Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

¡Miau, miau, URRA! La unidad de los Bomberos de Zaragoza experta en salvar animales: "Podemos hacer hasta tres servicios al día"

Esta unidad de especialistas está compuesta por 14 efectivos y fue creada en el 2021

Así actúa la Unidad de Rescate y Recuperación Animal de los Bomberos de Zaragoza

Jaime Galindo

Iván Trigo

Iván Trigo

Zaragoza

Son muchas las misiones que tienen encomendadas los Bomberos de Zaragoza, pero el lema que podría resumir el motivo de su existencia es el rescate y salvamento de personas, animales y bienes. Todos los efectivos del cuerpo se dedican a todo, pero hay también especialistas que se han formado para encargarse de situaciones en concreto. Y en la capital aragonesa, desde 2021, existe una unidad específica dedicada a uno de los protagonistas de ese lema: los animales. Son 14 profesionales que conforman la conocida como URRA.

URRA, además de una arenga, son las siglas de la Unidad de Rescate y Recuperación Animal de los Bomberos de Zaragoza. Al frente está Javier Fernández, que explica que a lo largo del año hasta 500 los servicios que pueden hacer a lo largo del año. "Podemos hacer hasta tres servicios cada día, pero hay jornadas en las que hemos llegado a hacer 30", explica.

La labor de estos bomberos especialistas es variada. Atienden todo tipo de servicios y no, la imagen que existe en el imaginario colectivo de un bombero rescatando un gatito en un árbol no es falsa. "Siempre que haya un animal en peligro o en situación de riesgo acudimos de inmediato, como si se tratara de una persona. Es nuestra misión", explica. La URRA cuenta además con un protocolo de colaboración con la Unidad Verde y el Centro Municipal de Protección Animal para casos en los que los animales no tienen dueño.

El nido de avispas, a la vista tras abrir un agujero en la pared.

El nido de avispas, a la vista tras abrir un agujero en la pared. / Jaime Galindo.

No obstante, hay dos animales que copan gran parte de los servicios que realiza esta unidad: las abejas y las avispas, dos animales muy semejantes pero con los que se actúa de manera diferente. "Serán el 80% de todas las actuaciones que realizamos", cuenta Fernández.

Y a pesar de la semejanza física de estos dos insectos, la forma de trabajar -y de comportarse- en cada caso es muy distinta. Las avispas, que en estos momentos están en época reproductora, están consideradas como plaga porque en los últimos años se han proliferado mucho debido a su gran capacidad de adaptación y a las condiciones favorables que encuentran en las ciudades: tienen comida y muchas oportunidades para cobijarse.

Una cámara térmica

Este mismo martes, la URRA realizó dos servicios para retirar dos avisperos, uno de ellos en Torrero. El bombero Jaime Guelbenzu formó parte del operativo: "Cuando nos llaman para alertar de la presencia de un nido lo primero que hacemos es valorar el riesgo para las personas. En este caso, la mujer que vivía junto al nido tenía mosquiteras, por lo que las avispas no podían entrar a su casa. En casos así, en el que el riesgo no es inminente, programamos las actuaciones para poder prepararnos mejor, porque además de especialistas somos bomberos y tenemos que estar para otras muchas cosas", explica.

El día que se actúa lo primero que hay que hacer es localizar el nido y para ello utilizan varios métodos. La unidad cuenta con una cámara térmica que, cuando las temperaturas no son muy altas como ahora, permiten localizar colmenas detrás de los muros, como era este caso, puesto que la actividad que generan las avispas alcanza y supera los 30 grados. En verano, con las casas calientes, es más complicado utilizar este método.

Otra posibilidad es hacer un agujero e introducir una cámara como las que se utilizan para las endoscopias, aunque también cabe la posibilidad de tirar de oído. "Ponemos la oreja a ver si se escuchan", cuenta Guelbenzu. En el caso de la actuación del pasado martes fue la cámara térmica lo que les ayudó a localizar el nido.

La cámara térmica permite ver donde está el nido de abejas.

La cámara térmica permite ver donde está el nido de abejas. / Jaime Galindo

Tras ello deben abrir un agujero en la pared tan grande como sea el nido para poder sacar todos los restos tras neutralizar a todos los insectos. Antes apagan todas las luces y, para ver, encienden unos focos rojos, ya que para las avispas y los insectos la luz roja es invisible, por lo que mientras que los insectos no pueden ver, los bomberos, que van ataviados con trajes protectores, cuentan con algo de visión.

Con las abejas, sin embargo, se trabaja de manera diferente. Por los beneficios que estas traen a los ecosistemas estas no se neutralizan, sino que se trasladan a entornos en los que puedan vivir sin molestar ni ser molestadas. En esos casos, también ataviados con trajes, se utiliza un aspirador y se coge el panal para llevarlo a otro lado. "Es casi más complicado con las abejas porque te tienes que asegurar de tratarlas con cuidado", explica Guelbenzu.

Serpientes, alimoches y corzos

A la hora de crear la URRA se procuró que los bomberos especialistas "tuvieran sensibilidad" con los animales. Además de realizar labores de rescate, estos bomberos asesoran también al resto del cuerpo a la hora de tratar con insectos y vertebrados.

"La unidad nace cuando nos dimos cuenta de que llevábamos tiempo atendiendo servicios con abejas y avispas y que no contábamos con los medios adecuados para ello. Así que creamos la especialidad para poder formar a los bomberos y dotarles de medios específicos para poder actuar", explica el jefe de la URRA.

Así, además de gatitos, abejas y avispas, son muchas las actuaciones diferentes que atienden los bomberos especialistas de esta unidad. Serpientes y reptiles también forman parte de su día a día. "El año pasado, por ejemplo, rescatamos a un corzo que se había caído en una balsa en la Academia General Militar. Y también recuerdo que falleció una pareja de alimoches y fuimos a recoger a las crías para evitar que muriesen".

Tracking Pixel Contents