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Arcosur se acerca a su mayoría de edad: "Faltan un centro de salud y una farmacia, pero también otras cosas muy básicas"

Los vecinos del joven barrio zaragozano, históricos y nuevos, opinan sobre su estado antes del impulso definitivo que quieren darle las administraciones

Un bloque de viviendas en construcción en Arcosur, junto a otro ya habitado, en la parte más consolidada del barrio.

Un bloque de viviendas en construcción en Arcosur, junto a otro ya habitado, en la parte más consolidada del barrio. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Zaragoza

Si Arcosur fuera un joven zaragozano, en estos momentos habría concluido la educación secundaria y estaría estudiando un grado medio o el bachillerato. Tras ser concebido en 2002, en un convenio entre el ayuntamiento de José Atarés y la antigua Caja de Ahorros (actual Ibercaja), el embarazo se prolongó, no sin dificultades, hasta el 21 de junio de 2009, cuando se puso la primera piedra. Con 16 años recién cumplidos, el barrio mira ahora con la ilusión de un adolescente a su mayoría de edad, que llegará en 2027, curso en el que espera a cientos de nuevos vecinos, equipamientos como el CDM Sur y nuevas frecuencias para el bus urbano. Y, como regalo, las administraciones públicas van a intentar darle una vida mejor tras años de incertidumbre y desamparo, sufridos por sus vecinos históricos.

A la entrada a Arcosur, desde Valdespartera, las calles que rodean la avenida Patio de los Naranjos ya dan sensación de barrio cohesionado, pese a las enormes hectáreas que tiene vacías o en obras a sus espaldas, en una monotonía solo rota por las grúas. En dicha arteria, uno de sus laterales tiene locales ocupados por el histórico (y único) bar Arqueros, colindante con la peña homónima, y compartiendo acera con una guardería infantil bilingüe, un kebab y hasta un Rincón recién inaugurado. Cerca, los obreros trabajan tanto en las nuevas promociones de vivienda como en los remates al colegio Ana María Navales.

Mari Carmen llegó al sur de Zaragoza hace ahora once años. Precisamente, a esta zona del barrio, la más consolidada en este momento junto al norte, pegado a Rosales del Canal y donde las nuevas calles esperan su apertura para conectarse junto a las urbanizaciones al resto de la ciudad. "Vivo muy tranquila, pero echo en falta un centro de salud, una farmacia, tiendas...", lamenta, en un diagnóstico que comparten todos los viandantes que pasean por la misma acera que esta vecina. Los que llevan más tiempo y los que menos.

En este último grupo se incluye Daniel, que llegó a Arcosur en febrero junto a su pareja y sus dos hijos. Una decisión en la que pesaron razones como la propia esencia del barrio. "Siempre hemos sido de vivir en zonas más peatonales, verdes... nos gustaba más esto que otros sitios", explica, a la par que reconoce la influencia de otros factores como "los precios" o el "ambiente joven".

En la avenida, de hecho, abundan las promociones de VPO, en comunidades con piscina y espacios comunes que poco tienen que envidiar a las viviendas libres. Los debes, nuevamente, son los servicios. "Centro de salud, farmacias... y también cosas muy básicas, como un dentista, que creo que van a poner ahora, o un veterinario", indica Daniel, que añade: "Y papeleras. Sacas al perro y hasta que encuentras una hay que dar una vuelta que parece una procesión".

La movilidad

Diego es otro de los vecinos más noveles del barrio. A sus 17 años, se acaba de mudar con su familia, aunque todavía sigue asistiendo a su antiguo instituto en el Actur. En su caso, los problemas vienen de la mano de la movilidad. "Con el bus voy un poco justo, así que todas las mañanas ando hasta el tranvía, unos 20 minutos, y luego hasta el Actur tengo media hora", expresa, reclamando la prolongación del tranvía. Además, reconoce que echa en falta más gente de su edad, ya que el perfil de habitantes son parejas jóvenes con sus hijos, que todavía son niños.

Entrada a un bloque de VPO en Arcosur.

Entrada a un bloque de VPO en Arcosur. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Más allá de las nuevas promociones de viviendas, los foráneos también detectan las necesidades del barrio. Gente que no vive en Arcosur pero que visita a menudo a su familia, como Tomás, quien no reside en Zaragoza pero sí suele estar en el barrio con su hijo, que se acaba de mudar. Su diagnóstico es similar al del resto: "Las frecuencias del bus aún son malas, pero un tranvía sería lo ideal".

María, por su parte, acaba de llegar de Colombia y está pasando unos días junto a su hija y su yerno, quienes llegaron al barrio en febrero, en otro ejemplo del desarrollo residencial de los últimos meses. "Es un barrio muy adecuado, pero sí faltan un centro de salud, un supermercado, una droguería...", opina.

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