ESPECIAL DÍA DEL PILAR
Los nuevos retos de la plaza del Pilar
Han pasado 34 años desde la construcción de la plaza y ha sufrido algunos deterioros que es necesario reparar y aprovechar para mejorar

Vista de la Plaza del Pilar desde los antiguos juzgados / Laura Trives / EPA
En 1990 era un joven arquitecto recién ingresado en el Ayuntamiento, donde bajo la dirección de mi jefe y maestro el Dr. Arquitecto Ricardo Usón, proyectamos y dirigimos las obras de la última gran remodelación de la Plaza del Pilar cuyas obras concluyeron en junio de 1991. Podemos extraer fragmentos de la memoria del proyecto para comprender mejor su génesis:
El objeto del proyecto consistió principalmente en definir un nuevo tratamiento que ordenara el espacio en función de su propio ser, teniendo en cuenta la formación de la plaza y, sobre todo, las arquitecturas históricas que en ella se depositan.
El argumento principal residió en una transformación radical del uso y ser del propio espacio público a través de la peatonalización de un importante número de calles y plazas de manera que se recuperó el equilibrio perdido entre la escala viaria de la Ciudad histórica y su funcionalidad urbana. La superficie de los espacios públicos - precisaba de una transformación importante para adecuarse al sentido moderno de la Ciudad histórica, y así pues, la actuación fue una recualificación. Otra vertiente corresponde a la recuperación del patrimonio arquitectónico y/o a la intervención sobre el mismo.
El primer planteamiento del proyecto siempre se basó en el mantenimiento integral del espacio de la Plaza. Si bien, evidentemente, las escalas de los antiguos espacios parciales eran distintas, nos pareció que Ia acción urbanística nacida del proyecto de Borobio no tenía marcha atrás y, no sólo eso, la acción como tal precisaba de una intervención rotunda sobre la superficie de la plaza para su conclusión. Es decir, la trama histórica de primeros de siglo es absolutamente irrecuperable física y conceptualmente. Por otra parte, una intervención no unitaria carecería de sentido funcional, rompería la majestad imperante en el espacio que genera la arquitectura que lo configura y, finalmente, sería una contradicción histórica.
Han pasado 34 años desde su construcción del entonces llamado «salón de la ciudad»y en este tiempo el uso de la plaza, a veces con estructuras efímeras poco acordes con el carácter monumental y patrimonial de la Plaza, ha sufrido algunos deterioros como en las Fuentes de Goya y la Hispanidad, que es necesario reparar y aprovechar para mejorar, las Torres de Iluminación y la Pérgola con constantes actos incívicos, pintadas, pegatinas y colocación de cuadro eléctricos provisionales, necesidad de reimpermeabilizar y eliminar cableados y estructuras provisionales en la pérgola , pavimentos y líneas de evacuación de pluviales que es necesario reparar tras usos intensos, y a veces indebidos, reposición de magnolios desparecidos y replanteamiento de los acabados de los alcorques debido al crecimiento natural de los mismos, redefinición de accesos peatonales a los aparcamientos subterráneos, entre otras.
La plaza del Pilar mantiene su identidad tal y como se concibió, pero la configuración arquitectónica de su perímetro y los usos de nuevos edificios, suponen nuevos retos en su configuración actual. Fundamentalmente la construcción de la denominada en su día «manzana de oro» que da frente a la calle Santiago y cuando se remodeló la plaza en 1991 era un solar a otro nivel lleno de ruinas, y sin embargo hoy configura una nueva fachada a la plaza, donde precisamente se ha ubicado la Nueva Oficina de Turismo y de atención a visitantes.
Por otra parte la ampliación del museo Goya Ibercaja en construcción con el nuevo acceso previsto por la calle Santiago, o los futuros espacios Goya que tiene en proyecto el Gobierno de Aragón tanto en el actual edificio del IASS con frente a la plaza en la zona de fuente Hispanidad, como en la Iglesia de San Juan de los Panetes; o la próxima celebración del Bimilenario de la llegada de la Virgen del Pilar a Zaragoza, todo ello integrado con en el Plan Director Goya 2028 y el Plan Director Pilar 2040, por lo que desde el Ayuntamiento de Zaragoza se está trabajando conjunta y coordinadamente en el Plan Director de la Plaza del Pilar, con alguna de las actuaciones ya realizadas (Reparación de la cascada de la Fuente de la Hispanidad, la demolición del cubo de la antigua oficina de Turismo ya sin uso, la limpieza y reparación de alguna de las Torres de Iluminación y algunos pilares de la Pérgola, la limpieza y restauración de algunas de las esculturas de la Plaza o la reciente instalación de un sistema permanente de conteo de aforos, entre otras actuaciones).
Pero el Plan Director no solo trabaja en la mejora del espacio físico y sus instalaciones, también trabaja en una definición de usos y posibles instalaciones efímeras que se incardinen con el necesario respeto al Conjunto Monumental, en consonancia con la que esperemos sea futura declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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