Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

La gran transformación de la plaza del Pilar (I): la materialización de la plaza de las Catedrales

Al inicio del franquismo, el arquitecto Regino Borobio recibió órdenes para estudiar reformas urbanas en relación con diversas partes del sector de las catedrales, como la unión de las dos plazas del Pilar y de la Seo, y la erección de un monumento conmemorativo de la gloriosa gesta nacional

La Plaza del Pilar en 1889

La Plaza del Pilar en 1889 / GAZA

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

A raíz de la iniciación del franquismo, el arquitecto Regino Borobio recibió órdenes para estudiar reformas urbanas en relación con diversas partes del sector de las catedrales. Según se explicaba con todo lujo de detalles en la Revista Nacional de Arquitectura 1- de 1941- Proyecto de Plaza de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, estas órdenes se referían al aislamiento y urbanización de San Juan de los Panetes y la muralla romana; a la unión de las dos plazas del Pilar y de la Seo, y a la erección de un monumento conmemorativo de la gloriosa gesta nacional, el Altar de la Patria. Estos tres estudios se refundieron en uno solo y se formuló el anteproyecto de Avenida o plaza de Nuestra Señora del Pilar en noviembre de 1936. El anteproyecto, desarrollado en profundidad en junio de 1937 y los planos para la ejecución definitiva del proyecto se formularon en colaboración con el arquitecto municipal José Beltrán. En la publicación se explicaba que la nueva vía tenía que abarcar todo el espacio comprendido entre la Seo y San Juan de los Panetes, con una longitud de 500 metros y una latitud variable que midiera 50 metros.

Por el lado del Pilar se prolonga la alineación de este templo y por el lado opuesto la alineación dominante sería paralela a la facha del Pilar, a una distancia de 50 metros. Todo el frente del templo estaría ocupado por un ensanchamiento en arco de elipse, que proporcionaría la debida visualidad al edificio, aunque este es un elemento que al final no se ejecutó por «afrancesado» y se mantuvo la alineación recta del edificio del Pasaje del Ciclón. En el extremo más próximo a San Juan de los Panetes se colocaría el Altar de la Patria.

Se contemplaba también la prolongación del paseo de Independencia hasta la plaza del Pilar, justo entre la Basílica y La Lonja. No se llevó a cabo, pero de ese primer planteamiento nos queda la pequeña plaza de la Delegación del Gobierno, cuya fachada principal da precisamente a esa zona y no a la plaza del Pilar, ya que la intención era que el frente luciera hacia la prolongación de Independencia.

Imagen planos de Borobio

Imagen planos de Borobio / SERVICIO ESPECIAL

El proyecto de Borobio desarrollaba tres zonas diferenciadas; por un lado, la de tráfico intenso rodado, entre el Pilar y Don Jaime; otro espacio de esparcimiento para los peatones, frente al Pilar, y una tercera zona «tranquila» entre el Pilar y San Juan de los Panetes.

Para el perfecto desarrollo del proyecto se dio cuenta de las características precisas que habían de tener las fachadas de los edificios que se iban a construir, que no podían estar sujetas a «las normas del gusto de sus dueños o de sus arquitectos». Se incidió en constituir un marco apropiado para los edificios monumentales «de manera que su belleza quede realzada, nunca eclipsada por las nuevas edificaciones»; y formar un conjunto urbano «que no conciba cada casa aisladamente con la tendencia en boga de procurar destacar lo más posible de la casa vecina».

La ejecución del proyecto exigió la expropiación de 224 fincas para dar lugar no solo a espacio viarios, sino también a manzanas edificables. En 1941 ya estaba en marcha el espacio vital que se iba a convertir en el corazón de Zaragoza, el escenario por excelencia de las celebraciones populares, litúrgicas o institucionales más importantes de la ciudad.

Tracking Pixel Contents