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Zaragoza aprueba el contrato de movilidad "más importante" del país: casi 1.200 millones de euros y un amplio margen de expansión

El ayuntamiento aprueba los pliegos del bus urbano, que se implementarán en 2027 y durarán diez años

Dos autobuses en Zaragoza en Conde Aranda

Dos autobuses en Zaragoza en Conde Aranda / MIGUEL ANGEL GRACIA / EPA

Alberto Arilla

Alberto Arilla

1.187 millones de euros. Ese es el megapresupuesto que tendrá la nueva contrata del bus urbano en Zaragoza, la "más importante" del país según la alcaldesa Natalia Chueca, cuyos pliegos, tras un largo recorrido judicial, jurídico y técnico, han sido aprobados este viernes y saldrán a concurso en los próximos días, previsiblemente la semana que viene. Las empresas interesadas tendrán entonces dos meses para presentar sus respectivas ofertas (que pueden ser a la baja), para iniciar el proceso de adjudicación en 2026 y comenzar a implementar el servicio en 2027 como primer año completo, con un presupuesto de 100 millones de euros ese primer curso.

Además, una de las novedades estará en el plazo y el amplio margen de crecimiento a tenor de la expansión de la ciudad, sobre todo en Arcosur. En el primer caso, la adjudicación será por diez años, aunque habrá posibilidad de prorrogarlos cinco más. Cabe matizar aquí que, en la actualidad, el contrato ya está prorrogado, en una decisión que trajo mucha polémica al inicio de la legislatura de Chueca. En cuanto a la expansión, como ya se había dado a conocer, los kilómetros se incrementan de partida en un 14%, más de dos millones de kilómetros anuales al año (hasta ahora, se hacían 19), pero admiten un crecimiento de hasta 15 millones de kilómetros extra.

La electrificación será otro de los puntos fuertes. La empresa adjudicataria (ahora es Avanza, que volverá a presentarse) solo podrá incorporar vehículos "cero emisiones", es decir, eléctricos. En 2036, todos los buses de la flota, 368, deberán ser eléctricos y además deberán renovarse obligatoriamente cada 16 años. En la reorganización de líneas, destaca la consolidación de las dos nuevas circulares que sustituyeron a la línea 24 y se buscará "evitar solapamientos y fomentar el trasbordo gratuito", como ha explicado Chueca en rueda de prensa, acompañada de la concejala de Movilidad, Tatiana Gaudes, y el concejal delegado del ramo, José Miguel Rodrigo. También se modificarán los recorridos, mejorando las frecuencias y la dotación de vehículos, de más de una veintena de autobuses.

Presentación en el Ayuntamiento de Zaragoza

Presentación en el Ayuntamiento de Zaragoza / RUBÉN RUIZ

El riesgo tecnológico se traslada a la contrata, lo que supone que la empresa deberá ser la encargada de introducir los avances necesarios y evitar la obsolescencia en este período, algo que hasta la fecha corría a cuenta del consistorio. El contrato también incluirá como novedad la posibilidad de incluir prioridad semafórica a algunas líneas, así como la creación del nuevo bus a demanda para los hospitales, que podría atender a 400.000 usuarios anuales, y la "mejora" en los buses amarillos, para personas de movilidad reducida.

El precio y el pago

Este riesgo operacional no se trasladará al precio, ya que finalmente se seguirá pagando por kilómetro, aunque habrá incentivos a la adjudicataria en función de la "captación de usuarios". En principio, se iba a crear una nueva fórmula más ligada a la demanda, aunque Chueca ha explicado que, tras un "largo debate", concluyeron que ese sistema "reducía la flexibilidad", mirando así a los nuevos desarrollos, especialmente los del Distrito Sur. "Si hay un nuevo desarrollo, al principio hay que llevar buses que es posible que no tengan tanta demanda. Y eso podría generar controversia, porque el servicio tiene una finalidad social", ha resumido.

Con todo, el pago sí sufrirá algunas modificaciones, pese a que la fórmula seguirá siendo similar. Primero, por los propios incentivos antes mencionados. En términos sencillos, esto significa que la empresa ofertará por cada línea una demanda que estimen adecuada al volumen de pasajeros que asumiría ese bus. A partir de ahí, dentro de una horquilla que será marcada por el ayuntamiento, si consiguen atraer a más viajeros al día se pagará aparte. Y si no llegan a la demanda prevista (algo muy raro y excepcional), el precio se mantendría por kilómetro.

Aunque, eso sí, las penalizaciones se endurecerán. Los criterios de análisis serán similares a los actuales (puntualidad, mantenimiento...), pero en caso de no satisfacer los informes mensuales de certificación que llevan a cabo los técnicos, la repercusión económica para la empresa será mayor.

Además, conviene resaltar que, en relación a esa transmisión del riesgo tecnológico, esto supondrá que ya no se pague por separado lo presupuestado y los ajustes de inversión. Por ejemplo, este 2025 el consistorio había previsto una partida de unos 70 millones de euros, a los que posteriormente se suman las inversiones realizadas, desde un cambio de validadora hasta la incorporación de nuevos buses. A partir de 2027, año en el que se pagarán 100 millones (el presupuesto anual irá in crescendo), estos incluirán tanto la operación como los ajustes de inversión.

Digitalización, seguridad y accesibilidad

Por otro lado, el contrato contempla el acondicionamiento de todas y cada una de las paradas del bus para garantizar una "correcta accesibilidad", con la instalación de pavimento podotáctil direccional y plataformas de aproximación que faciliten el acceso y descenso de los viajeros, sobre todo los que tengan movilidad reducida. Además, se va a digitalizar la información al usuario con postes inteligentes y pantallas informativas en todas las marquesinas.

El pago también se hará mediante títulos virtualizados, con métodos sin contacto. El objetivo es reducir la dependencia de los soportes físicos, y se implementará un sistema ABT que consiste en la integración y el uso de los títulos de transporte de Zaragoza en otras ciudades y países que dispongan de ese mismo sistema.

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