Sin soluciones para el asentamiento de personas sin techo del parque Bruil: "Y dónde vivimos, ¿en el Ebro?"
El Ayuntamiento de Zaragoza ha desarrollado este viernes una limpieza especial de la zona verde sin que se pongan sobre la mesa alternativas de alojamiento en el corto plazo

Trabajos de limpieza en el parque Bruil, este viernes en Zaragoza. / Jaime Galindo

"Y si nos echa de aquí, ¿dónde viviremos?, ¿en el Ebro?". Así se expresa el rumano Silvio Jorge, llegado a Zaragoza hace doce años y sin hogar desde hace cuatro años. "No tengo ingresos, estoy enfermo, no tengo otra opción", expresa este albañil con las manos atrofiadas. Desde hace "bastantes meses" pasa la noche en el improvisado campamento para personas sin hogar del parque Bruil. Este viernes el Ayuntamiento de Zaragoza ha pedido al medio centenar de personas que ocupan el espacio que levanten sus enseres para proceder a una limpieza del entorno, un proceso que se ha vivido con dudas y "preocupación" por el riesgo que existe de que sean desalojados.
Las brigadas municipales de limpieza han retirado suciedad y enseres abandonados mientras desde la concejalía de Servicios Sociales se explora una solución para las personas que se ven obligadas a dormir en la calle. Desde Zaragoza en Común se ha propuesto "la apertura urgente de los espacios de acogida ante el frío" disponibles en el albergue municipal. Y el PSOE ha registrado para la próxima semana una comparecencia reclamando conocer "las intervenciones que pretende planificar" la concejalía en el entorno del paque "y las implicaciones económicas que conllevan". Durante la mañana se han explorado vías de solución con las personas afectadas, pero no se han planteado alternativas de alojamiento en el corto plazo.
"Nuestras cosas son nuestras, no se las pueden llevar", asegura Nico Gálvez, otra de las personas que duerme desde hace cuatro meses en un rincón alejado del kiosco, la zona en el que se agrupan más afectados. "No pueden decir que ensuciamos, pues los que dormimos aquí queremos que esté todo limpio", señala.
La zaragozana Estefanía Monterde reconoce que en el asentamiento existe "miedo al desalojo", sobre todo por la situación de desamparo en la que quedarán muchas de estas personas. En su caso, asegura que solo lleva "una semana" en la calle, después de "una agresión" que la obligó a abandonar su casa. "Esta es una zona tranquila, la gente es agradable y algunos vecinos nos han bajado ropas y colchones".

Limpieza del parque Bruil, este viernes en Zaragoza. / Jaime Galindo
Entre los agrupados se denuncia que existían "instrucciones" para retirar todos los carros, bolsas y enseres personales. "Querían aprovechar que mucha gente se ha marchado a trabajar para meterlo todo en un camión", indica Monterde, pidiendo alternativas para la gente que se encuentra en una situación similar. "No tenemos un sitio, no podemos estar todos por las calles", asegura.
Fuentes municipales informan que ya el pasado jueves se informó a todas las personas que duermen al raso en el parque de que este viernes se iba a proceder a la limpieza del entorno del campamento por una cuestión de salud pública, dada la suciedad acumulada en la zona. Entonces se les comunicó que podían amontonar sus enseres para no tirarlos. La intención es llevar a cabo una intervención "más exhaustiva de las que ya se han hecho otras veces" con un refuerzo del operativo, sobre todo debido a que las personas que pernoctan de forma puntual dejan sus cosas abandonadas y el resto los guardan por si les fueran útiles en el futuro, generando una acumulación excesiva.
"Recuento oficial"
Además, avanzan que a finales de octubre volverá a hacerse "el recuento oficial" para conocer el número de personas que duermen en el parque Bruil, un número que no obstante ha ido en aumento en las últimas semanas y que ahora se acerca ya a las 60 personas, muchas de las cuales son jóvenes migrantes, de los cuales alguno tendría derecho a protección internacional.
Según indican estas mismas fuentes, seis de estas personas con derecho a ser atendidas en programas específicos de acogida e inclusión, todas de Mali, están durmiendo en el albergue, un recurso municipal y que, según insisten desde el consistorio, se trata de un equipamiento de alojamiento temporal y urgente. No obstante, de cara al invierno, y para aliviar la situación de las personas que duermen a la intemperie, el ayuntamiento prevé aumentar en 20 plazas más los alojamientos extraordinarios que se abren en caso de frío extremo, por lo que serán ya 60 las camas de este tipo con las que contará el ayuntamiento.
El trabajo para evitar la presencia de personas sin hogar en las calles de Zaragoza también implica a otras administraciones. Esta semana la Delegación del Gobierno ha detallado que en el propio parque Bruil se han entregado 42 citas en Extranjería y que 30 malienses han sido reubicados en centros de acogida. Por su parte, desde el área de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Zaragoza inciden en que llevan semanas y meses trabajando para intentar aumentar los recursos disponibles para personas sin hogar.
Los focos de pobreza extrema en la ciudad se han multiplicado en los últimos años. De hecho, desde la estación de autobuses de la capital se ha denunciado esta semana que un grupo de más de 60 personas se refugia todas las noches en la instalación para pasar las noches a cubierto.
Por parte del grupo municipal de Zaragoza en Común en el Ayuntamiento de Zaragoza se ha exigido soluciones urgentes frente al aumento del sinhogarismo y las situaciones de infravivienda provocada por la grave crisis habitacional y el alarmante precio de los alquileres y habitaciones en distintos puntos de la ciudad. Situaciones como la de la estación Delicias, el Portillo o el Parque Bruil. Además, han denunciado que el intento de eliminación de enseres en la zona verde coincida con el día internacional para la erradicación de la pobreza.
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