ya ha conseguido tener un efecto disuasorio. "Antes había gente todo el día sentada en esa esquina. Trapicheaban y había peleas a plena luz del día. Así que cuando abra esperamos que sirva de algo", declara Óscar Villanueva, presidente de esta asociación.
No obstante, Villanueva cuenta que en anteriores ocasiones ya han llamado a la Policía Local por algún conflicto en el barrio. "Pero muchas veces no se meten", lamenta. Aun así, desde Vive El Gancho esperan que el aumento de agentes por sus calles mejore la convivencia y el civismo y "ya no sea normal que la gente tire la basura a deshora". "En las últimas semanas es verdad que en la zona de Pignatelli la cosa está más tranquila", señala además.
Por su parte, desde la Plataforma de Afectados del Gancho y Pignatelli apuntan a que la ubicación escogida para la comisaría "no es la que nosotros habíamos pedido", puesto que en opinión de estos vecinos hubiera sido preferible situarla en la plaza de San Pablo o en la zona de Las Armas. "Nosotros entendemos que el lugar que han elegido sirve par dar tranquilidad a los padres de los estudiantes de la residencia de Xior en Pontoneros", cuenta el presidente de esta asociación, Javier Magén.
Además, desde la entidad reclaman que todo el dinero que se presupuestó para construir la comisaría y que no se ha gastado se dedique a inversiones en este barrio. "Pero según nos han dicho, este año no podrá ser", advierte Magén.
Finalmente, desde la asociación Calles Dignas esperan más medidas además de la apertura de la comisaría de la Policía Local. "Veremos si sirve de algo, no vamos a adelantar acontecimientos", apuntan.
Otras medidas
No obstante, todas las asociaciones opinan e insisten en que tiene que haber otras muchas medidas que complementen al aumento de la presencia policial. "El problema está en los edificios okupados que están descontrolados. Y en esos casos los responsables son inmobiliarias que están alquilando a precios tirados y en negro unos pisos aprovechándose de la miseria de la gente y después empiezan a subalquilarlos y se genera conflictividad. Hasta que eso no se ataje seguirá habiendo problemas", opinan desde Calles Dignas. "Hasta el momento están tomando medidas muy efectistas, como es la compra de solares. Pero esos solares y edificios siguen sin rehabilitarse, por lo que todo sigue igual", añaden desde esta entidad.
Desde la Plataforma de Afectados del Gancho y Pignatelli también opinan que el problema está "en los narcopisos y los pisos okupados". "PP y Vox nos prometieron que iban a acabar con ellos", recuerda Magén.
Por su parte, Vive El Gancho apuesta por atraer todo tipo de equipamientos y actividades al barrio. "Necesitamos que haya gente de paso y que dé vida a nuestras calles", opina Villanueva. Para ello, por ejemplo, la sociedad civil está empujando fuerte para que el Gobierno de Aragón traslade hasta la calle Pignatelli y la plaza José María Forqué el Conservatorio Profesional de Música, actualmente situado en la calle San Vicente de Paúl y cuyas instalaciones se han quedado obsoletas.
Además, Villanueva trabaja ya con el consistorio para poner en marcha un mercadillo de flores vivas que atraiga público y ha presentado también una propuesta para reabrir la antigua Posada de las Almas, situada en la calle San Pablo (y que es de titularidad privada) y convertirla en un centro de atención de visitantes.
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