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Las familias del colegio María Moliner, satisfechas con su nueva cocina propia: "Queríamos que nuestros hijos comieran bien"

Tras años de reclamaciones, el Ampa cumple un "sueño" y consiguen dar un salto de calidad al centro del barrio San José

Comedor del CEIP María Moliner lleno de niños y niñas

Comedor del CEIP María Moliner lleno de niños y niñas / PABLO IBANEZ

Zaragoza

El CEIP María Moliner, situado en el barrio de San José de Zaragoza, ha inaugurado este jueves, tras años de reivindicaciones, su nueva cocina propia para ofrecer el servicio de comedor. En él comen cada día entre 170 y 180 alumnos de todos los cursos de Infantil y Primaria, donde sobre todo quieren conseguir no tomar alimentos ultraprocesados para seguir con el ejemplo saludable de la "comida de toda la vida", aseguran desde el centro.

Alicia Eraso, secretaria del Ampa del María Moliner, recuerda que llevaban muchos años luchando por esto. "Queríamos que todos nuestros hijos pudieran comer bien, comida de calidad y hecha en el día, y no comida que trajeran cocinada de antes", comenta Eraso. Tras recogidas de firmas, hacer varias caceroladas o incluso acudir a los plenos en el ayuntamiento, este jueves las familias han podido ver "por fin" el funcionamiento de esta cocina. "Es un sueño cumplido", aseguran.

"Esto lo supone todo. Supone enlazarlo con el proyecto educativo e invita enseñar a los niños lo que es una comida sana", apuntaba otra madre del colegio, que percibe una gran mejoría respecto a la comida de antes, con la que algunas veces los pequeños "salían con hambre" o hasta les entraba "dolor de barriga", ha asegurado.

La opinión de los más pequeños

Padres y madres, además de varios parlamentarios de las Cortes de Aragón y concejales del ayuntamiento, han podido probar este jueves la comida en el María Moliner. Los que han tenido la última palabra han sido los alumnos. Dos pequeños de 3º de Primaria, Marcos y Amelia, han disfrutado de un menú "completo y equilibrado": brócoli de primero, pollo asado acompañado de una ensalada variada de segundo y de postre un yogur natural con azúcar.

A ambos alumnos de 7 años "les ha gustado mucho" la comida, "más que otras veces", decían. "Estaba muy rica, pero lo que más me gusta de aquí es la pasta", explica Marcos. Alicia Eraso, su madre, dice que parte de que estos espaguetis le gusten tanto es por su salsa de tomate, "que no es de bote, sino de tomate natural triturado con su cebolla, pimientos y especias", añadía, reivindicando la calidad. En el caso de Amelia, su plato de verdura ha quedado vacío en minutos, contenta también con el menú de hoy.

Niños de tercero de primaria, Marcos y Amelia en el medio, en su hora de comedor

Niños de tercero de primaria, Marcos y Amelia en el medio, en su hora de comedor / PABLO IBANEZ

En el día del estreno de la cocina del colegio María Moliner también ha estado Nuria Martínez López, nutricionista oscense, quien ha dado una pequeña charla después de la comida. "Hay evidencia científica de que comidas ultraprocesadas o frías pueden estar relacionadas con el desarrollo de trastornos de la infancia, como el sobrepeso, la hiperactividad o la diabetes", ha explicado la nutricionista. "No podemos permitir que nuestros niños estén expuestos a esto, tenemos que darles la cocina que nosotros teníamos de pequeños", concluye.

Martínez también ha aclarado que si desde muy pequeños se toman estos ultraprocesados puede acabar "afectando" al sentido del gusto de los niños y podrían "no distinguir qué alimento realmente es natural".

Plan de cocinas propias de Educación

También la consejera de Educación, Tomasa Hernández, ha visitado hoy la nueva cocina in situ del María Moliner. “Para ellos ha sido un cambio fundamental, porque ahora su cole huele a hogar, y le da al centro una familiaridad que antes no tenía", ha manifestado la consejera. Este es uno de los nueve centros que han estrenado este curso cocinas in situ, instalaciones que son “una de las principales demandas de las familias aragonesas”, ha señalado.

Dentro del plan de mejora de comedores escolares del Gobierno de Aragón, este verano se han transformado nueve comedores de línea fría a cocina in situ, con una inversión total en las obras de más de 2 millones de euros.

Además, en los próximos días, comenzarán las obras de una cocina centralizada en El Ensanche de Teruel, que dará servicio a los centros Miguel Vallés y Pierres Vedel, con una inversión de 500 mil euros. Para el próximo curso, está prevista la transformación de las cocinas de los colegios Catalina de Aragón, en Zaragoza, y Galo Ponte en San Mateo de Gállego. Asimismo, el Gobierno de Aragón va a colaborar con el Ayuntamiento de Villanueva de Gállego para impulsar la cocina in situ del colegio Pintor Pradilla.

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